Empleados de Banca Cívica recibieron presiones de sus superiores para que adquirieran participaciones de la entidad, ante su salida a bolsa en julio de 2011. A trabajadores que se resistieron a adquirir acciones se les amenazó con represalias durante el proceso de reestructuración del banco por su presunta falta de lealtad a la compañía. Así lo denuncia elconfidencial.com citando fuentes sindicales y a los propios trabajadores de Banca Cívica.
La salida a bolsa de Banca Cívica supuso la movilización de toda la red comercial de las cajas que la componían en un momento de desesperada necesidad de liquidez por parte de la entidad. Este estado de necesidad habría generado situaciones de presión sobre algunos empleados no sólo para colocar el mayor número posible de acciones entre los clientes sino para que también las compraran ellos mismos e incluso sus familiares.
La información señala que la presión sobre la plantilla para colocar las acciones fue ejercida de forma desigual en la red territorial de Banca Cívica, pero que tuvo como objeto conseguir que se cubriera totalmente el 2% de la emisión reservada a los empleados.
Citando fuentes de CCOO en Andalucía, El Confidencial relata que en oficinas vinculadas a Cajasol se ordenó a los trabajadores que adquirieran acciones por valor de 2.000 euros, aunque la cantidad se rebajó posteriormente a entre 1.600 y 1.700 euros gracias al descuento que se concedió a los empleados. “El que no lo hiciera se iba a casa. Las órdenes fueron clarísimas. Se decía que era necesario demostrar el compromiso con la entidad y que, de lo contrario, la gente se atuviera a las consecuencias”. Banca Cívica habría incluso ofrecido créditos blandos a empleados que alegaron no disponer de dinero para poder justificar su negativa. Antiguos empleados habrían confirmado a El Confidencial estos datos, también corroborados por UGT, que incluso añade la denuncia de presiones para que los empleados tampoco vendieran después sus acciones, al punto de que para controlarlos se llegara a utilizar la base de datos corporativa, en la que se podía comprobar el número de acciones que tenía cada empleado.
Inversión catastrófica
Las acciones de Banca Cívica arrancaron para los inversores que acudieron a la salida a bolsa, incluidos los empleados que se convirtieron en accionistas, con un precio de 2,7 euros. Cuando Banca Cívica se unió a CaixaBank el precio fue de 1,53 euros lo que supuso para los participantes una pérdida del 43% del capital invertido.
Los abogados de UPyD pedirán al juez que ya instruye el caso Banca Cívica en la Audiencia Nacional, Eloy Velasco, que investigue estas coacciones a los trabajadores de la entidad por si fueran constitutivas de delito.
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4 respuestas
Desgraciadamente, estas «insinuaciones» para cumplir las cuotas (tramos institucional, minorista y de empleados) han sido frecuentes en la salida a Bolsa de acciones de entidades financieras. Hasta aquí todo normal, entre comillas.
No obstante si se denuncia que ha habido presiones o coacciones y se aportan datos o hechos jurídicamente válidos, la acción es constitutiva de delito.
A ello habría que sumar otra posible acción antijurídica, presuntamente, y siempre que se demuestre que se utilizaron medios de control (la base de datos corporativa), para vigilar que no se produjeran ventas de acciones, que lógicamente desplomarían la cotización.
En cuanto a los créditos «blandos» supongo que estarían recogidos en el convenio colectivo, pero aunque así fuera.
Los tribunales de justicia están hartos de fallar en contra de bancos y cajas de ahorros en dos casos:
a) Cuando se liga la concesión de un préstamo al mantenimiento de la nómina en la entidad (es una cláusula nula).
b) Cuando la hipoteca se liga a que el seguro de vida se realice con una empresa vinculada al grupo.
Por lo demás, nada nuevo bajo el sol.
PD.: La CNMV sí podía investigar los movimientos de acciones de altos cargos en las fechas próximas a la producción de hechos relevantes. Es lo que hace la SEC (el equivalente en Estados Unidos)y nadie se llama a andana o escándalo.
Pero nosotros no somos USA, evidentemente.
Ahora que vengan los del Quesito, Sanz , Catalán y Robertico, a contarnos cuánto dinero de las dietas se gastaron en comprar acciones de la extinta CAN…
Normal. No es noticia. Si pensaron que la conducta de Banca Cívica era delictiva ¿ porqué no denunciaron entonces? Si no se percataron, mejor que se vayan a trabajar a otra parte; no sé si me merecen mayor conmiseración los viejecitos que sin saber las cuatro reglas compraron (¿engañados? ¿por indicación de esos empleados ahora indignados?) las preferentes o los citados empleados que según los abogados de los ancianos les embaucaron. Se están escribiendo demasiadas novelas lacrimógenas a toro pasado y sin datos. Por ejemplo, cuántas acciones y a qué precio compraron los empleados, segmentados por categorías, y cuántas y a qué precio fueron vendiendo los cotados empleados, también segmentados, semana a semana: por lo menos, el novelón, tipo fortín de san Bartolomé, tendría algún interés cuantitativo, para empezar.
A mi me las intentaron vender dos veces, la primera, además de decir que iba ser una buena inversión, que tenía que hacerlo por «la caja».La segunda «por Navarra».
No las compré. Pero me pareció que el argumento era leal siempre y cuando confundamos las personas con las instituciones. Esto es interprete que al comprar iba a hacer un servicio a quienes gobernaban la caja y a los que asentían muy responsablemente.