La caída de los nazis dio lugar en Europa a dos realidades antagónicas. Por el oeste, la retirada de los nazis daba lugar a la liberación de los pueblos ocupados y la instauración de regímenes democráticos. Por el este, a la ocupación nazi no le siguió ninguna liberación, sino la sucesión de una ocupación por otra. Los pueblos de la Europa del Este pasaron sin solución de continuidad de la dictadura nazi a la dictadura comunista.Y bajo el socialismo real seguirían viviendo durante casi 50 años.
Las dos Alemanias.
Es posible iniciar largas disquisiciones acerca de las diferencias entre los regímenes a uno y otro lado del muro. Sin embargo, había una diferencia especialmente significativa entre ambos. No hacía falta rodear con muros y ametralladoras el lado occidental para evitar que la gente huyera en busca de libertad y oportunidades al lado soviético. Curiosamente, aunque el caso más significativo es el Muro de Berlín, se trata de un fenómeno que se ha reproducido siempre allí donde el mundo libre ha hecho frontera con el socialismo.
Socialismo y/o muerte.
La doctrina marxista nació con una pretensión científica. Pretendiendo ser científica, sus seguidores la convirtieron en verdad indiscutible. Quienes la discutieron, pasaron a convertirse en disidentes y perseguidos. Los hechos, poco a poco, fueron dejando en su sitio las pretensiones científicas del socialismo real y el marxismo. 100 millones de seres humanos dejaron la vida por el camino.
Las reliquias del socialismo.
Ya no se acumulan, acechantes, las divisiones blindadas del Ejército Rojo al otro lado del muro. Sin embargo China, el mayor país del mundo, es al mismo tiempo la mayor dictadura del mundo. La Venezuela rica en petróleo inundada por dinero capitalista, tras nacionalizar el sector eléctrico, experimenta continuos cortes en el suministro de energía. Cuba, más allá de la burbuja privilegiada hasta donde llegan los turistas de progreso, padece desde 1962 la cartilla de racionamiento.