¿Por qué el caso de Abel Azcona es ofensa y no libertad de expresión?

¿Deja de ser ofensa una ofensa por llamarla «performance»?

Abel Azcona acudió ayer al Palacio de Justicia de Pamplona a declarar como «investigado» ante el juez (lo que hasta ahora se hacía como imputado) a causa de las denuncias contra la exposición en que utilizaba Formas consagradas para formar la palabra pederastia.

Azcona, de hecho, asegura tener guardadas más formas de las que sustrajo en varias iglesias, por lo que la acusación pidió al juez como medida cautelar que le fueran reclamadas.

La defensa de Azcona consistió en negar que hubiera querido llevar a cabo una «ofensa gratuita y directa» a la religión católica, asegurando que sus obras tienen «un contenido crítico y subversivo» para buscar una «reacción».

Azcona de hecho sostuvo a la salida del juzgado que incluso su declaración ante el juez es «parte de la pieza totalmente». Según el investigado «Ahora he hecho otra parte de un proceso performativo, siempre desde la educación y el respeto, porque yo respeto al juez y el proceso. Si hago una pieza en la que critico el fundamentalismo religioso, ¿qué evidencia más ese fundamentalismo que haya 2.000 personas en la puerta rezando rosarios y que acabe yo sentado en un tribunal?».

Por el contrario, que haya personas ofendidas es una prueba más de la ofensa. No sólo las 2.000 de la puerta, sino las más de 100.000 que participaron en una recogida de firmas pidiendo el cese de la ofensa, las alrededor de 30.000 que enviaron correos  al Ayuntamiento de Pamplona. La ofensa fue de tal calibre que fue recogida en casi todos los medios de comunicación nacional y muchos internacionales. Hasta el Defensor del Pueblo de Navarra remitió una carta al Ayuntamiento de Pamplona recordando que por un lado existe el derecho de una parte a la libertad de expresión, pero por otro también existe el derecho de otra parte a ser respetada por sus creencias. Es posible que para Azcona incluso el Defensor del Pueblo sea un fanático religioso, puesto que no tiene lógica pensar que envió la carta al alcalde pidiendo respeto porque consideraba innecesario mandar una carta al alcalde pidiendo respeto.

Te ofendo y encima te llamo fanático

Tampoco tiene lógica el argumento de Azcona en el sentido de que si hay personas protestando por su ofensa o es llevado ante la Justicia por ella se evidencia el fanatismo que denuncia. El argumento es tan absurdo como si un etarra, tras matar a un concejal por considerarlo un fascista opresor, al ver la manifestación ciudadana de repulsa pretendiera que la manifestación de repulsa prueba del fanatismo y la opresión que le ha llevado a cometer el crimen. Por otra parte, cuando alguien ataca a unos fanáticos de verdad, estos no siguen un proceso civilizado y legal acudiendo a la Justicia en defensa de su derecho, sino que hubieran actuado violentamente contra Azcona. Que esté declarando en un juzgado es otra prueba más de que los ofendidos por él son personas civilizadas y no fanáticos. Es probable que haya cristianos fanáticos, pero Azcona no ha dirigido su ofensa a los posibles cristianos fanáticos, la ha dirigido contra el conjunto de los católicos.

¿Quién es el fanático?

Para un católico, una forma consagrada es lo más sagrado que existe en su religión. Si Abel Azcona hubiera quemado una iglesia el daño seguramente hubiera sido menor y menos doloroso para los católicos. Cualquier insulto al Papa, al obispo o a cualquier católico hubiera sido menos ofensivo para los sentimientos de un cristiano que sustraer y tratar sin respeto una forma sagrada. Si ni siquiera una falta de respeto a las Formas sagradas es delito, entonces nada es delito y habría que considerar que el artículo 525 del Código Penal es como si no existiera:

1. Incurrirán en la pena de multa de ocho a doce meses los que, para ofender los sentimientos de los miembros de una confesión religiosa, hagan públicamente, de palabra, por escrito o mediante cualquier tipo de documento, escarnio de sus dogmas, creencias, ritos o ceremonias, o vejen, también públicamente, a quienes los profesan o practican.

Lo que sucede con los artículos del Código Penal, sin embargo, es que o están o no están en el Código Penal, lo que no puede ser es que estén pero los jueces hagan como si no estuvieran. Los jueces están para cumplir y hacer cumplir la ley. Y si hay un artículo que se hiciera como que no está, lo mismo se podría hacer con cualquier otro artículo.

En realidad, el fanático no es la persona con unas creencias religiosas a la que se ofende sino el que ofende las creencias religiosas de una persona. Obviamente existen fanáticos religiosos, pero también existen fanáticos antireligiosos. ¿Cómo si no se puede llamar a las personas que han protagonizado las grandes persecuciones contra la religión de la historia? En la Guerra Civil, sin ir más lejos, se ejecutó a miles de personas por sus creencias religiosas. Que quienes llevaron a cabo esos crímenes eran fanáticos está fuera de toda duda. El fanatismo no es una cualidad particular de la religión, sino de cualquier ideología. Hay fanatismo religioso y antireligioso, fanatismo político de izquierdas y de derechas, fanatismo nacionalista, fanatismo deportivo. Cualquiera puede convertirse en fanático de una idea.

Abel Azcona dice que no era su intención ofender, ¿pero cómo actuaría una persona que sí quisiera ofender? Si se hubiera comportado igual que Azcona, tal vez sea porque Azcona tenía la intención de ofender. Obviamente no existe una grabadora intracraneal para saber la intención de Azcona, pero por una parte no puede exigirse algo imposible, como una grabación intracraneal, para que se cumpla un tipo penal, o el cumplimiento del tipo penal sería imposible. Por otro lado, aunque no exista una cámara grabadora intracraneal, las intenciones de las personas pueden deducirse de sus actos externos. Si una persona se graba defecando sobre una bandera y sube el vídeo a Youtube es evidente que tiene intención de ofender a las personas de esa nacionalidad.

Por otra parte, la ofensa de Azcona nada tiene que ver tampoco con la libertad de expresión o la denuncia de unos comportamientos en la Iglesia. Comportamientos que por otro lado todo el mundo rechaza, incluida la propia Iglesia. Azcona podría haber denunciado esos comportamientos por multitud de medios no ofensivos, pero escogió uno ofensivo. Es decir, su propósito era la ofensa y no la denuncia. Su libertad de expresión la podía haber ejercido de una manera no ofensiva, pero escogió la ofensiva. Por eso mismo no se puede justificar su comportamiento bajo el amparo de la libertad de expresión. Porque se podía haber expresado sin ofender y porque lo que no existe ni se puede pretender amparar es un inexistente derecho a ofender.

Un periplo judicial por delante para Abel Azcona y un montón de retratos

El caso de Abel Azcona y sus ofensas se encuentra ahora en manos del juez, que puede decidir archivarlo o seguir adelante con él. No obstante, aunque el caso fuera archivado, esta decisión podría ser recurrida y probablemente lo sería. El periplo judicial de Azcona, por consiguiente, puede no haber hecho más que comenzar. En el mejor de los casos, Azcona va a tener que padecer una serie de molestias a causa de su ofensa. Puede no ser mucho, pero seguro que él preferiría no tener que pasarlas. En el peor de los casos, además de pasar todos los trámites judiciales podría ser condenado a una sanción económica. En realidad, lo justo en caso de ser condenado sería que la multa fuera superior a los beneficios que Azcona ha conseguido con la exposición. No caerá esa breva.

Al margen del futuro judicial de Azcona una condena también tendría una lectura política. Todos aquellos políticos que respaldaron a Azcona quedarían en muy mal lugar por haber respaldado al autor de una ofensa en vez de a los ofendidos. O por haber autorizado una exposición con contenidos fuera de la ley. De hecho se ha incluido en la denuncia a Maider Beloki, la concejal de Cultura. El caso Azcona y los actos que ha desencadenado ha llevado también a un diario a publicar la existencia de unas amenazas que jamás se profirieron, a un partido político a sacarse de la mano una condena en base a unas grabaciones que nadie ha visto y, en general, a producir una serie de retratos que los retratados se hubieran podido evitar simplemente con un poco de respeto. La protesta popular y judicial, como poco, sirvió para todo esto.

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¿Cree usted que fue ofensiva para los creyentes la exposición de Abel Azcona?

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6 respuestas

  1. Ya han avisado las obispas: el ke se meta con la iglesias, lo paga.

    Antes era con la hoguera.

    Orain..¿con ke será?

    Gora Inkisizio Santua!!!

    Amen

  2. Ya dijo Churchill que en el futuro los fascistas se denominarían así mismos como antifascistas….y le faltó decir que «los fanáticos se denominarían así mismos como antifanáticos».
    Y en ello están, ahora que los antisistema gobiernan en aytos y CCAA….esos antisistema partidarios de «EL SISTEMA» soviético y nazionalsozialista.

  3. A mi lo de Azcona me parece una descortesia. Sentarlo por ello en un tribunal me parece un exceso y un error. Y todos los remedios que se sugieren (censuras previas o cierres a posteriori) son sencillamente inadmisibles.

    Ahora ese par de eminencias navarras destacadas en el Parlamento, Alli y Salvador, no se si por iniciativa propia o bajo ordenes del alcalde de Torreciudad, han propuesto «endurecer las penas a quien ofenda los sentimiento religiosos», para evitar cosas como el azconazo o lo de la capilla de la complutense (siendo casos distintos, pues en la complutense se asalta un espacio reservado)…. seguro que los imánes de las numerosas mezquitas salafistas estan encantados con la ocurrencia de estos dos zotes. Porque abrir una granja de cerdos, enseñar la evolucion o pasear con minifalda pueden «ofender los sentimiento s religiosos» tanto como lo de azcona o la maestre, segun qué reblandecidas cabezas los profesen. ¿La constitución? eso para cuando la necesito , pero no para vivr en una sociedad libre

    Que abren una exposicion ofensiva? No hagan caso y ya cerrará.

  4. ¡¡Que no!!, ¡¡Que la actuación de Azcona no es libertad de expresión!!. ¡¡Que tampoco es una ofensa a los sentimientos religiosos de los católicos!!. ¡¡Que el Art.525 de Código Penal es papel mojado!!. ¡¡Que faltaba la infalible y equidistante opinión del Liberal, hecha desde su particular oráculo en el centro del mundo!! y, por lo tanto, Sras. y Sres. eso es una «descortesía». ¡¡Que le he dicho buenos días y no me ha respondido!!. ¡¡Uf!!, Vd. perdone.

    Y tuvo lugar el parto de los montes, y parió un ratón.

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