Como ustedes habrán percibido, nunca más se supo tras las elecciones de los famosos “independientes” que lustraban las listas de Nabai convirtiéndola en una formación transversal y poliédrica. Hombres como Juan Carlos Longás o Koldo Martínez, una vez amortizados, han caído en el olvido. Incluso Uxue Barkos parece aquejada de aguda afonía en su papel de voz de Navarra. Si a Nabai hubiera que asociarle una imagen los últimos meses, esa cara sería la de Txentxo Jiménez.
Los debates internos de Nabai.
Ya después de las elecciones generales, Batzarre emitió una dura autocrítica en el seno de Nabai. Desde entonces, el conglomerado nacionalista ha encarado un proceso interno de autodefinición sobre su estructura y militancia. Se especulaba sobre la posibilidad de que la coalición dispusiera de una militancia propia aparte de la de los partidos que la componen y de cuáles serían las prerrogativas de dicha militancia. El debate ha concluido en agua de borrajas y con profundas discrepancias. Así, Batzarre reclama “una representación justa de los sectores no-nacionalistas y un respeto exquisito a la pluralidad”, a la par que reprocha a la actual nabai que “ha de ser una fuerza navarra, independiente, sin ataduras con sus fuerzas homólogas de la CAV”, o que “debe desarrollar una política de rechazo total a ETA y de crítica firme a Batasuna/ANV”. Dando idea de la intensidad de las diferencias en el seno de la coalición, Batzarre acusa a sus propios socios de Aralar de mentirosos, asegurando que “Aralar ha falseado las posturas de Batzarre en lo relativo a la afiliación: ellos planteaban un 30% y Batzarre un 100% en cuanto a la elección de las listas por las personas afiliadas a Na-Bai. Y es absolutamente incorrecto y falso decir que no ha habido otras propuestas.”
La respuesta de Aralar.
El partido de Txentxo Jiménez, lejos de buscar el entendimiento, señala a Batzarre la puerta recordándole que Nafarroa Bai “ya estaba configurado cuando entró Batzarre que, por lo tanto, ya sabía perfectamente el carácter, la ideología y las estructuras de los otros partidos que habían fundado NAFARROA BAI cuando pidió entrar en dicha coalición”. Por lo demás, establece que “es una actitud acomplejada políticamente el tratar de exigir a los demás una actitud antiBatasuna-ANV”. Por último, tiene la descortesía de recordar a Batzarre “que no ha obtenido representación para el Parlamento más que bajo la cobertura de Euskal Herritarrok y de NAFARROA BAI”.