Una sucesión de hechos irregulares.
Hace unos meses, el TAN determinaba la ilegalidad del nuevo chalet de la alcaldesa, que fue edificado sin respetar las normas urbanísticas. Sumando escándalo sobre escándalo, doña Virginia reaccionó decidiendo recurrir ante los tribunales la resolución del TAN sobre su vivienda particular, pero endosando a los contribuyentes los costes del proceso.
Ahora es la factura del teléfono la que vuelve a traer a la actualidad las actividades de doña Virginia. Según UPN, Virginia Alemán gasta cada mes “más de 300 euros en un teléfono que tienen que pagar todos los baztaneses”. Se trataría sin embargo de un teléfono “de progreso”, puesto que buena parte de las llamadas se realizan a partir de las 20 horas, cuando no resulta probable que doña Virginia siga atendiendo las labores propias de su cargo de alcaldesa. UPN, incluso, plantea la existencia de mensajes SMS “a teléfonos que se corresponden con los habituales de los concursos”.
Doña Virginia ha calificado de “indecente” esta información, acusando a la oposición de que “no tienen ideas para proponer ningún proyecto y simplemente se dedican a desacreditarme con ataques vergonzosos”. No obstante, la alcaldesa reconoció que utiliza el mismo móvil como teléfono personal y como teléfono de trabajo para la labor municipal, que para uno u otro uso tiene que introducir un código y que “puede que en algún caso puntual me haya equivocado y haya usado el del Ayuntamiento”.
Porque yo lo valgo.
En el mes de septiembre, ya doña Virginia fue noticia al celebrar su reelección con una subida de sueldo del 13% hasta los 50.000 euros brutos. De este modo, acumulaba una nueva subida a otras anteriores que convierten la alcaldía del Baztán en la tercera mejor retribuida de Navarra tras la de Pamplona y Tudela. Con la diferencia de que el Valle de Baztán sólo cuenta con 7.000 habitantes. El imparable ascenso del sueldo de progreso de los 7 concejales de Nabai en el gobierno, no obstante, corría paralelo a un descenso equivalente de los sueldos de los concejales de la oposición, que contemplaban atónitos cómo la alcaldesa y su equipo les bajaban el sueldo para poder subírselo ellos.
Lo cierto es que los comportamientos poco presentables comienzan a resultar demasiado habituales en el partido de Txentxo Jiménez, que ante este tipo de situaciones, incluyendo la del propio Txentxo, siempre ha optado por el cierre de filas frente a la ejemplaridad o la exigencia de responsabilidades.