Los votantes de izquierdas deberían saber esto. Es decir, ya saben que en la frontera entre Grecia y Turquía se está produciendo una grave crisis migratoria. Llevamos varios días inundados por imágenes de inmigrantes y sus padecimientos frente a la malvada policía griega, que a lo mejor lo es en algunos casos. Tampoco los inmigrantes son maravillosos y pacíficos en todos los casos. La situación, de todos modos, la ha generado el gobierno turco dando la patada hacia arriba a los refugiados que llegan masivamente a Turquía desde Siria. La política de Erdogán en cuanto a la inmigración gira en torno a dos pivotes.
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El primero es el militar. Turquía desarrolla sus propias políticas militares en Siria, no tanto destinadas a combatir a los terroristas islámicos como a masacrar a los kurdos. El segundo pivote es el económico. Turquía recibe montañas de dinero de la UE a cambio de acoger a los refugiados en su territorio en vez de enviarlos hacia la UE. Obviamente los refugiados son un arma en manos del gobierno turco y como tales los utiliza. Es decir, cuando Turquía recibe alguna condena internacional por alguna salvajada en particular contra los kurdos, amenaza con abrir la puerta de salida a los refugiados. Cuando Turquía necesita dinero, amenaza con abrir la puerta de salida a los refugiados. Turquía masacra esporádicamente a los kurdos, pero necesita dinero de manera constante. Así que tenemos un problema en origen en Siria con el terrorismo islámico y un país como Turquía que utiliza a los refugiados como moneda de cambio. Podría añadirse un pivote más y es que Erdogán también aprovecha el comodín de abrir la puerta de salida a los refugiados para ir perfeccionando, sin que el mundo proteste, la dictadura que lleva implementando desde el fallido golpe de estado contra su gobierno en el año 2016.
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Lo que no saben los votantes de izquierdas es que el gobierno de España, o sea el maravilloso gobierno de España, el de la extrema izquierda, el de las políticas sociales y progresistas, va a hacer una importante aportación a la crisis de los refugiados en las fronteras griegas, esas desde las que nos llegan terribles imágenes de policías tirando botes de humo a los niños, a los que los refugiados usan a veces como escudos humanos para conseguir las terribles fotos que conmueven después a la opinión pública occidental. Obviamente esto no niega que también haya un drama real.
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https://twitter.com/i/status/1234537150160523264
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La aportación concreta del gobierno de progreso de España a este estado de cosas va a consistir concretamente en mandar policías a la frontera a ayudar a los desbordados policías y militares griegos a frenar a los refugiados en virtud de FRONTEX, la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas, que se creó en 2004 para ayudar a los Estados miembros de la UE y a los países asociados a Schengen a proteger las fronteras exteriores del espacio de libre circulación de la UE.
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En definitiva, la política de inmigración española consiste en acoger un barco con sólo unas docenas de inmigrantes para hacerse la foto, y a continuación abrazar las devoluciones en caliente, elevar la altura de las vallas de Ceuta y Melilla, y estudiar cuántos policías mandan a Grecia para frenar a los refugiados lejos de nuestras fronteras. Esto lo hacen otros gobernantes y se les llamaría asesinos. Esto lo sostienen otros votantes y les dirían que también ellos tienen las manos manchadas de sangre.
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