Decimos una vez más porque no es la primera vez que Nafarroa Bai muestra una doble cara a la hora de condenar los atentados de ETA. Una en Madrid, a cargo de Uxue Barkos, de cara a los grandes medios nacionales y sumándose a la declaración unitaria. Incluso aunque esta declaración exprese su apoyo a los miembros y la labor de las fuerzas de seguridad del estado. Otra en Navarra, para consumo interno del mundo radical, a cargo del histórico portavoz de Batasuna en nuestra comunidad Patxi Zabaleta. Al igual que sucedió con la muerte del guardia civil Juan Manuel Piñuel, asesinado en mayo, Barkos y Zabaleta han vuelto a escenificar la misma representación con ocasión del asesinato de Luis Conde.
7 muertos desde que ETA reventó la tregua-trampa.
El resto de las formaciones abundaron en las declaraciones de condena y en las protestas de que los terroristas “no van a doblegar nunca, en ningún caso” a la sociedad española. Unas protestas limitadamente creíbles cuando, tan reciente como hace apenas unos meses, se aceptaba la semi-legalidad de ANV y se estaba negociando con los terroristas en una mesa el precio que exigían por comprometerse a dejar de matar en otra mesa paralela. Las negociaciones, de hecho, continuaron cuando ya se habían producido 2 de esos 7 muertos y se había anunciado el fin del proceso.