Japón cuenta con una población de 128 millones de personas. De ellas, sólo un millón son católicas. Curiosamente, el próximo primer ministro es una de esas personas. Más aún, es sólo el segundo católico en acceder a dicho cargo. El primero fue el primer ministro Masayoshi Ohira, en 1979.
La familia de Taro Aso, emparentada con la familia imperial, proviene de Kyushu, la isla meridional del archipiélago nipón y destinataria de la primera labor de evangelización cristiana en el siglo XVI. El nombre del primer ministro, por tanto, se remonta a la llegada de San Francisco Javier a Japón en 1549.
Taro Aso es definido por el diario El País como “un halcón conservador con mucho carisma por sus formas directas”. Aparte de por su condición de católico en un entrono sintoísta, Aso destaca además por su afición al Manga y su faceta literaria, que le ha llevado a escribir un par de libros, uno de ellos convertido en best-seller. También representó a Japón en tiro olímpico en los Juegos de Montreal de 1976.