¿Nunca mais? La teoría era que con un gobierno progresista nunca más habría vertidos de petróleo, ni accidentes aéreos, ni atentados islamistas, ni participaríamos en guerras en las que los estadounidenses lanzaran alguna bomba que matara a un niño. Aunque casi todas estas cosas han vuelto a suceder durante los últimos años, o no han pasado gracias a la policía, estas Navidades se ha demostrado –de nuevo– que con un gobierno socialista también puede haber vertidos de petróleo. En este caso podríamos estar hablando de 160.000 litros de petróleo frente al Delta del Ebro. Naturalmente, desde el punto de vista cuantitativo podría haber sido cualquier otra cantidad en cualquier otro punto de la costa en cualquier momento. La diferencia cualitativa es que, en vez de burlarse de los “hilillos de plastilina”, esta vez el diario El País ha minimizado el impacto ecológico asegurando que “el vendaval dispersa el vertido”. Vamos, que el petróleo se lo lleva el viento. La otra diferencia es que ningún preboste del PSOE, tertuliano del Gato al Agua para más señas, ha analizado el vertido en los mismos términos en los que lo hizo en el caso del Prestige: «Vamos sobrados de votos; y, si es necesario, hundimos otro barco». Esperemos que el impacto del vertido, más por suerte que otra cosa, resulte siendo mínimo. Quien vote al PSOE, por tanto, que no lo haga ya para evitar atentados islamistas, ni por los niños bombardeados, por las aeronaves militares que se estrellan, ni tampoco por los vertidos. Háganlo por todos los puestos de trabajo que han creado.