¿Por qué los camareros no pueden cobrar 3.000 euros al mes por decreto?

Pablo Iglesias existe porque no se combate su discurso.

Pablo Iglesias dice que la solución a los problemas de este país es poner a todo el mundo, por decreto, un sueldo mínimo de por ejemplo 3.000 euros. Que no habría ningún problema para pagar esos sueldos. Que para el dueño de un bar no es un problema pagar a los camareros sueldos de 3.000 euros. Que el problema es no vender copas suficientes para pagar esos sueldos. Pero que si todo el mundo tuviera por decreto un sueldo de 3.000 euros, al dueño del bar se le llenaría el local de clientes pidiendo copas y podría pagar sin problemas sueldos de 3.000 euros.

Pablo Iglesias es un señor que también dice que Hugo Chávez es un modelo, que los asesinos de ETA tienen que ir saliendo a la calle, que va por ahí con una bandera de la URSS, que en el mejor de los casos sólo condena con matices a gente que va a las manifestaciones con una bomba en una mochila, o que en Navarra tiene de líder y campeona de la lucha contra la casta y la corrupción a una señorita que consiguió ilegalmente un empleo en el concejo que preside su madre y vicepreside su padre.

Alguien podría pensar que para combatir a Pablo Iglesias hay que subrayar todo el segundo párrafo, pero estaría equivocado. Si alguien cree lo que se dice en el primero, votará a Pablo Iglesias a pesar de lo segundo. Como mucho en un momento dado abandonará a Pablo Iglesias, pero seguirá creyendo las ideas de Pablo Iglesias (que es comunismo puro adornado) y buscando otro líder u otro partido que las defienda.

Para acabar realmente con Pablo Iglesias y la amenaza de Podemos hay que desmontar los argumentos del primer párrafo. Lo que pasa es que eso es más difícil. Pero es el camino.

En este caso, ¿por qué sería falso todo lo que vende Pablo Iglesias en el primer párrafo y repite sistemáticamente en sus entrevistas, debates y discursos?

Si algo falla en la práctica, algo falla también en la teoría

A poco que alguien se detuviera a examinar el argumento, pronto se daría cuenta de algunos fallos. Por ejemplo, ¿por qué no subir entonces el sueldo mínimo a 6.000 euros en vez de a 3.000? O ya puestos, ¿por qué no a 300.000? ¿Y por qué no hace eso todo el mundo en todos los países si es así de sencillo? ¿Es porque han hecho esto que los alemanes o los daneses cobran más que nosotros? ¿Por qué en todos los países donde se aplican las recetas de Pablo Iglesias no sólo no se alcanza el paraíso sino que se impone la cartilla de racionamiento? ¿Por qué en Grecia hubo recesión, corralito y rescate tras ganar el Podemos griego en vez de camareros ganando 3.000 euros y copas para todos? ¿Por qué hay desabastecimiento en Venezuela en vez de camareros que van con un BMW al trabajo?

Supongamos que en una isla hay 100 cocos y 100 habitantes que cobran 1 moneda. Cada coco costará una moneda y cada habitante podrá comprarse un coco. ¿Qué pasa si decretamos que cada habitante cobre 5 monedas en vez de una? ¿Podrá comprarse entonces todo el mundo 5 cocos? Pues no, porque seguirá habiendo 100 habitantes y 100 cocos. Si pasa de haber 100 monedas a haber 500, lo único que sucederá es que cada coco pasará a costar 5 monedas. Habrá más inflación, pero no más riqueza.

Para que todo el mundo pudiera comprarse 5 cocos con una mondea, lo que habría que multiplicar por 5 es el número de cocos y no el de monedas, el problema es que aunque el salario puede multiplicarse por 5 por decreto, el número de cocos, en cambio, nunca se puede multiplicar por decreto.

Naturalmente los alemanes o los daneses no son más ricos que nosotros por un decreto del gobierno que ha multiplicado sus sueldos, sino porque en su isla producen más cocos.

Cuesta más formular una idea falsa que refutarla

De poco sirve intentar convencer a la gente de que Pablo Iglesias es flacucho, bajito y feo mientras la gente se crea su discurso. De nada sirve tampoco llamarle comunista si la gente no entiende por qué ha fracasado el comunismo. O por qué el comunismo va indisolublemente unido al totalitarismo. La ventaja con la que cuenta Pablo Iglesias es precisamente que el comunismo ha caído hace muchos años. O que el comunismo cayó antes de que la mayoría de la gente entendiera por qué. Otra ventaja de Pablo Iglesias es que además a veces es sencillo argumentar una falsedad y complejo y trabajoso desmontarla.

Pablo iglesias utiliza sistemáticamente en cada entrevista o debate 10 ó 20 latiguillos que escupe como una ametralladora sabiendo que desmontar todos y cada uno de ellos, incluso asumiendo que su oponente fuera capaz de hacerlo, le llevaría 100 veces más de tiempo del que cuesta enunciarlos. Esta estrategia para ganar un debate la conocía hasta Hitler, el cual la menciona en Mein Kampf expresamente. Pablo Iglesias cuenta además con la ventaja de decir cosas que la gente ya cree previamente o que resultan deseables para cualquier persona de buena voluntad.

Entre estas falsedades encadenadas, por ejemplo, además de los salarios a la carta aparecen siempre afirmaciones como que las empresas del IBEX sólo pagan un 5% de impuestos mientras falta dinero para los hospitales, que el número de ricos ha crecido durante la crisis, que en España hay tropecientos millones de pobres, que para que uno sea más rico otro tiene que ser más pobre, que cuanto menos sector privado más rico es un país… Nosotros mismos necesitaríamos varias páginas para desmontar una ráfaga de postulados que Pablo Iglesias es capaz de lanzar en cuestión de segundos. ¿Cuánta gente de la que escucha a Podemos se toma la molestia de buscar y leer todos los argumentos que podrían refutar su discurso? Pero eso también es comunicación y estrategia política y Pablo Iglesias es bueno en eso. Y tiene una enorme maquinaria mediática a su servicio. De hecho, esa maquinaria le tiene a él. Podemos no es más que el fruto de esa maquinaria que lleva décadas funcionando y marcando el discurso predominante y mayoritario.