A menudo nos rodea la impresión de que el mundo va muy mal, de que todo va a peor, de que cada vez hay más hambre y miseria, que a cada segundo que pasa hay más pobres y más injusticia, que todo es horrible y descorazonador.
Adicionalmente solemos pensar que todo esto además es culpa nuestra. Que nuestra prosperidad se asienta sobre la desdicha de los demás. Que para que unos vivan bien otros tienen que vivir mal. Que somos culpables de nuestra prosperidad.
¿Pero son ciertas todas estas ideas?
Contrariamente a lo que suele pensarse, el mundo es ahora mucho menos pobre que hace 30 años. El umbral de la pobreza se suele situar en unos ingresos de 1,25 dólares por persona y día. Según los datos del Banco Mundial, el número de personas en esta situación ha descendido espectacularmente del 52% en 1981 hasta el 22% en 2008. El porcentaje de personas con ingresos menores a 2 dólares al día ha descendido de manera igualmente abrupta, del 70% al 43%. El mundo no va a peor. La gente es menos pobre ahora que hace 30 años. Dentro de 30 años el mundo será mucho más próspero que el actual.
El caso de China
La gráfica anterior muestra la evolución de la pobreza mundial, en cualquier caso muy descendente, con y sin los datos de China. El caso de China, no obstante, merece especial atención. No sólo es que China es mucho menos pobre y ello repercute sobre los niveles de pobreza global. Es que además la caída de la pobreza en China resulta particularmente espectacular.
En 1981, bajo la ortodoxia comunista, la tasa de personas con ingresos inferiores a 1,25 dólares al día era del 84%.
En 2008, tras todo el proceso de apertura a la inversión extranjera y al comercio mundial, la tasa ha bajado hasta el 13,8%.
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De vez en cuando se escuchan noticias terribles sobre las condiciones en que se manufacturan las zapatillas Nike, pero sin tratar de justificar algunos extremos lo cierto es que las condiciones seguramente eran peores aún en un arrozal. Lo cierto es que la llegada de las multinacionales suponen una mejora sobre lo que había allí antes y que nadie suele alegrarse cuando se marcha una multinacional. China es un claro ejemplo de a quien realmente le va mal es a quien le rehuyen las empresas y la inversión internacional.
Pobreza e igualdad
Todas estas cifras señalan que hay menos pobres en el mundo ahora que hace 30 años y que esa tendencia es una constante que promete mejores tiempos para la humanidad en su conjunto. No está claro, sin embargo, que la disminución de la pobreza haya ido acompañada de un aumento de la igualdad. Pero a lo mejor no es importante. De hecho, puede que la igualdad esté peleada con el progreso. Un mundo donde a nadie le falte lo mínimo es más deseable que un mundo en el que todo el mundo tenga lo mismo. Que todo el mundo tenga lo mismo, por otro lado, actúa como un poderoso contraestímulo. No tiene sentido que los ricos tengan menos para que los pobres también tengan menos. No obstante, en un mundo donde unos tienen mucho más que otros y en el que sigue habiendo mucha pobreza, compartir con los demás es un deber moral. No porque lo que tenemos los países más ricos se lo hayamos quitado a los países más pobres. No porque para que a nosotros nos vaya bien a ellos les tenga que ir mal, cosa que ya se ve que no es cierta. Simplemente porque ellos lo necesitan y nosotros se lo podemos dar. La pobreza retrocede en el mundo pero la buena noticia debe servir para no desanimarnos, no para adormecer nuestras conciencias.
Moraleja positiva para variar: a pesar de lo que solemos pensar, ni cada vez hay más personas y menos recursos ni cada vez hay más pobres y más injusticia. El mundo progresa. El futuro no es negro. Hoy hay menos pobreza global que ayer pero más que mañana. La libertad, la seguridad jurídica y las relaciones comerciales propician además la conservación de la paz mundial. Atrevámonos a soñar.
Un comentario
Es el retroceso del comunismo el que hace retroceder la pobreza. Y la riqueza generada en China se extiende al resto de Asia y Africa. Y en cuanto a la acumulación de riqueza en pocas manos que los progres se fijen en los millonarios comunistas chinos. Ahora se entiende por qué tanto progre multimillonario se dice comunista; entre lo que ya tienen y lo que les toque del reparto…