
Como todos sabemos, cada año, nos vemos obligados a adelantar o atrasar la hora de nuestros relojes, para ajustarlos al horario de invierno (en octubre, cuando «se avecina» la festividad de Todos los Santos) o el de verano (en el mes de marzo).
En la era romana, se trataba de aprovechar al máximo las horas diurnas mientras que, en su momento, quien fuera uno de los Padres Fundadores de los Estados Unidos (EE.UU), Benjamin Franklin, observó, durante su estancia en París, que estos ahorraban cera de velas despertándose más temprano. El siglo pasado, William Willett, constructor inglés, respondió al no aprovechamiento de la luz diurna en verano.
Ahora bien, esta controvertida regulación podría estar teniendo los días contados, ya que la Comisión Europea, comprometida a principios de año con la valoración de la supresión de esta normativa, ha abierto una especie de consulta en la que los ciudadanos podrán participar y manifestar si se oponen o no a la derogación de las imposiciones del time switch.
Puestos a hablar con mayor propiedad y precisión, cabe indicar que esto responde a la Directiva 2000/84/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 19 de enero de 2001, relativa a las disposiciones sobre la hora de verano, según la cual, «a partir del año 2002, el período de la hora de verano comenzará en todos los Estados miembros a la 1 de la madrugada, hora universal, del último domingo de marzo«.
La principal justificación argumentativa para mantener estas regulaciones es, como se puede inferir sin mucha dificultad a partir de líneas anteriores, es el intento de hacer el mayor aprovechamiento posible de la luz diurna. No obstante, hay posturas bastante escépticas, en base a criterios no solo económicos, sino también médicos.
Por ello, vamos a hacer una cobertura del respectivo informe que ha realizado la asociación KoLiber, máxima representante del movimiento liberal-conservador polaco, que ha sido publicado en español por el act-tank liberal El Club de los Viernes, que concluye desaconsejando la aplicación de regulaciones de este tipo, basadas en el cambio horario.
Primero, advierten de que «entre los resultados negativos están los cambios de las programaciones de las compañías logísticas, cerradas debido al horario nocturno de los sistemas bancarios o la desventajadora influencia en los comerciantes de mercados de stocks«. En otras palabras, aunque parezca increíble, pueden darse considerables pérdidas económicas aparte de una destrucción de empleo.
Así pues, podemos hablar de la gota que colma el vaso, especialmente en aquellas comunidades autónomas españolas que son líderes en desempleo, tales como Andalucía, Asturias, Extremadura y Canarias, y lo que se puede avecinar si la Administración Sánchez revierte las medidas aplicadas hasta el momento para flexibilizar el mercado laboral.
Lo mismo podríamos quejarnos si hablamos de la factura eléctrica, ya de por sí bastante encarecida en la medida en la que el 65% de su cuantía se corresponde con sobrecostes políticos: impuestos y primas a las energías renovables, que quieren promover nuestros burócratas alejándose de criterios de libre elección en un mercado competitivo y desregulado.
Resulta que, según datos analizados y relacionados con el Estado norteamericano de Indiana, «los precios de la factura eléctrica incrementaron en breve tras el cambio al horario de verano«. Adicionalmente, señalaron que «los japoneses concluyeron que usando solo el horario de verano, el uso de dióxido de carbono disminuiría en 400.000 toneladas y 930 millones de litros de fuel«.
Por otro lado, en relación a cuestiones médicas, apuntaron, tomando como referencias unos estudios científicos de la Universidad de Turk (Finlandia), que «cambiar al horario de verano, con la consiguiente disrupción del ritmo diario, da lugar a una probabilidad muy alta de sufrir un ictus, pero solo temporalmente«.
Continuaron apuntando, tomando como fuente las consideraciones de un psiquiatra de Varsovia, que «el cambio horario no era la principal causa de problemas de salud, sino que no aplicarlo podría dar resultados positivos«. Este advirtió de los perjuicios que sufren las personas con inestabilidad de ritmo diario o graves problemas de sueño.
Finalmente, una vez expuestas las consideraciones de tesis del informe en cuestión, quizá sea hora de reflexionar sobre la conveniencia de estas regulaciones. ¿Consideráis que la burocracia una vez más perjudica a los ciudadanos y empresas en su día a día? O, en cambio, ¿pensáis que el escepticismo hacia esta regulación es bastante alarmista?
Un comentario
Hora solar!!!! todo el año!!!!