La Comisión Antiviolencia propone sancionar a Osasuna con el cierre del Sadar durante dos meses y una multa de 200.000 euros «por facilitar entradas de cortesía a miembros del grupo Indar Gorri con ocasión del encuentro Las Palmas-Osasuna, jugado el pasado 12 de enero».
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No es la primera vez que la Comisión Antiviolencia dictamina este tipo de sanciones a Osasuna sino que se trata de un goteo constante.
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En los últimos meses, podemos encontrar noticias como que la Comisión Permanente de la Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte propuso una sanción grave de 50.000 euros al Osasuna por apoyar y favorecer al grupo violento Indar Gorri, al proporcionar entradas en la zona visitante a algunos de sus miembros para asistir al encuentro Valladolid-Osasuna.
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Encontramos también una sanción de 65.000 euros por desplegar en el estadio dos pancartas sin el certificado de estar realizadas con materiales ignífugos, como resulta preceptivo.
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En otra noticia reciente, la Comisión Antiviolencia acordaba diversas propuestas de sanción, entre las que destacaba una sanción «muy grave», de 200.000 euros de multa y la clausura por un periodo de un mes de su estadio, por mantener como socios a algunos miembros del grupo ‘Indar Gorri’, «condenados penalmente por diversos delitos; hacer caso omiso a las indicaciones del coordinador de seguridad en relación con las medidas a adoptar con dichos individuos y permitir, a alguno de ellos, la entrada en diversos encuentros de la presente temporada; y, por último, no cumplir con las obligaciones para el correcto mantenimiento del Libro de Registro de Actividades de Seguidores».
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To do lo anterior quiere decir al menos dos cosas.
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En primer lugar que los Indar Gorri son los auténticos dueños del Osasuna. Hacen lo que quieren, campan a sus anchas y el club paga las consecuencias porque por simpatía, dependencia o temor prefiere eso a enfrentarse a los ultras.
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En segundo lugar que Osasuna está pagando al año, al menos si se materializan efectivamente las sanciones, mucho más dinero en multas que en pagar a los contribuyentes el alquiler de Tajonar. Es decir, a los contribuyente Osasuna les está pagando cero euros por el uso del Sadar y 75.000 euros por el uso de Tajonar. En consecuencia a Osasuna le sobra el dinero y se ríe del contribuyente que tiene su dinero enterrado en el Sadar y Tajonar, pudiéndolo dedicar a pagar las multas que se le imponen por culpa de los Indar Gorri,
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Pero Osasuna es una institución foral, una patria, una religión. No se puede criticar a Osasuna. Navarra no podría existir sin Osasuna. Osasuna no podría existir sin los Indar Gorri y los Indar Gorri no podrían existir sin liarla a su paso. Pan y fútbol. O si hay que elegir pues fútbol. Al parecer aquí, menos los contribuyentes, todo el mundo es imprescindible para mantener la foralidad y la navarreiedad. Y encima ascenso y período electoral. Osasuna, aúpa, que tú sabes triunfar.
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