Previamente, los alumnos realizaron en clase un análisis detallado de la obra. Especialmente tratándose de jóvenes, La Traviata tiene a su favor el ser una obra cumbre de la música romántica, que narra una historia con todas las características típicas del amor romántico: pasión, entrega, renuncia, fidelidad, sacrificio y, naturalmente, final trágico para sellar el amor eterno. ¿Que ahora se lleva más el botellón? Pues la historia comienza precisamente cuando el y la protagonista se conocen en un botellón. Bueno, no exactamente en un botellón, pero para el caso es la misma filosofía:
Yo quiero compartir
mi alegría con todos vosotros;
todo en la vida es locura
salvo el placer.
Alegrémonos
el amor es rápido y fugitivo.
Es una flor que nace y muere
y del cual no siempre se puede disfrutar.
Alegrémonos pues una voz encantadora,
ferviente, nos invita.
Entonces Violeta le dice a Alfredo:
– La vida solo es placer.
Y Alfredo le responde:
– Para aquellos que no conocen el amor.
De los 70 alumnos que tiene el curso, 55 han decidido darle una oportunidad a la Traviata. La asistencia no sólo no es obligatoria, sino que cada alumno debe pagar su entrada. La iniciativa no carece de cierta osadía. Supone exponerse a que una parte de los 55 descubra que hay vida más allá del chiqui-chiqui.
La Traviata será representada en el teatro Gayarre los días 9, 11 y 13 de abril.