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Decir que con el actual sistema dentro de unos años nadie cobrará pensiones sería exagerado. Siempre habrá alguna aportación, por tanto siempre habrá algo que repartir. El problema es que hay muy pocos para aportar y muchos para repartir y la situación se va a agravar todavía más en los años venideros. El resultado es que habrá pensiones pero será imposible vivir de ellas.
Empecemos con el presente. Los números no son buenos:
Añadan a todo esto además, para agravar la insostenibilidad, que los empleados públicos (funcionarios + asalariados no funcionarios) cobran un 37,6% más que los asalariados del sector privado. Para hacernos una idea de la importancia que tienen los costes de personal en la insostenibilidad y casi-quiebra de la administración tengamos en cuenta que, por ejemplo, en Navarra suponen casi un tercio de los Presupuestos Generales de Navarra. En los Presupuestos del 2005, los gastos de personal suponían el 26,8%; en 2012, los gastos de personal suponen el 30,8%. ¿La culpa de que ahora no tengamos dinero para cuadrar las cuentas del estado es de los salarios de los empleados públicos? Pues aunque sea impopular y políticamente incorrecto, hay que decir que un poco sí. Ahora bien, la culpa no es de los empleados sino de los empleadores públicos.
Más largo plazo, más negro porvenir
Por si fuera poco, sumen a todo lo anterior la noticia con la que nos desayunábamos hace sólo unos días, pero que es la consecuencia lógica del prolongado descenso de la natalidad que se viene produciendo hace años y años: “España perderá población en 2013 por primera vez desde 1981”. Huelga decir que en un sistema de pensiones de reparto, por tanto piramidal, los ingresos de los que están arriba (los jubilados) dependen directamente de las aportaciones de los que están abajo (los trabajadores). Un simple vistazo a la pirámide de población española evidencia que pirámide sí que hay, pero invertida a partir de los 35 años. ¿Cobrará usted una pensión cuando se jubile? ¿Será suficiente? Repase los datos que acabamos de ofrecer, eche un vistazo a la pirámide y pregúntese a sí mismo si, para cuando se jubile, no tiene que empezar a pensar ya a montarse su propio plan de capitalización privado.
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5 respuestas
Algunas precisiones técnicas:
a) Según fuentes de la Seguridad Social, el sistema de pensiones -si se mantiene la tendencia y no se introducen modificaciones- aguanta un máximo de 40 años.
b) Meter a los funcionarios no es correcto porque hay una parte que cotizan por MUFACE (la Mutualidad) que perciben clases pasivas del Ministerio de Hacienda, no de la Seguridad Social.
c) Me parece correcto matizar, como hace NC que en el caso de los empleados públicos, la «culpa» no es de éstos sino de los empleadores.
d) Aunque no sea un axioma perfecto, si los empleados públicos cobran más cotizarán más; pero esto sólo es cierto para los acogidos al régimen de Seguridad Social no a MUFACE donde la diferencia de cotizaciones es mínima.
e)El descenso de la población es un problema evidente pero también tiene otro matiz; habrá que aumentar la población que, en edad laboral, trabaje, porque si aumentamos la población y no encuentran trabajo al llegar a los 18 años no hemos arreglado nada sino todo lo contrario.
f) Determinados funcionarios públicos se jubilan a los 70 años, mientras que los trabajadores privados se jubilan antes (teóricamente a los 65 aunque la realidad es que la media es de 62,5 años).
g)La pensión máxima de un funcionario de MUFACE es de unos 2.300 euros netos, mientras que un trabajador que haya cotizado por las bases máximas alcanza los 2.796 euros netos mensuales en 14 pagas, siempre que prolongue su vida laboral hasta los 70 años.
Pero bueno, dada la situación yo espero no cobrar la pensión (no me creo lo de aguantar cuarenta años) y supongo que nos quitarán la única paga extra que nos queda.
Y desde luego, Bruselas va a meter mano en las pensiones y en la Administración pública, quiera o no quiera el Sr. Rajoy; eso está por descontado.
Es notoria la ignorancia de muchos sobre MUFACE, la atención médica y servicios de salud, etc.
De nuevo, nuestra clase política mayoritaria (PSOE+PP+IU+etc.) se afanan siempre que tienen oportunidad es proclamar a los 4 vientos la gran mentira de lo bueno, bonito y sostenible que es nuestro sistema de seguridad social (SS), y en particular nuestro sistema de pensiones, pero la única certeza es que está quebrado técnicamente: la capitalización presente de mi futura pensión, por mis aportaciones realizadas durante los últimos 20 años, resulta que es 0€, porque con mi capitalización se está sufragando a quienes son pensionistas ahora. A esto, en el mundo financiero, se le llama fraude según un esquema Ponzi, pero, como tiene el aval del Estado, parece que tiene prohibido quebrar, hasta que… quiebre. Y las últimas operaciones: quito del fondo de aquí para poner allí, compro deuda del Estado y otras que no conocemos sólo ponen de manifiesto las muchas dificultades para acometer las obligaciones presentes.
Como señala Teranleto, lo de las pensiones tiene toda la pinta de ser una estafa piramidal o sistema Ponzi. Invento por cierto español, concretamente de Doña Baldomera Larra, «La madre de los pobres», hija del periodista y escritor romántico Don Mariano José.
Así que ya ven, no es que los españoles no hayamos aportado grandes cosas al mundo financiero, sino que somos los inventores del asunto, aunque la gloria se la lleve el asesor de Mussolini, Carlo Ponzi.
¡Ay! Es que con el contubernio y la Leyenda Negra no se reconocen nuestros méritos
Buenos días,
Lo que está claro es que el sistema no es sostenible en el tiempo tal y como lo conocemos. Eso significa que en algún momento habrá que modificarlo. El problema es que cualquier modificación “estructural” del mismo para hacerlo sostenible implica que quien lo haga perderá las elecciones (por eso se creo el pacto de Toledo). Y ese hecho, unido a que no es un problema que vaya a ocurrir en diciembre de 2012, hace que los políticos pospongan su solución. Antes que después habrá que tomar las siguientes decisiones “dolorosas”:
– Pasar del actual sistema donde los que aportan pagan las pensiones ahora a uno donde individualmente se capitalicen las pensiones. El problema es la transición y los elevadísimos costes de la misma. Si yo tengo 50 años y se cambia el sistema, ¿Qué pasa con todas mis anteriores cotizaciones? ¿Quién paga a los actuales pensionistas cuando mis cotizaciones sean sólo para mí? ¿Cómo ahorro sin que se lleven los bancos mi dinero en comisiones?
– Cambiar la edad de jubilación dependiendo de la esperanza de vida y de la cuantía de la pensión. Si el sistema sigue siendo el actual la edad de jubilación ira subiendo, ya que según cumplimos años la gente tiene la manía de morirse. Si el sistema es el individual, la edad de jubilación podrá bajar ya que en todo momento puedes saber la pensión que te quedará.
– “Liberalizar” el estado de jubilado. En la actualidad una vez que eres jubilado, es para toda la vida. En el sistema individual se podrá pasar de jubilado a trabajador a voluntad (en teoría, por que en la práctica será mucho más complicado).
– Poner un coste a los servicios, es decir, más copago. Los jubilados no podrán tener “todo” gratis. Se les denegarán servicios. Seguramente se realizarán grupos en los mismos con diferentes derechos, es decir, no dependerá exclusivamente de la edad sino de otros factores y tendrán bandas de pago mucho mayores. Esto ya ocurre de manera sutil y está empezando a ser visible; por ejemplo, existen límites a la edad de trasplantes por ejemplo.
– Bajar las pensiones que dependan del estado. La cuantía de la pensión dependerá de toda la vida laboral y de sus aportaciones.
– Como hecho positivo nos venderán que con el sistema individual, si tú te mueres el valor del fondo de pensiones pasa a tus herederos. Con el sistema actual, el beneficiario es el estado.
– Abrir las fronteras a la inmigración. La única manera de hacer sostenible un poco más de tiempo el actual sistema es aumentar los cotizantes. Si somos capaces de elegir a las personas que vengan mejor. En la práctica eso supondrá que, mientras se pueda, mano de hierro con el inmigrante poco capacitado y guante de seda con el inmigrante muy capacitado. España tiene la bendición del clima y ese es un efecto llamada muy importante.
Un símil sería que el actual sistema es un autobús que va directo a estrellarse con una pared con la dirección bloqueada. El anterior conductor sabía del choque y de sus consecuencias. Decidió saltar fuera sin avisar a los ocupantes. El autobús cada vez está más cerca de la pared y queda menos tiempo de reacción. Un nuevo conductor aparece y ve lo que se le viene encima. ¿Qué hará? ¿Tendrá “altura de miras”?