¿Pagar la nómina entera a los trabajadores? ¡Jamás!

Antonio Garamendi, el líder de la CEOE, a veces no se sabe muy bien por dónde le da el viento, como a la propìa CEOE. Con este gobierno la CEOE debería vivir instalada en el clamor de forma permanente, pero más bien se ha instalado en un silencioso almohadón de confort institucional. Tampoco es un fenómeno del todo sorprendente. Ya mucho antes del sanchismo era evidente que los sindicatos de empresa, como los sindicatos de los trabajadores, tienen vida propia y sus propios intereses, se representan a sí mismos y buscan su bienestar más que el de sus afiliados y supuestos representados, sean trabajadores o empresarios. A fin de cuentas cuando uno prefiere vivir de los ingresos públicos que de las cuotas de los representados el resto del cuento se escribe solo. Por otra parte, hay gobiernos que dan miedo y a la sombra del BON se puede ganar o perder mucho dinero, según seas amigo -por lo menos sumiso- o enemigo. Esto lo tienen muy claro, por ejemplo, las grandes empresas del IBEX35.

Dicho todo lo anterior, Garamendi ha llevado a cabo una propuesta interesante: que la empresa pague la nomina entera a los trabajadores y que después sean estos los que paguen las cotizaciones sociales. ¿Y por qué nos parece semejante idea interesante?

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Garamendi señala que de este modo la sociedad en general y los trabajadores en particular podrían ver la magnitud de los costes salariales. Efectivamente, las cotizaciones sociales son un coste salarial que el trabajador generalmente no percibe porque no lo paga. Pero en realidad esto sería lo fundamental de que las empresas dejaran de pagar al estado por los trabajadores y entregaran a los empleados la nómina entera, de esta forma el trabajador podría comprobar que las cotizaciones sociales en realidad no salen de la empresa sino de su nómina, de su bolsillo, y por tanto funcionan como un impuesto más que está pagando él pero sin saberlo, porque lo recauda la empresa para el estado. Pero como es una parte del salario que no llega ni a entregarse, el trabajador ni se entera de que la está pagando.

Esta medida sería importante para zanjar de una vez el debate de quienes cuestionan que las cotizaciones sociales sean una suerte de impuesto, o como queramos llamar a la parte del sueldo que se lleva el estado por uno u otro concepto. Si el trabajador cobrara la nómina entera y fuera él quien después tuviera que pagar las cotizaciones sociales, sería evidente e indiscutible que las cotizaciones sociales salen de su salario. Obviamente al empresario le da lo mismo pagar la nómina entera al trabajador que pagar por separado al estado y al trabajador, el coste para la empresa es el mismo. A quien no le conviene esta medida es al estado, que quiere seguir fingiendo que las cotizaciones sociales no salen de las nóminas, no son un impuesto y no deben ser computadas como tales.

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Dejar de ocultar este impuesto evidenciaría además lo que todos los años denuncia el día de la liberación fiscal, y es que el estado se lleva cerca del 50% de nuestro salario real y que por tanto nos pasamos la mitad del año o más sólo pagar los gastos del gobierno. Aunque no seamos funcionarios ni gocemos de las condiciones de los funcionarios, todos trabajamos al menos 6 meses para el gobierno. Pero no cobrando, pagando.

Pagar la nómina entera a los trabajadores, además, eliminaría la excusa de que reducir las cotizaciones sociales beneficiaría a las empresas pero no a los trabajadores, y que las empresas pagarían menos cotizaciones pero no subirían los salarios. Si la empresa pagara la nómina entera y fueran los trabajadores los que tuviera que pagar las cotizaciones, una bajada de las cotizaciones significaría una automática subida de sueldo. Por todo lo anterior no tenemos ninguna esperanza de que este gobierno vaya a adoptar la medida que propone Garamendi. Al gobierno le interesa mucho más seguir cuestionando que las cotizaciones sociales funcionen como un impuesto a los salarios, seguir usando a las empresas como recaudaras y seguir cobrando en la sombra sin que ni se entere el trabajador.

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