Navarra Suma ha criticado que el PSN vaya a ceder al chantaje de los nacionalistas, dándoles más poder y capacidad de decisión para determinar el número de puestos de la administración pública donde se puntúe el euskera y el grado de valoración en dichos puestos. Así se desprende del borrador del decreto por el que se regula la valoración de méritos en el acceso y provisión de puestos en la Administración pública que ha trasladado el vicepresidente Remírez a la Mesa General de la Función Pública, dado que va a permitir que los departamentos de la Administración, con el asesoramiento Euskarabidea, puedan ampliar el euskera como mérito a más puestos.
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Desde la coalición se advierte que esto significa “dar el poder a la consejera Ollo, que no olvidemos es la consejera nacionalista que elaboró el decreto anterior tumbado por los tribunales y obtuvo una respuesta contundente de rechazo del conjunto de la sociedad navarra con una movilización sin precedentes”. Una movilización, por cierto, en la que participó el PSN cuando estaba en la oposición.
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Para Navarra Suma nos encontraríamos ante una nueva cesión y un nuevo peaje del PSN por el que, a cambio de mantener el sillón presidencial, se entregaría un cheque en blanco a los nacionalistas para volver a ejercer políticas que van contra la igualdad de oportunidades de todos los navarros en el acceso a la función pública: “supone entregar la llave del acceso de estos
ciudadanos a un empleo público”.
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La formación opositora señala que el PSN sigue sin solucionar la ruptura de la igualdad de oportunidades de los navarros que se produjo con el decreto del Gobierno de Barcos, porque trata de contentar a los nacionalistas y de mantener un equilibrio que no soluciona el problema y que “tiene a muchos navarros que optan a un puesto en la administración como los grandes perjudicados”.
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Asimismo, denuncia que el PSN reafirma de la mano del nacionalismo el proceso para crear una administración que no responde a la realidad sociolingüística de Navarra ni al porcentaje de navarros y navarras que pueden acceder a un puesto con el perfil requerido.
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Más grave aún, Navarra Suma ha cuestionado el porcentaje de puestos con requisito de euskera en las últimas convocatorias de empleo público excluyendo el ámbito educativo, ofrecidas por el vicepresidente Remírez, que no coinciden con las que dice manejar la coalición: “En lugar del 3% podría rondar el 9% de plazas que se han ocupado con este perfil”. Navarra Suma ha exigido a Remírez a que “no niegue información y la facilite como es su deber y obligación”. Lo cierto es que la medida en que el PSN está siendo o no un freno a la imposición lingüística del euskera nos la da el grado de descontento de sus socios nacionalistas respecto a este tema. La ausencia de toda fricción al respecto resulta sumamente indicativa de que la política lingüística de Chivite no es más que una continuación de la política lingüística de Barcos y su cuatripartito.
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