En los estudios al respecto suelen distinguirse tres niveles de pobreza: extrema, moderada y relativa. El primero, localizado sobre todo en países subdesarrollados, corresponde a quienes su renta no alcanza los dos dólares al día. Según el Banco Mundial y las Naciones Unidas, esta renta es el umbral por debajo del cual no se pueden cubrir las necesidades básicas. La pobreza moderada, en cambio, es aquella en las que se supera ese umbral de la mera subsistencia. La pobreza relativa, por el contrario, es un indicador más propio de los países desarrollados, que no se refiere a una renta concreta sino al conjunto de habitantes de ese país que viven con menos del 60% de la renta media. Tal y como su nombre indica, la pobreza que señala este indicador es “relativa”.
El INE ha hablado.
Aclarados los conceptos anteriores, el INE ha presentado un informe en el que Navarra aparece como la comunidad autónoma española con una menor tasa de pobreza relativa. Con un 6,3%, quedamos a gran distancia de la CAV (11,6%), Madrid (13,3%) y Cataluña (13,4%), que ocupan respectivamente el segundo, tercer y cuarto puesto. Las comunidades con mayor tasa de pobreza relativa son Extremadura (39,9%) y Andalucía (29,2%).
El mito progre.
A la luz de los resultados, la gran pregunta es en qué consiste la ventaja de tener un gobierno “de progreso”. Si progresar, por ejemplo, significa alejarse del umbral de la pobreza, entonces el gobierno de Navarra es el más progresista de España.