Nadie se atreve a decirlo: El estado del bienestar ha muerto.

El estado del bienestar ha muerto

Puede ser que el estado del bienestar en España ya esté muerto y, como en el caso de algunos regímenes autoritarios cuando el dictador fallece, no se atrevan a decírnoslo. Papá estado habría fallecido de tres heridas: nosotros no generamos ingresos para pagarlo, nadie nos presta para pagarlo y a lo mejor ya no se puede recortar más para cuadrar ingresos y gastos. Si no fuera por el rescate masivo del Banco Central Europeo, los mercados ya hubieran certificado el fallecimiento hace casi dos años. Aunque todavía se puede esperar el milagro, de hecho puede que ni siquiera haga falta. Se puede pasar del estado del bienestar al bienestar sin estado. Por alguna extraña razón, esto también es anatema decirlo

Podríamos ganar el doble de lo que ganamos

Aunque muchas personas piensan que el dinero público no es de nadie, lo cierto es que lo pagamos sacrificadamente a costa de los impuestos, impuestos que nos rodean en mucha mayor medida de lo que creemos. Antes de cobrar un solo euro, la empresa ya retiene para la Seguridad Social alrededor de un tercio de nuestro dinero, dinero que como nos quitan antes de cobrar puede parecer que no lo pagamos al estado. Después de los “impuestos prepago”, el estado nos somete a un segundo desembolso a través de los impuestos directos (IRPF, pero no sólo). Por último, cuando nos vamos a gastar la calderilla que nos queda el estado nos somete a los impuestos indirectos (IVA, hidrocarburos, etc). Para un asalariado medio, todo esto supone que el estado se queda casi con la mitad de lo que cobra (o que debería cobrar) a través de los impuestos. Todo lo que el estado gasta es dinero de menos que estamos cobrando. Naturalmente se supone que el estado se lleva todo ese dinero para prestarnos unos servicios a cambio. Lo cual nos lleva a la siguiente pregunta: ¿es el estado quien mejor puede prestarnos esos servicios?

El estado es un mal empresario

El estado siempre es un mal empresario. Una empresa pública no tiene que competir con otras empresas para sobrevivir. No depende de las ventas ni los beneficios. Además ni siquiera el dinero es suyo. Es por eso que las televisiones públicas tienen pérdidas abrumadoras mientras las televisiones privadas, a pesar de la competencia desleal, ganan dinero. Por eso también los colegios concertados son más baratos que los colegios públicos. Una empresa privada que lo hace mal desaparece. Una empresa pública que lo hace mal, en vez de cerrar provoca una subida de impuestos. La base de que una empresa haga algo bien es que el cliente pueda irse a la empresa de al lado si lo hace mal. La base de la eficiencia es la libertad. El sistema público siempre es ineficiente porque se basa en la presión fiscal en vez de en la libertad.

Que nos dejen elegir

Si cerca de la mitad del dinero que ganamos no se fuera en impuestos, tendríamos casi el doble de dinero para contratar libremente algunos de los servicios que nos ofrece el estado. Educación, sanidad y pensiones, por ejemplo. ¿No sería absurdo pagar un servicio público si nos costara menos contratarlo con el sector privado? Hay personas que pagan sanidad o educación privada, pero son personas bastante privilegiadas. A la mayoría no les queda dinero después de pagar sus impuestos para optar a la sanidad o la educación privada. Las personas que contratan sanidad o educación privada, sin embargo, pagan por un servicio público que no reciben, por lo que hacen más sostenible el servicio público. El sistema actual, que seguramente ya está muerto, consiste en que primero hay que pagar una plaza en un colegio o un hospital público y luego, al que le queden recursos, que se las pague si quiere en un colegio o en un hospital privado. Seguramente por eso el sistema es inviable y ha muerto. Lo lógico, si lo pensamos un poco, tal vez fuera lo contrario: que quien no pudiera pagarse una plaza en un colegio o en un hospital privado tuviera que ir a uno público. Algo que no sería tan difícil antes de que el estado se llevara la mitad de nuestros ingresos. Más aún, ¿por qué quien no pudiera pagarse el colegio o la sanidad tendría que recurrir al sistema público?

Una visión alternativa del estado del bienestar

Si alguien no tiene dinero para comprarse unos zapatos, seguramente es de justicia que el estado le pague unos zapatos. Pero eso no significa que el estado tenga que poner él mismo una zapatería creando un impuesto para mantenerla, contratando funcionarios, compitiendo deslealmente con el resto de zapaterías o impidiendo el libre mercado de zapatos. Basta con que el estado extienda a esa persona un cheque para zapatos. El mismo razonamiento puede servir para la sanidad o la educación, aunque parezca mucho más osado. El hecho es que aunque no haya zapaterías públicas nadie va descalzo y las zapaterías ganan dinero. La razón es que casi nadie necesita a papá-estado para comprarse zapatos y puede elegir comprar en la tienda de al lado. Cierto que sin creer en la libertad y en las personas es difícil creer en el libre mercado, pero sin creer en la libertad y en las personas es mucho más difícil aún creer en un estado del bienestar viable y democrático. Puede que el estado del bienestar haya muerto pero hay dos buenas noticias al respecto: que hay un sistema alternativo y además puede ser mejor. Es probable que al final siempre haya cosas que tenga que hacer el estado, pero estamos en el momento adecuado para repensarlo todo.

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8 respuestas

  1. Pues NC ya lo ha dicho, veremos què dice la gente … Todo un test, porque no creo que un país o un continente pueda salir adelante con gente que, por ejemplo, teme asumir el riesgo de la libertad; ¡ay si se cambiara la aversión al riesgo («niña, tú saca una oposición, una cosa segura») por el espíritu emprendedor de los pioneros!

  2. Aparte de estar de acuerdo con el artículo (que lo estoy), otra medida,vieja y buena, para casos como el nuestro y el de muchos otros estados europeos, es salirse del euro y poder devaluar la propia moneda cuando es necesario, con lo cual todos siguen teniendo el mismo poder adquisitivo y se mejoran las exportaciones y el turismo.Cuando se vuelve a la normalidad, se recupera el valor de la moneda.
    No pueden igualar todas las econonmias europeas, por la sencilla razón de que no son iguales.
    Pero entonces perderian el control sobre todos los estados y el mantenerlo y acrecentarlo es el único motivo de la existencia de la Union.
    En Suecia devaluaron su moneda, cuando hace unas décadas, les iba mal, como a nosotros ahora,aunque no tanto.
    Claro que ellos no estaban con el euro. Devaluaron la corona y tan contentos.

  3. A mi me gusta esa radicalidad refrescante porque nos obliga a plantearnos cosas, a reflexionar. Lastima que este Confidencial sea tan abierto para unas cosas y tan cerrado (lo digo sin ironia) para otras, como el debate sobre los «Numeros» de los fueros navarros y vascos, Y ya nos entendemos, Sr Director.

    Entro al trapo del interesante planteamiento de NC.

    El primer problema que tendrían que explicar es cómo pagamos los 124.408.0000.000 de euros que cuestan las pensiones y prestaciones de la S. Social (bajas, invalidez, maternidad, etc) cada año. En suma, como pasamos de un sistema de reparto (posiblemente inviable) a uno de capitalización. Y les respondo. Era extremadamente dificil hacerlo hace quince años, e imposible hacerlo ahora.

    Tampoco estaría mal explicar cómo esa sociedad podría prevenir el pago de 35.000.000.000 euros anuales de un sistema de desempleo que no se puede dotar con técnica de seguro alguna. La respuesta podría ser reducir drasticamente las prestaciones al desempleo. Pero esto hay que decirlo, tiene su contrapartida en unas mayores diferencias sociales, como se advierte en países como EEUU con sistemas menos garantistas.

    Por último, el sistema sería posiblemente viable en comunidades de PIB/persona relativamente altos. Pero en regiones pobres, sin recibir t ransferencias via sanidad/pensiones/seguridad en desempleo, el resultado sería humanamente muy dañino, y conduciría al abandono de amplias zonas del territorio, y a una pérdida de calidad de vida de sus moradores.

    Los problemas, como se ve, son colosales.

  4. Ciertamente este artículo invita a la reflexión -¡parece mi coletilla!- y en este caso estoy más cerca de spurgus que del artículo en cuestión.

    Estamos en un Estado SOCIAL, democrático y de derecho y por lo tanto las cosas, y otras, que dice spurgus tienen mucho sentido.

    Echo de menos que no se cite el principio de subsidariedad directamente sino que se haga referencia a él con ejemplos «¿por qué quien no pudiera pagarse el colegio o la sanidad tendría que recurrir al sistema público?» o «Es probable que al final siempre haya cosas que tenga que hacer el estado»,aunque entendiendo dicho principio de manera muy sui generis. En paises como Suecia dicen que no les va mal… no se.

    Me parece un planteamiento demasiado capitalista el de NC, ni siquiera liberal. Estando de acuerdo que hay que hacer muchas reformas y meter mucha mano, lo que se propone en realidad favorece a los de siempre, a los que más posibles tienen.

    Yo estaría de acuerdo si todos partiesemos de las mismas o paredicas condiciones e incluso con las mismas o parecidas oportunidades; pero no es así.

    Mucho privilegiado por los contactos, por ser politico, sindicalista, amigo de, novio de, mujer de, hermano del cuñado del tio del secretario general de, director de la Caja de -a la que he accedido por ser amigo de-,…

    Primero acabamos con la corrupción y los privilegios. Establecemos responsabilidades de los que lo hacen mal, incluida la banca, que devuelvan de su peculio el dinero y recursos que se han llevado o favorecido y luego hacemos planes de ajuste reales y por último vemos si la ciudadania está por la labor de un capitalismo salvaje.

    Estoy de acuerdo que en todo no puede entrar el sector público,pero hay sectores que el Estado tiene que estar -educación, sanidad, seguridad, etc.- y dejar otros como empresas públicas -empezando por la TV- en los que el principio de subsidariedad cambia de dirección. Donde no llega el sector público lo llena el sector privado y donde no llega el sector privado el públco… Ojo que generalizar siempre es malo, luego hay que ver y acordar en qué campos y de qué manera…Eso de momento a los politicos que para eso cobran.

    Reflexiones no más

  5. Bueno, por fín nos metemos en harina y hablamos de política de verdad. Y es que el meollo de la cuestión es éste, libertad o no, lo demás son colorines y cuentas para engañar a los indiecitos.
    Pero sí creo que aunque el libertarismo, o anarcocapitalismo pudiera ser un ideal, hay que ir por partes, no le puedes aplicar esta medicina al cuerpo social porque te lo cargas en unos meses, si antes las Hordas de Rubalcaba no prenden fuego al país y volvemos a la casilla de salida de la Guerra Civil, o a la casilla de 20 tiradas (años) sin jugar de la Dictadura Socialista.
    LO primero, y me apunto a los comentariso arriba, acabar con el amiguismo y la corrupción, luego privatizar toda empresa pública que compita con al menos dos privadas en el mismo sector.
    Posteriormente y sin parar, privatizar todo servicio público que pueda ser prestado por empresas privadas en libre competencia.
    Después, tratar de reducir el estado adonde no llegue la iniciativa privada, por ser peligroso, o a pérdida, o recuperarse el capital en un demasiado largo plazo. (Y para los de la LOGSE, digo «privatizar un servicio público», no cerrarlo para que lo de una empresa privada: el estado seguirá pagando ese servicio, pero con eficiencia privada).

    Así no tendremos que preocuparnos por tanto político trincón, los sueldos netos que todos cobraremos serán mucho más altos y lo podremos dedicar a lo que nos de la gana, con el acierto de cada cual. Los pocos impuestos que se paguen (en ese idílico futuro) irán para ese colchón necesario para no dejar nunca a nadie detrás, si se lo merece, no para que se quede en casa jugando a la Play Station.
    Si no llegamos a ese paraiso libertario, cualquier parada en el camino siempre será mejor que lo que tenemos.

  6. Totalmente de acuerdo con el fondo del artículo, también con los razonamientos de nuestro ínclito Ciudadano Caña y, puntualmente, con los demás.

    El problema es el de siempre, el cómo: Cómo se realiza este cambio, teniendo en cuenta que, toda esa transformación restaría mucho poder (aquí, algún amigo mío diría que pronuncio mal la «j») a los políticos «mandarines». ¿Se van a hacer a un lado, sin más, todos esos elementos que viven, desde cadetes, de las ventajas de la partitocracia para dar mayor protagonismo a la sociedad civil?. ¡Qué más quisiéramos!.

    Por otro lado, con respecto a lo que dice el amigo Spurgus, de «como pasamos de un sistema de reparto (posiblemente inviable) a uno de capitalización», la gran oportunidad la tuvo el Sr. González, D. Felipe, en el año 1982. Con mayoría absolutísima, se atrevió, acertadamente, con la reconversión industrial; claro, la reconversión de la Seguridad Social, ideológicamente, era para nota y eso de la excelencia, en los ambientes progres, está mal visto. Fue la gran oportunidad perdida, España no es Suecia, aquí lo que intenta hacer bien la derecha, tiene más contestación borroka que las decisiones aberrantes de la izquierda.

  7. pero como no va a morir el estado de bienestar, con trincas como los COOPRESEQUE? DE BANCA CIVICA, EMPEZANDO POR ELLOS, MENDIAS, ODERIS Y DEMAS CHUPA TINTAS…. ES IMPOSIBLE SACAR CABEZA.Por no hablar de los chupones de los sindicalistas y politiquillos de poco pelo, que cobran hasta por saludar. Se imaginan uds. con esos sueldazos, todo lo que se podria arreglar?, porque no se olviden, todos estos chupones, banqueros, sindicalistas y politicos varios, lo unico que hacen es j…er al personal, porque lo que es a ellos….. menuda cara tienen, lo que no entiendo es que tal y como han dejado caja navarra los anteriores srs. mencionados, los navarricos estamos tan calladitos…. nos HABRAN COMIDO HASTA LA MORAL? PREGUNTO

  8. El estado de bienestar no ha muerto porque nunca ha estado vivo. Siempre ha sido un zombi que funcionaba a costa de consumir ingentes cantidades de recursos. Es como decir que un coche es bueno porque es cómodo, rápido y seguro pero ocultamos que consume 50 litros cada 100 kilómetros.

    Ya va siendo hora de llamar a la cosas por su nombre. No es que el estado sea un mal empresario, los que son malos empresarios son los políticos que actúan en su nombre y no hay político que lo pueda hacer bien (da lo mismo de izquierdas que de derechas) porque es imposible que alguien tenga toda la información necesaria para hacerlo, sencillamente no existe. Los políticos no son seres de luz, cualquiera de nosotros podría ser uno de ellos y a la hora de tomar decisiones económicas meteríamos la pata como la metemos cuando manejamos nuestros ahorros. La diferencia está en la cantidad de dinero, si nos equivocamos al invertir 1.000€ de la paga de navidad en un fono de inversión, es poco dinero y sólo nos afecta a nosotros, pero si estamos administrando las pensiones de la SS e invertimos 1.000.000.000€ en deuda griega, es mucha pasta y perjudicamos a un montón de jubilados.

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