Municipales en bicicleta, ¿necesidad o capricho?

Cuando de una cosa se dice que es ecológica se acabó el debate: hay que hacerla, hay que hacerla cueste lo que cueste y su necesidad es indiscutible. Hay unas cuantas etiquetas más que amparan cualquier despropósito, como cultural, social, intercultural… No quiere esto decir que todo lo que se encuentra bajo estos epígrafes sea una farsa, pero cualquier farsa que aspire a obtener una subvención o un pastito presupuestario utilizará este tipo de etiquetado. Alguien que quiera estudiar las costumbres migratorias del chorlito, sabe que tiene muchas más posibilidades de que le den una subvención si lo presenta como un estudio sobre las costumbres migratorias del chorlito en relación al cambio climático, por ejemplo. Se puede cuestionar si el cambio climático apocalíptico antropogénico capitalista es real o no, pero que en nombre del estudio del cambio climático se consigue más dinero no es discutible.

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La introducción anterior viene a cuenta del debate que está teniendo lugar en el Ayuntamiento de Pamplona sobre la conveniencia de dedicar una serie de agentes de la plantilla de la Policía Municipal a patrullar en bicicleta.

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De un lado, nos encontramos ante una iniciativa de esas que comentábamos que se encuentran comprendidas bajo el etiquetado de “ecológica”, por lo que ya de entrada da la impresión de que algunos grupos jamás podrían oponerse a esta medida fueran cuales fuesen las razones en contrario.

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Hablando de las razones en contrario, los sindicatos policiales (concretamente AFAPNA, CCOO y SPPME Navarra) se oponen frontalmente a las bicicletas e indican que la unidad de bicicletas nació de forma unilateral, con la oposición de la plantilla, que no hubo ni un solo agente voluntario que quisiera formar parte de esta unidad y que, finalmente, hubo que obligar a patrullar en bici a aquellos con menor antigüedad. También señalan que Pamplona es una ciudad con unos 130 días de lluvia al año, 40 con heladas y temperaturas que superiores a los 30 grados en julio y agosto. Además hay barrios a distintas alturas y pendientes pronunciadas, dándose la circunstancia de que ante una emergencia los policías tienen que esprintar y sudar para después, atendida la misma, permanecer en cambio estáticos en el frío durante otro servicio. Además tampoco es el mejor medio de transporte con todo el material necesario para la resolución de muchos de los requerimientos ciudadanos. Recuerdan también que en varias ciudades y pueblos de la comarca ya se ha intentado instaurar el servicio en bicicleta desactivándose después al revelarse poco práctico o directamente inviable.

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Navarra Suma aportó también en el debate en el Ayuntamiento algunos datos esclarecedores, como que durante toda la pasada legislatura las patrullas en bici sólo operaron 57 días. Las estadísticas de esos 57 días de servicios ofrecen además resultados bastante decepcionantes. Si las patrullas realizan habitualmente 8 actuaciones por servicio, la cifra cae a 0,3 actuaciones cuando patrullan en bici.

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La Policía Municipal, por otro lado, tampoco está como para gestionar ineficazmente su plantilla, al menos a juicio de los sindicatos que estiman en 420 el número de policías necesarios frente a los 384 con los que se cuenta. Tampoco se trata de disparar una plantilla y su coste a cargo del contribuyente para mantener un servicio que sólo se justifica por razones ideológicas o de imagen.

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Por lo demás, cuando un ciudadano se encuentra ante una emergencia policial, cabe preguntarse qué contestaría si se le diera la opción de recibir ayuda en 5 minutos si los agentes acuden en bici, en 3 si acuden en coche o en 1 si llegan en un cohete altamente contaminante. Huelga decir que los delincuentes, a su vez, no tendrían el detalle de no huir en cohete contaminante, en coche o en moto cuando les persiguen en bici. Por no mencionar la vulnerabilidad de los agentes cuando no disponen de una furgoneta o un coche. O la ironía de ver hablar a ciertas formaciones de la conveniencia de disponer de una policía de proximidad las cuales están más bien en el Alde Hemendik y el “que se vayan” más que en tener próxima a la policía.

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La cuestión final es por tanto si los policías en bici son una necesidad o una medida absurda de postureo y una ocurrencia, como dotarles de pistolas de soja.

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Un comentario

  1. La tiranía progre-politicamente-correcta del lenguaje. Ecológico y natural, o sea, el summum. Aunque hay veneno (y la propia y auténtica mierda) perfectamente ecológicos y naturales.

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