En estos últimos días los medios navarros han tenido la osadía de publicar una información asegurando que, en virtud del calentamiento global, Navarra tendrá en unos años un clima como el de Andalucía. Hace falta efectivamente un poco de osadía para decir tal cosa estos días porque justamente nos encontramos en pleno temporal de lluvia, nieve y frío polar. Cualquiera podría pensar, por no recuperar el Navarra es Mordor del también intempestivo 2013, que a lo que en breve se va a parecer el clima de Navarra es al de Finlandia. En realidad, si nos dicen que el clima de Navarra se va a parecer en breve al de Andalucía, muchos navarros a lo mejor se lo tomarían como una buena noticia. El caso es que no parece nada claro que vaya a suceder nada de particular con el clima navarro.
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La principal razón por la que la mayoría de las personas cree que existe un calentamiento global es que constantemente están oyendo hablar de un calentamiento global. Si el calentamiento global no existiera en absoluto en los medios, ¿quién hablaría de un calentamiento global apocalíptico sólo a partir de su propia experiencia? Por el contrario, estar sometidos a un bombardeo constante de informaciones sobre el calentamiento global condiciona y mediatiza nuestra experiencia cotidiana. Puede que estemos helándonos en la calle, pero creemos a pies juntillas en el calentamiento.
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Tras lo que está sucediendo con el coronavirus, por otro lado, podríamos preguntarnos si salimos de esta con más o con menos fe en los comités de expertos. ¿Por qué hemos de pensar que los comités de expertos del coronavirus son mucho peores que los comités de expertos climáticos? ¿Y qué decir de la desinformación de los medios?
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Desde luego sería aventurado llegar a afirmar que el calentamiento global no existe, el problema es que el debate sobre el calentamiento global se encuentra totalmente pervertido y esto es ya un hecho mucho más incuestionable que el propio calentamiento. Es decir, la lucha contra el calentamiento global es un negocio de cientos de miles de millones de euros y la lucha contra el calentamiento global da votos. ¿Quién puede esperar un debate objetivo en este contexto? O sea, puede que el calentamiento sea real, ¿pero cómo no sospechar?
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En la Venta de Juan Pito a 1165 m (Belagua, Valle de Roncal) han caído 24 cm nuevos y el espesor total asciende a 93 cm. pic.twitter.com/QFLgH6EGLa
— FJ Bronte (@FranEzkaurre) December 8, 2020
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Si el clima foral se vuelve andaluz, de momento como el de Sierra Nevada
Por lo demás, lo que tenemos son 93 centímetros de nieve en Belagua sólo hasta ayer, que hoy serán unos cuantos más. También resultan ilustrativas las gráficas con los datos históricos de máximas y mínimas de los últimos inviernos. ¿Dónde está el calentamiento? ¿Dónde está el clima andaluz?
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2 respuestas
Vayamos por partes. Primero esta vez la culpa no la tienen los medios (de propaganda) ya que lo que hacen es repetir lo que dice el poder.
El origen está en el Ayuntamiento, en concreto en un informe o estudio, que lo ha publicitado a bombo y platillo, bajo la batuta del concejal de la cosa, que ¡oh casualidad! está afiliado a UPN.
Fijados los hechos resulta llamativo que un simple estudio sea asumido por los medios (ahí se muestra la propaganda) como un dogma de fe. «Navarra tendrá un clima..» Una aproximación científica o al menos medio sensata lo pondría en el condicional «tendría» por no parecer agoreros.
Pero la segunda cosa sorprendente es que se de el tratamiento de «estudio científico» a un informe municipal. ¿Desde cuando el Ayuntamiento de Pamplona es un experto climatólogo? ¿La finalidad del Ayuntamiento y sus concejales y funcionarios es el estudio científico del tema?
Así que me temo que estamos hablando de algo que le encanta al poder, que es caer bien a súbditos, porque no les basta con mandar sino que les gusta sentirse queridos. Pero eso no es ciencia, sino algo muy antiguo llamado propaganda.
Por cierto, me gustaría que alguien me explicara como es posible que un concejal de un partido como UPN coincide ideológicamente y en las medidas concretas sobre este tema, con los llamados «progresistas».
Pues bien, como dice Itúrbide (y también lo decía Jack el Destripador) «vayamos por partes»:
Por un lado tenemos a Patrick Moore, cofundador y ex presidente de Greenpeace (organización que abandonó) que se expresaba así: “El ecologismo actual es una suma de creencias paganas y ciencia basura que ha caído en un radicalismo opuesto a la verdad, a la lógica y a la ciencia”.
Luego tenemos el punto de vista del Premio Nobel de Física en 1998, Robert Laughlin que decía: “Por favor mantengan la calma; no tenemos poder para cambiar el clima, algo que la Tierra hace de forma rutinaria sin pedir permiso a nadie ni dar explicaciones”.
Solo nos queda conocer los nombres del concejal que ha llevado la batuta y del insigne científico municipal autor de tan contundente estudio climatológico pamplonés, capaces de dejar a la altura del barro a Mr. Moore y al ilustrísimo Robert Laughlin.
Y ya puestos, sería interesante conocer cuanto nos ha costado a los contribuyentes el susodicho informe, aunque, comprendo que eso será más difícil que lograr cambiar la climatología.