¿Por qué “el procés” encarna todo lo que la izquierda debería rechazar?

x

Palabrería y florituras aparte, el “procés” significa que los ricos se independicen de los pobres para compartir menos, como en la película Elysium. Los pobres “ens roben”, o su variante los españoles “ens roben”, no deja de ser una especie de eslogan de la Liga Norte, que por alguna extraña razón aquí apoya la extrema izquierda. Sumando el nacionalismo vasco y el catalán, tenemos un país dividido en 17 territorios en el que 3 de los 4 más ricos se quieren separar. ¡Qué casualidad! Que esto lo apoye la izquierda de los territorios ricos que se quieren separar podría calificarse de hipócrita, pero que también lo apoye la izquierda de los territorios pobres sólo puede calificarse de estúpido.

x

Dice la izquierda bolivariana podemita que es que su patria no es España, que su patria es la sanidad pública y la educación. Y esa sanidad y esa educación pública, si se independizan 3 de las 4 regiones más ricas, ¿mejorará o empeorará su financiación? Este “derecho a decidir” basado en ir separándose de las regiones más pobres, ¿cómo de pogresista y patriótico es en realidad? ¿Y por qué la izquierda española no puede llevar la bandera de España pero la izquierda vasca o la catalana pueden llevar la estelada o la ikurriña? Eso por no hablar del patriotismo de la izquierda francesa, alemana, inglesa, venezolana… ¿Qué fusible le falta a la izquierda española?

x

La izquierda separatista, esta que dice que repartir es que los pobres nos roban y que mejor independizarse, para expulsar a los pobres del reparto se alía con la derecha separatista. Al mismo tiempo, sin embargo, reprocha a la izquierda no separatista que pueda siquiera coincidir en nada con la derecha no separatista, en defensa de la unidad.

x

Imaginen un pueblo de 100 casas en el que 10 casas, las habitadas casualmente por la gente con más dinero, en nombre de la democracia deciden votar excluyendo a los vecinos de 90 de las casas. El “proces” es exactamente eso.

x

Como sujeto de decisión, Cataluña tampoco es obviamente el pueblo catalán, la nación étnica y todo ese laberinto en que anda metido Pedro Sánchez. Porque es evidente que, racial y culturalmente, los catalanes no son diferentes de los valencianos ni los habitantes de Baleares o el Rosellón. Entonces, ¿en nombre de qué los catalanes se constituyen unilateralmente en sujeto político? Pues eso, en nombre de ser una región rica que quiere repartir menos. Levántense y aplaudan los lectores de izquierdas.

x

El corolario que deja a la posteridad el “procés” es que cualquiera, dentro de un grupo, en cualquier momento, por cualquier razón, junto a cualquier otro o excluyendo a quien quiera y convenga, puede no someterse a las decisiones de la mayoría y decidir las cosas por su cuenta. Obviamente esto no es la democracia sino todo lo contrario de ser un demócrata.

x

Naturalmente llegados a este punto ya da lo mismo si en referéndum participa el 40% o el 20%, si hay urnas en todas partes o sólo una en Esplugues. Lo relevante es que vote “sí” el 51% del 20% , aunque obviamente de ese 20% o 30% o 40% que vote, votará “sí” el 99%. No es un referéndum para que voten los catalanes, sino los nacionalistas catalanes. Pero a estas alturas del disparate, ¿qué problema hay en llamar democrático a un referéndum en el que vota lo mismo el 99%?

x

El sujeto político es hasta donde los separatistas controlan. Con un par de características, y es que de ese perímetro hacia adentro niegan el derecho a decidir que reclaman de puertas afuera. Por ejemplo, es famoso el vídeo de Pilar Rahola negando el derecho a decidir al Valle de Arán, o más recientemente el municipio de Batea, y eso que renunciar a esos dos pequeños territorios sería un pequeño precio. Eso sí, se rompería el principio de unidad que reclaman hasta su perímetro y niegan de ese perímetro hacia adentro, para que Tarragona, Cambrils, Badalona, Hospitalet o incluso la propia Barcelona no pudieran decidir por su cuenta desmarcarse de una Cataluña independiente. A fin de cuentas, en las autonómicas de 2015,  Junts Pel Sí y la CUP sólo sumaron el 44,3% en la provincia de Barcelona.

x

Compartir este artículo

4 respuestas

  1. Completamente de acuerdo con el texto. A izquierda unida se le llamó izquierda hundida, con razón. El amigo Llamazares… que pena daba ¡Ahora quiere fundar un nuevo partido! Pobre. Pero surgió la extrema izquierda, sí amigos de Podemos, Uds. son ultraizquierda, bastante parecida a la ultraderecha, por cierto. Ya sé que les molesta el término ultra pero empiecen a metabolizarlo, que ya es hora. Uds. apoyan todo lo que pueda molestar al centro, a la derecha y a la ultraderecha (aunque ésta parece residual en España). Así que Uds. apoyan lo que moleste al centro y a la dcha., les da igual lo qué sea. Afortunadamente, supongo que irán bajando en las encuestas y elecciones venideras, porque no se puede tener menos sentido de estado, ni de sociedad… Lamentable y patética su degradación.

  2. Se van acercando al problema, pero escogen una diana secundaria y más superficial (la estúpida izquierda independentista catalana) y no profundizan

    «Tenemos un país dividido en 17 territorios en el que 3 de los 4 más ricos se quieren separar.»

    Ni Pais vasco ni Navarra -más allá de agitar banderitas antes de las elecciones y los domingos de resurrección- se quieren separar. Y son más ricas en cifra relativa que Cataluña. ¿De verdad no se preguntan por qué?

    (CAV y Navarra) no se van a separar porque a los efectos que se consideran -la riqueza- ellos ya están separados. Están en una situación en que no reparten nada o muy poco y lo poco que comparten lo negocian (normalmente a la baja) mediante la fuerza táctica de sus votos en las Cortes.

    Las Balanzas Fiscales acreditan, fuera de toda duda razonable, que en términos de reparto de ingresos públicos, el País Vasco (la región más rica de españa y con mayor pib/habitante durante muchos años) no solo NO CONTRIBUYE en términos netos, sino que recibe recursos del estado. En lenguaje politiquero, «no es solidaria con otros territorios». En Román paladino, no pone un duro.

    Eso hace que las diversas administraciones vascas (Gobierno/diputaciones/ayuntamientos) dispongan de aproximadamente el doble de recursos por habitante que sus homólogos del resto del país (Salvo Navarra con quien la diferencia es de «solo» un 50% ).

    Hemos visto últimamente que, para comprar los votos del PNV el PP vuelve a rendir a una región un trato fiscal favorable, reduciendo -aun más- las ya menguadísimas aportaciones del cupo vasco y blindando -aun más- esa situación de privilegio.

    Naturalmente, ni en Euskadi ni en Navarra la gente quiere ni oir hablar del asunto. No conviene. No toca. Se que la mente humana es así, y los datos, mil veces repetidos, mil veces silenciados o combatidos con argumentos falaces, explicaciones históricas o retórica sentimental tan al uso hoy. Los «pepito grillo» que se empeñan en explicar el problema (tal como ellos lo ven) suelen ser gentes estúpidas e insignificantes, faltas de verdadera inteligencia política.

    Esta situación, aunque local y temporalmente nos favorezca, tiene a largo plazo un efecto de carcoma que, ahora estamos viendo, amenaza con llevarse al traste el edificio de la unidad española en un estado de derecho, que es un gran bien que ha costado muchísima sangre y esfuerzo levantar. Y ese efecto es el de la diferencia que produce un resultado injusto, año tras año y de manera perceptible.

    Cuando, en el funcionamiento de un país, una minoría regional, pero estratégica poseedora de votos en las Cortes, dispone además de un mecanismo medieval (el cupo/convenio), potestades fiscales que nadie más tiene, y a una «clase» política capaz de vender a su madre a plazos, esa minoría regional tiene algo bastante mejor que la independencia: tiene casi una Confederación subvencionada, un poco al estilo de un estado libre asociado, figura que incluso fue usada por el Sr Ibarretxe en su «Plan», ¿lo recuerdan?

    https://politica.elpais.com/politica/2011/10/01/actualidad/1317504618_594949.html

    Hace falta tener muy asumida la creencia de la propia superioridad y de la inferioridad de tus convecinos, para atreverse a proponer en serio (ante las Cortes, nada menos) que una región española, habitada por ciudadanos iguales a los demás, tenga un estatus jurídico así. De «asociados» (para los beneficios) e independientes (de las cargas).

    En Navarra, las cifras del convenio no son, ni mucho menos las mismas que las de los territorios vascos (practicamente una región confederal en lo fiscal) pero no duden que nuestra Hacienda Foral contribuye menos de lo que lo haría su equivalente catalana, de tener esta las mismas competencias. En ambos casos, pagamos la cuota parte de unos gastos no transferidos (y según todos los hacendistas minusvalorados) pero no estamos aportando a la igualación, cosa que si hacen los habitantes del resto del país. La diferencia: eso que no compartimos con los demás, nos la embolsamos y la repartimos entre nosotros. Practicamos la mejor solidaridad que hay: con nosotros mismos.

    Ya sé que les dicen que «Navarra» o «Euskadi» sí es solidaria, porque contribuye por riqueza, (y no por habitantes) y porque aporta al fondo de solidaridad interterritorial. Se trata de dos trolas de políticos para gente que se lo quiere creer.

    Naturalmente que el sistema de las haciendas «forales» o «concertado» no es un trato por sí mismo privilegiado. Claro. Teoricamente. El papel lo aguanta todo. Y para eso
    -para que lo aguante- usamos otros adjetivos: especial, privativo, histórico, pactado, «de igual a igual»…

    Todos somos muy guapos, tenemos mucha historia y vivimos en la tierra más hermosa del mundo. Lo que no puede ser es que los ciudadanos, que son dueños de un estado (no al revés, recuérdese) se enfrenten a un tratamiento con estos desbalances territoriales. Ya saben: o jugamos todos a lo mismo, o rompemos el balón.

    En el fondo, esto es lo que está tratando de hacer los partidos nacionalistas catalanes con su «Espaya ens roba», solo que su propuesta no es igualar a todos, (lo que implicaría enfrentarse al problema de los privilegios nacionales, que ambiciona para sí) sino obtener para sí otro trato singular, especial… «amable».

    Quedarse con su dinero. Con todo su dinero, menos los gastos comunes del estado.

    Si diéramos el mismo trato fiscal «amable» a las administradores de las comunidades más ricas, (Madrid, Cataluña y Baleares) que dispensamos a las dos primeras (Navarra y País Vasco) tendríamos cinco comunidades muchísimo más ricas, (se quedarían su renta para sí) y dejaríamos a doce comunidades entre bastante y muchísimo más pobres. Por tanto, hay que establecer mecanismos de suficiencia que expresen la solidaridad de los ciudadanos de un país. Y en tales mecanismos han de participar todos, cosa que no ocurre hoy.

    Mientras esto no cambie, y -sin perjuicio de mantener instituciones fiscales propias debidamente coordinadas- y haya administraciones autonómicas que dispongan de muchísimos más recursos que otras, las reglas del juego son injustas. Dos ciudadanos que paguen los mismos impuestos, recibirán más y mejores prestaciones (hasta el doble) de sus administraciones. Y el único motivo para ello será el lugar donde residan.

    Naturalmente que esto no es cuestión de dinero. incide en una cosa: el crédito real que cada uno da y socialmente damos todos al sistema constitucional español. La quiebra de ese crédito alimenta la bicha del agravio comparativo (en un país con mucha historia y muchos agravios) y del rencor, y todo ello debilitará la cohesión política de nuestra sociedad y la capacidad de nuestras instituciones de resistir momentos de adversidad.

    Lo estamos viendo hoy.

    Negarse a ver esto, insistiendo en otros problemas es negarse a ver el mar de fondo del «prusés»: el de un país sin un proyecto claro, manejado con criterios políticos nada claros y sin unas reglas claras e iguales para todos, sea quien sea: Agamenón o su porquero.

  3. Maś os valdría a los «pobres» hacer algo por ser INDEPENDIENTES de Catalunya, Países Vascos y lo que sea… en vez de andar perdidos en el marasmo de ideas propias de idiotas (en sentido estricto).

  • Navarra Confidencial no se responsabiliza ni comparte necesariamente las ideas o manifestaciones depositadas en las opiniones por sus lectores. Cada usuario es único responsable de sus comentarios
  • Los comentarios serán bienvenidos mientras no atenten contra el derecho al honor e intimidad de terceros, puedan resultar injuriosos o calumniadores ,infrinjan cualquier normativa o derecho de terceros , empresa, institución o colectivo, revelen información privada de los mismos, incluyan publicidad comercial o autopromoción y contengan contenidos de mal gusto.
  • Se procurará evitar en lo posible los comentarios no acordes a la temática publicada
  • Navarra Confidencial se reserva el derecho de eliminarlos

Información sobre protección de datos

  • Responsable: Navarra Confidencial
  • Fin del tratamiento: Controlar el spam, gestión de comentarios
  • Legitimación: Tu consentimiento
  • Comunicación de los datos: No se comunicarán los datos a terceros salvo por obligación legal.
  • Derechos: Acceso, rectificación, portabilidad, olvido.
  • Contacto: info@navarraconfidencial.com.
Logo_Positivo.webp
Logo_Positivo.webp

Suscríbete a nuestro boletín