Caja Navarra fue vendiendo y alquilando inmuebles, incluyendo su sede y múltiples oficinas de Pamplona y su comarca, durante varias etapas. En la que afecta a Yolanda Barcina, se trató de una operación de unos 20 millones de euros en la que la presidenta participó con 50.000 euros (un 0,23%). En las últimas fechas el debate ha girado en torno a si se trataba de una operación impropia, misteriosa o un chollo al alcance tan sólo de personas con información privilegiada. Todo esto ha quedado bastante aclarado al tratarse de una operación cuyos detalles fueron publicados en su momento por la prensa local, que implicaba la posibilidad de que hubiera pérdidas (como de hecho es casi seguro que las haya en este momento) y que no era sino uno más de los productos de inversión del abultado catálogo de la CAN, que como muchos de estos ofreció a cientos de clientes de diversos ámbitos en función de su perfil inversor. Tanto por el riesgo de pérdidas, como por el importe de los intereses (3.000 euros), como por el hecho de que ya el bono español a 10 años ofrezca un interés del 5,45%, difícilmente se pueden apreciar en la operación elementos extraordinarios. Sin perjuicio de los errores que haya podido cometer Yolanda Barcina en relación con la CAN, nadie hasta el momento ha explicado exactamente por qué Yolanda Barcina no puede ser cliente de la CAN e invertir como tal en sus fondos o cualquier otro producto de inversión.
¿Ha salido la información por algo que Barcina ha hecho bien?
Para cambiar el sistema, el sistema prevé la participación en el propio sistema. Es decir, que seguramente no se puede cuestionar el carácter marxista y revolucionario de Bildu mientras está en la oposición cobrando sueldos que multiplican por varios miles de veces los de los habitantes de cualquier país del tercer mundo. La cosa cambia cuando Bildu llega al poder, como en Guipuzcoa, y básicamente mantiene esos sueldos: entonces sí es cómplice del sistema burgués que denuncia. En el caso de Barcina, no ha tenido el poder de cambiar lo que sucedía en Caja Navarra hasta llegar a la presidencia y hay que decir en su favor que las cosas han empezado a cambiar con ella, que ha devuelto relojes, disuelto órganos, publicado salarios y eliminado dietas. Tal vez no tan rápida y contundentemente como hubiera sido deseable, tal vez presionada por la opinión pública, tal vez manteniendo a los responsables del desaguisado durante demasiado tiempo, pero dando pasitos al fin y al cabo. Si alguien ha recibido una herencia financiera envenenada, sin duda ha sido Yolanda Barcina. Y aún se puede sospechar que la publicación de su participación en Navarra Building sea una consecuencia de alguno de los pasos que últimamente ha dado la presidenta. Ahora bien, si la participación en Navarra Building es todo lo que se puede sacar a la luz de Barcina, entonces de momento la presidenta puede dormir bastante tranquila. Eso sí: en el problema de la CAN en general ha tardado mucho en reaccionar con contundencia y ha perdido hasta la presunción de inocencia de muchos ciudadanos. Ahora le toca recuperarla más con transparencia y toda suerte de explicaciones que con denuncias. Y sobre todo con actos.
Desmarque de Enrique Goñi y patrimonio de Barcina
En el artículo en que la presidenta ofrecía su versión sobre este asunto ayer domingo en Diario de Navarra, llamaba la atención su ostensible desmarque del nombramiento de Enrique Goñi, tras señalar que este nombramiento fue un suceso fundamental en el devenir del a CAN, con estas palabras: “mi participación en aquella elección, se circunscribió a aprobar la propuesta que realizó el Gobierno de Navarra”. En aquel momento, Yolanda Barcina sólo era alcaldesa de Pamplona.
Barcina también alude en a entrevista a que sus ingresos y su patrimonio se encuentra publicados en la web del Gobierno de Navarra y hemos querido comprobarlo. Efectivamente ahí está y estos son sus ingresos y patrimonio. Llama la atención acaso la diferencia con otras personas que cobrando una cantidad similar o incluso superior que Barcina carecen de cualquier patrimonio. Parece que a todo el mundo no le cunde igual el dinero.
http://www.gobiernoabierto.navarra.es/es/transparencia/declaracion-altos-cargos/maria-yolanda-barcina-Angulo .. ..
17 respuestas
Gracias Don Fernando por su aclaración. La verdad es que cuando leo las críticas vasquitas a la gestión de CAN siempre les atizan porque no se fusionaron con las vascas (una caja para someterlos a todos, un quechua para igualarlos a todos). Pero claro, Ibercaja está igual de cerca… (o de lejos).
Sobre el resto de comentaristas, pues siempre he tenido una duda. No a nivel Gobierno Foral pero sí, por ejemplo a nivel Alcalde de Pamplona. Conozco presidentes de patronales empresariales a los que he llevado alguna vez en algún vuelo que además de ser empresarios (de lo que sea) dedican el tiempo a la Confederación que presiden, algunas de ellas que gestionan presupuestos similares al Ayto de Pamplona.
Y hacen las dos cosas. Y de la Asociación no cobran. Bien es cierto que pueden cobrar en términos de representación (hacer negocios por sentarte en una mesa de no se donde o poder ir al Palco del Bernabeu) pero…
Me pregunto hasta qué punto es necesario que un concejal de Pamplona cobre por su actividad. Y un Alcalde. Y un Parlamentario Foral.
Yo sería alcalde de mi ciudad, sin dejar de operar mis CRJs. Y eso que Irene (snif) se volvió a su tierra. Creo que puede ser cuestión de limitar tu actividad a lo realmente productivo y no a lo realmente fotogénico.
No se… Tengo mis dudas. Ahí lo dejo para su reflexión.
Sr. Itúrbide, pues yo veo perfectamente eso que dice Vd. que no le gusta de YB, que tenga «la misión de controlar que la CAN para que cumpla con sus fines y a la vez ser cliente de la CAN». Si tiene sus ahorros en la entidad que controla, hará lo posible por que todo vaya bien. Eso es lo que generalmente ocurre con los miembros del los Consejos de Administración de las entidades financieras. A mi lo que no me mola es que haya accedido a ese cargo como consecuencia de ser presidenta o alcaldesa (lo mismo que parlamentarios o sindicalistas en el Consejo de Administración de la CAN), o sea, las cajas de ahorro entregadas a los políticos, pero eso, tendremos que «agradecérselo» a cierto exministro «de progreso» nacido en la ribera del Cidacos.