Ayer tuvo lugar una extraña situación cuando, tras una entrevista en la SER a Santos Cerdán, el PSOE tuvo que salir a rectificarle por sus reflexiones sobre la inmigración. Concretamente, Cerdán declaró que “Con las devoluciones en caliente se puede hacer mucha demagogia”, a lo que en defensa de la policía añadió que “hablamos de intentar proteger los derechos humanos, pero en ocasiones se vulneran también los de quienes protegen la frontera”, para rematar asegurando que “no podemos abrir las fronteras de par en par”. Como se ha señalado, el PSOE salió a continuación a rectificar a Cerdán poniéndose en contacto con la SER y señalando que los socialistas mantienen su voluntad de acabar con las devoluciones en caliente y que no ha cambiado la postura del partido al respecto.
X
Naturalmente el debate sobre la inmigración demandaría un análisis sumamente extenso pero, apelando tan sólo a un par de datos objetivos, parece bastante evidente que no tiene sentido que España sea el destino prioritario de todos los inmigrantes ilegales que pretenden llegar a Europa, y que el resto de países europeos que no los quieren nos los vayan mandando.
X
Más inmigración, más paro
Así, por ejemplo, resulta que España es uno de los países europeos que todavía en este momento ostenta una tasa de paro más elevada. No sólo más elevada, sino mucho más elevada. Interesa señalar este hecho porque todos los inmigrantes ilegales que llegan a España no tienen empleo, sino que se suman a las legiones de españoles en paro que buscan empleo, o a las de inmigrantes que ya están en España y no tienen empleo. Salvo que alguien crea que el estado del bienestar o las pensiones los sostienen los desempleados, es evidente que tenemos un problema si nos dedicamos a importar parados. Que sea España quien tenga que dedicarse a importar parados cuando los países de nuestro entorno son mucho más ricos, presentan mayor oferta de empleo y tienen muchos menos parados resulta ridículo.
x
X
Más inmigración, menores sueldos
Acumular más y más demandantes de empleo los cuales además apenas tienen cualificación alguna tiene el efecto inmediato de presionar a la baja sobre los salarios de las personas con empleos menos cualificados. Desde cierto punto de vista, es verdad que formaciones como Podemos a veces parecen trabajar para los empresarios que ofrecen empleos con salarios bajos para empleados poco cualificados. Importar mano de obra barata e ilimitada para competir por los empleos menos cualificados sería una idea intolerable, si no la defendiera Podemos. El hecho es que en España el salario medio es uno de los más bajos de nuestro entorno. De nuevo nos encontramos por tanto con que si en algún sitio no tiene sentido ni es justo presionar a la baja los salarios es precisamente en España, como evidencian los datos.
x
X
¿Se trata de ayudar a los inmigrantes o de arañar algunos votos?
Decía Santos Cerdán justo antes de que su partido le corrigiera que hay mucha demagogia con esto de la inmigración. De este modo, cuando un político decide que un barco venga a un puerto español, ¿qué es lo que de verdad pretende? ¿Arreglar realmente el problema de la inmigración? Por el contrario, lo que a lo mejor está pensando es que presentándose como un político solidario y humanitario gana votos, y el rival que se oponga a ello los pierde. Esta y no la genuina preocupación humanitaria por los inmigrantes sería la auténtica razón tras la decisión de que venga o no venga un barco. ¿Y si a continuación llega otro barco, y después otro, y después otro? ¿Y si entonces cunde cierta alarma y resulta que lo que antes podía hacer ganar votos ahora hace perderlos? Pues en ese momento se acaba la política de acoger barcos, confirmando que lo importante nunca fueron los inmigrantes, sino los votos.
x
A todo lo anterior se podría añadir la consideración de que existen tres opciones para acoger inmigrantes, particularmente cuando masivamente pertenecen a otras culturas distintas y hasta opuestas a la nuestra por muchos conceptos. O viven en una burbuja paralela creando su sociedad dentro de la sociedad, o asimilan nuestra cultura, o bien somos nosotros los que somos asimilados por la suya. Ordenen ustedes mismos de peor a mejor.
X