Antes de comenzar esta reflexión, resulta necesario señalar algo que puede haber pasado más o menos inadvertido pero, ¿no es extraño lo tranquilos que están los CDR en este momento? Es decir, hace unas semanas los teníamos tomando aeropuertos, cortando carreteras, cerrando fronteras y montando todos los días una batalla campal en el centro de Barcelona, todo ello acompañado de la correspondiente campaña de desinformación y propaganda a través de las redes sociales y los medios afines, que en Cataluña son todos. ¿Qué ha sucedido de repente para que ahora estén tan tranquilos y tan callados?
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Obviamente la diferencia con lo que sucedía hace unas semanas es que ahora ha habido unas elecciones y existe un proceso de negociación entre el PSOE de Pedro Sánchez y los separatistas de la “vía eslovena”. La violencia en este momento no interesa. Quemar Barcelona todos los días y mandar policías al hospital entorpecería la negociación. Al PSOE se le echaría la opinión pública española encima si negociara con los separatistas mientras ardía Cataluña. Todo esto a su vez nos permite alcanzar algunas conclusiones interesantes.
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La primera conclusión es que los nacionalistas (oh sorpresa) controlan la violencia separatista. Toda aquella violencia que veíamos a diario no era espontánea, no era violencia popular ni violencia inorganizada. No eran grupos de incontrolados. No estaban por un lado los separatistas de la sonrisa y por otro los separatistas de la pedrada. Si para favorecer una negociación política tienes un interruptor mediante el cual puedes activar o desactivar a voluntad la violencia, esa violencia es tú violencia, es una violencia totalmente controlada y dirigida por los líderes nacionalistas catalanes. Si pueden controlarla a voluntad ellos son los jefes de los violentos. Ellos son los que ordenan si esta noche arde o no arde Barcelona. Casualmente no arde cuando a los mandarines separatistas les conviene una negociación. Los CDR y la Generalidad son lo mismo.
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La segunda conclusión es que los separatistas quieren a Sánchez de presidente. El separatismo piensa que con el PSOE puede conseguir sus objetivos y sin el PSOE no. Que los golpistas hayan detenido la violencia para pactar la investidura de Pedro Sánchez revela que el PSOE no está contra el proceso separatista y que los separatistas desean fervientemente ver al PSOE en el gobierno. Seguramente ya está todo más o menos pactado. Los desencuentros son seguramente meras escenificaciones. En cuanto el PSOE haga algo que desagrade al separatismo arderán de nuevo las calles. Si las calles no arden es que el PSOE está haciendo todo lo que le piden los separatistas y la investidura de Sánchez, el formateado de los catalanes no separatistas y la desconexión de España van viento en popa.
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La tercera conclusión es que, si en este momento el principal problema que tiene España es el desafío separatista catalán, lo que está haciendo el PSOE es poner al gobierno que tiene que responder ese desafío al servicio de quienes lo promueven. Por tanto el principal problema que tiene España en este momento no va camino de solucionarse sino de agravarse. El pacto para acabar con el incendio es que el jefe de los bomberos no puede tomar ninguna decisión sin conseguir antes el apoyo del jefe de los pirómanos.
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Un comentario
Los que vivimos en Cataluña, somos plenamente conscientes de que los CDR, están «callados» por orden de la Generalitat. Tambien sabemos que en el PSC (socialistas de Cataluña), hay militantes y cargos públicos independentistas, como la Sra presidenta del Congreso Meritxell Batet o el propio Iceta, tambien lo es el ex-presidente del PSC. Lo mismo ocurre entre los podemitas catalanes, Colau alcaldesa de Barcelona es independentista y lo son la mayoría de parlamentarios de ese partido. Por eso nos sentimos tan desanparados ante esta situación. Ya no somos la «mayoría silenciosa», salimos a la calle a manifestarnos pacificamente, pero entendemos que nuestros esfuerzos son vanos y estamos mirando la manera de salir de Cataluña en el caso de que Sanchez firme acuerdos con ERC. Aquí somos ciudadanos de tercera, solo por sentirnos españoles, nos pesiguen ideologicamente en colegios, trabajos y en la calle, igual que ocurrió en el país vasco. Y estamos muy hartos de esta situación. Ayudadnos por favor