Para el discurso dominante, Trump, Johnson y Bolsonaro encarnan la chifladura frente a la pandemia. Que si uno contra la pandemia recomendaba beber lejía, el otro testosterona, el otro no hacer nada. Pues bien, así y todo España tiene más muertos por habitante que EEUU, Gran Bretaña o Brasil. Si Trump, Johnson y Bolsonaro, siendo unos chiflados, pueden presumir de mejores de cifras que España, ¿qué son entonces nuestros líderes políticos? ¿Cuál es la calificación de su gestión de la crisis a la vista de los resultados?
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Más allá del juicio político, las cifras de muertos en España siguen siendo un tanto desconcertantes. Depende de si las cifras las da el gobierno, el Momo o los servicios funerarios, los datos oscilan entre los 40.000 y los 69.000. Los datos oficiales, con los que se hacen las comparativas como las de la gráfica anterior, toman como referencia los citados 40.000. No los 69.000 de los servicios funerarios o los 63.000 del Momo. Si se tomara como referencia una de estas dos cifras, no es que lo estuviéramos haciendo peor que Trump, Johnson o Bolsonaro, sino que no habría un país con cifras comparables a las nuestras por lo catastróficas en el mundo. Por supuesto el nivel de autocrítica del gobierno y sus satélites mediáticos es cero.
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Respecto a las cifras de muertos, resulta asimismo llamativo que todos los días el último parte de fallecimientos por covid muestra siempre una gráfica con una tendencia descendente. He aquí la del último parte del Ministerio.
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El problema es que si, por ejemplo, tomamos el parte del lunes pasado, nos encontramos en primer lugar con que la gráfica, como siempre, mostraba un descenso de muertos en los últimos días, pero si analizamos los datos con atención encontramos un detalle curioso. El día 5, por ejemplo, se cifraron 163 muertos, el día 6 se cifraron 144 muertos. El día 7 fueron 102 y el día 8 sólo 61.
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No obstante, si volvemos a la gráfica anterior, la de esta semana, y volvemos a ver los datos de esos días actualizados, nos encontramos con que los muertos del día 5 ya no son 163, sino 245, los del día 6 ya no son 144, sino 271, los del día 7 tampoco son 102, sino 201, y los del día 8 desde luego ya no son 61, sino 196.
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Es decir, los datos que nos dan para los últimos días se van actualizando con el cómputo de nuevos fallecimientos que sin embargo sólo se aprecian en los boletines de varios días posteriores, todo ello partiendo de la base de que el número real de muertos resulta siempre evasivo. Lo que no resulta en absoluto evasivo es que los datos son catastróficos, incluso los más optimistas posibles para el gobierno. Por si fuera poco, recordemos que la única explicación para la diferencia entre unos datos y otros, ofrecida por el inefable portavoz del gobierno, es que a lo mejor había habido un enorme accidente de tráfico, del que nadie se ha enterado, para justificar el exceso de muertos.
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