A Miguel Sanz, teniendo en cuenta lo poco que le queda para abandonar la política activa, le toca siempre en suerte abrir el debate del copago. Es el hombre perfecto para hacer de poli malo. Incluso de muñeco del pim-pam-pum en algunos casos. Ayer en el Parlamento le tocó lidiar con la oposición en el impopular asunto del copago.
A favor del debate
En realidad, no es que Miguel Sanz defendiera una posición favorable al copago, sino “favorable a sostener el sistema”, añadiendo que “no estaría en desacuerdo en que se estudiasen medidas para implantar tasas complementarias que no afectasen a la gratuidad de la asistencia y la intervención, sino a la hospitalización y manutención». El presidente matizó que cualquier medida «en todo caso deberá llevarse a cabo bajo el paraguas del consenso y del acuerdo de las fuerzas políticas» en el ámbito estatal. «Soy favorable a debatir», vino a decir para resumir.
¿Cómo que gratis?
Llama la atención que Miguel Sanz defendiera durante toda su intervención la «bondad» del actual sistema sanitario, calificándolo como «universal y gratuito». Vino a coincidir así en los adjetivos con el socialista Roberto Jiménez, que también propugnó un sistema «universal, gratuito y público», mostrándose «radicalmente en contra» del copago y señalando que «caben otras políticas de fiscalidad e ingresos para garantizar la gratuidad». Pero entonces, ¿dónde está la gratuidad?
1.000 Millones de euros en gasto sanitario
Lejísimos de ser “gratis”, la Sanidad nos cuesta anualmente a los navarros casi 1.000 millones de euros (963 millones en los últimos presupuestos). Cuando se refieren a nuestro sistema de Salud, por tanto, nuestros políticos no debieran calificarlo como “gratuito” sino como “carísimo”. Esos casi 1.000 millones de euros (cerca de la cuarta parte del presupuesto foral) es dinero que los navarros pagamos con nuestros impuestos. Todos los días nos levantamos y trabajamos varias horas para pagar esa parte de nuestros ingresos que se nos llevan los impuestos. Sólo en Sanidad cada navarro paga anualmente unos 1.500 euros de impuestos. Y a nadie se le escapa que cada vez hay más parados, funcionarios o jubilados y menos personas trabajando en el sector privado y pagando impuestos.
Copago vs impuestos
Una vez que ya ha quedado determinado que la Sanidad no es gratuita, como aseguran nuestros políticos, sino carísima, como atestiguamos los contribuyentes, podemos empezar a reflexionar si el copago es una medida más antisocial que subir el IVA, por poner un reciente ejemplo. Resulta difícil pensar en un solo ciudadano, pobre o rico, al que no le resulte más gravoso que el copago subirle el IVA para financiar el gasto sanitario. No parece fácil argumentar, por tanto, por qué el copago es antisocial y subir el IVA es progresista. Lo que resulta inobjetable es que todo lo que no ahorre el copago se tendrá que financiar con los impuestos.
6 de cada 10 visitas a Urgencias son innecesarias
Se trata de datos aportados por el mismísimo Ministerio de Sanidad. Seis de cada diez ciudadanos, se nos decía hace tan sólo tres meses, acuden a las urgencias hospitalarias para casos que podrían ser resueltos perfectamente en las consultas de Atención Primaria o en los servicios de urgencias de este nivel asistencial. El Ministerio de Sanidad aportó este dato para justificar una campaña bajo el lema «Con responsabilidad, ganamos en salud». Las estadísticas revelan que España es uno de los países del mundo donde más se acude a visitar al médico, siendo casualmente uno de los pocos de nuestro entorno en el que no se ha implantado todavía el copago. Un sueco (en Suecia se encuentra implantando el copago) visita al médico 2,8 veces al año como promedio, por las 8,1 veces que acude cada año al médico un ciudadano español. Y no parece que Suecia sea uno de esos países en los que lo público carece de relevancia o supuestamente se deja morir a los pacientes a las puertas de los hospitales.
El copago
Una vez establecido que la sanidad pública no es gratuita y que existe un sobreuso acreditado de las Urgencias, queda por aclarar que el copago ni tiene como finalidad recaudar más dinero, ni como consecuencia dejar desatendidos a los enfermos. El mero pago de una pequeña cantidad simbólica está demostrado que actúa como eficaz medida disuasoria frente al abuso de los servicios sanitarios, sin impedir la prestación de ese servicio a los pacientes verdaderamente necesitados. Por el contrario, la liberación de recursos garantiza una mejor asistencia a los pacientes necesitados. A tal punto el pago de una cantidad simbólica resulta eficaz para reducir el abuso del sistema sanitario que el copago funciona incluso en países en los que posteriormente se reembolsa lo pagado. Para impedir situaciones gravosas que pudieran afectar a enfermos crónicos o pacientes con pocos recursos, los países de nuestro entorno han establecido medidas como determinar el copago a partir de unos determinados niveles de renta o fijar un pago anual máximo, por lo que la mayor parte de los argumentos de los contrarios al copago quedan desarmados.
Hipocresía política
Aunque el Parlamento de Navarra no se atreva a poner el cascabel al gato, en un debate en el que todas las formaciones vinieron a ponerse más o menos de perfil, lo cierto es que el gobierno socialista reconoció el año pasado –lanzando un claro globo sonda- que lo estaba estudiando. El actual gobierno socialista de la CAV no descarta esta formula, que ni confirma ni niega de cara al futuro. Y el PNV se abstuvo este mismo año en un debate en el Congreso de los Diputados en el que se rechazaba la implantación del copago.
¿Es gratis o no es gratis? ¿En qué quedamos?
Tirón de orejas final para el conjunto de nuestros parlamentarios por seguir pensando que la sanidad es gratuita cuando, por otro lado, las autoridades sanitarias toman medidas desesperadas para concienciarnos de lo contrario. Sirva de ejemplo la medida adoptada hace escasos meses por la Administración de enviar a los usuarios de la Sanidad pública, a título informativo, la factura con el coste de la atención sanitaria recibida. De poco sirven todas estas medidas de concienciación si luego nuestros políticos siguen insistiendo unánimemente en la gratuidad del sistema público sanitario.
6 respuestas
¿y si ademas del copago se ponen a estudiar la implantacion del «cheque medico»? Como el escolar, el ciudadano libremente va con su chequecito para que le curen donde al ciudadano le venga en gana y no donde el gobierno estatalista le obligue… Sobre todo para meterle en vena algo raro, como en el caso escolar que te hacen tragar Educacion para la «Tirania».
Yo estoy de acuerdo con lo del cheque escolar, porque entonces podría llevar a mis hijos a colegios laicos Bilingues. Actualmente la situación es triste o publico o religioso, aunque te enseñen ciudadania (esto es otro tema). Si pusiesen el cheque escolar mucha gente saldría de los concertados religiosos y se iría a los privados de verdad (bilingues y con medios)pagando gustosamente la parte que no cubre el cheque.
Excelente trabajo. Yo (y me consta que algún partidillo nuevo e insignificante que no existe para DDN prque es antiforal y abortista) apuesto por el copago en urgencias.
El gratis total, es «polvora del rey» y al final, ni servido ni agradecido.
Es experiencia común, creo.
Y de universal, nada de nada. Yo que lo financio con mis impuestos, no tengo derecho a ese sistena de salud, si no cotizo en RETA.
Navarra es la comunidad con mejores servicios sanitarios (detalles, en este informe: http://bit.ly/grBgq5 ). Sería absurdo que Miguel Sanz dijera lo contrario, porque el primer resultado sería que sus adversarios políticos (ya, los de Yolanda Barcina) se frotarían las manos. A mí me gustaría saber si diría lo mismo teniendo la certeza de que, apesar de decirlo, iban a ganar las elecciones.
VG, pero el tema no es la calidad, sino el coste, y qué vamos a hacer para tratar de contenerlo. ¿A Ud que le parece?
Pues ya que me lo pregunta, yo creo que siendo el tema el coste, no es menos importante la calidad del servicio. Nadie se corta en pedir la excelencia, sin pararse a pensar en el esfuerzo económico que supone alcanzarla. Por poner un ejemplo, uno de los ratios que se contemplan al valorar la calidad es cuántos TAC hay por millón de habitantes. Antes se hacían radiografías (con un coste de menos de 10 euros cada una) y ahora ecografías (entre 36 y 54 euros) o resonancias (entre 110 y 175 euros). Los datos vienen de aquí: http://bit.ly/h0fyCe
Pero no me refería a eso, Spurgus, yo lo que me pregunto es si Miguel Sanz es sincero rechazando el copago o si lo hace sólo por el lastre político que supone. Aunque me lo pregunto poco, porque no me extraña que lo haga. Lo contrario sería dar municiones a los adversarios. Eso sí, me parece muy triste que se nos trate como a niños que no somos capaces de entender quien deja los regalos debajo del árbol.