A estas alturas sabemos que, pese a la insistencia de Pedro Sánchez por presumir de su gestión, España ha sido el país desarrollado que más ha sufrido económicamente el impacto de la pandemia y el que menos se ha recuperado de ese impacto. O sea, a lo mejor es pedirle demasiado al gobierno que las cosas vayan bien cuando hay una crisis global, pero es razonable pedirle que no sea el peor. Igual que a lo mejor es poco exigirle al gobierno sólo que las cosas mejoren cuando hay una recuperación global y conformarse con ser los que tenemos una menor recuperación. Irónicamente Pedro Sánchez también presume de todas las ayudas que estamos recibiendo de Europa lo que todavía dibuja un cuadro peor de su gestión. De entrada porque o presumes de todo el oxígeno que te tienen que administrar para que no te ahogues o presumes de buena salud, una de dos. En segundo lugar porque si ya con todas esas ayudas somos los más impactados y los menos recuperados, ¿cómo sería la cosa sin ayudas y librados tan sólo a la fabulosa gestión de Pedro Sánchez?
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Para el impacto que hemos sufrido y la escuálida recuperación en términos de PIB que estamos experimentando (recuperar con suerte un 5% cuando el año pasado se ha caído un 10,8% es una recuperación escuálida), lo cierto es que por una vez el mercado laboral no es lo que peor se ha portado. Cierto que tenemos un nivel de paro muy alto, pero ya lo teníamos antes de la crisis. El buen comportamiento relativo del mercado laboral puede achacarse al buen funcionamiento de la reforma laboral del PP, aunque tampoco nos encontramos ante la presencia de ningún milagro y tampoco en esto en el fondo el gobierno se puede permitir el lujo de presumir.
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Pedro Sánchez llegó a la presidencia del gobierno en junio de 2018. Parece que han pasado mil años, pero ha sido sólo una eternidad de 3 años y medio. Si comparamos los datos de la EPA (no son los que más le gusta citar al gobierno) del tercer trimestre de 2018 con los del tercer trimestre de 2021, nos encontramos con que en 2018 había 19,5 millones de ocupados frente a los 20 millones de ocupados de 2021. Eso sí, tenemos 3,41 millones de parados frente a los 3,32 millones de parados de 2018, pero centrémonos en los ocupados que es el dato del que le gusta presumir al gobierno. Hay 500.000 ocupados más que en 2018 cuando Pedro Sánchez tomó el timón del gobierno.
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Nuevo récord de deuda pública: 1.432.301 millones de euros, el 122,1% del PIB. Y ‘el que venga detrás que arree’ https://t.co/ChVFNAyDhs
— Hispanidad (@web_hispanidad) November 17, 2021
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La mala noticia es que desde que Pedro Sánchez ocupa la presidencia también hemos pasado de los 1,16 billones de deuda pública a los 1,43 billones, lo que significa que la deuda pública desde la llegada de Sánchez ha crecido en 270.000 millones. Es decir, que por un lado tenemos 500.000 ocupados más y por otro 270.000 millones de deuda más. O dicho de otro modo, por cada ocupado más Pedro Sánchez nos ha endeudado en 540.000 euros. Resulta muy difícil llamar a este resultado maravilloso porque entonces no sabemos lo que tendría que pasar para que pudiéramos calificar algo de desastroso.
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