Nuevo atentado salvaje de los islamistas, esta vez en Pakistán. El objetivo un parque infantil en el que familias cristianas estaban celebrando la Pascua. Resultado:al menos 72 muertos y 359 heridos, la mayoría mujeres y niños.
Cuando los yihadistas cometen un atentado en Europa o en los EEUU, el discurso de la izquierda radical desliza la idea de que los culpables de los atentados son quienes los han sufrido. Que el terrorismo islámico es una violencia en respuesta a la respuesta previa de Occidente, que EEUU y Europa les vendieron las armas a los yihadistas, que el yihadismo es un resultado perverso de la economía capitalista y que Caín, el primer violento, era occidental, de derechas y tatarabuelo de Aznar. Incluso algún general retirado y aspirantes a ministro de Defensa suscribe este discurso.
Por lo demás, dos son las principales bases -falsas- de este discurso. La primera que todo lo que sucede tiene una causa económica. La segunda que Occidente y el hombre blanco tienen, en general, la culpa de todo.
En cuanto a la idea de que todo tiene una causa económica, es un prejuicio que se basa en la formación marxista de la izquierda radical, aunque se trata de un pensamiento muy generalizado no sólo entre las personas de izquierda. En el fondo, se trata de una versión de la falacia del cristal roto y de la falsa idea de que la guerra crea riqueza.
Por el contrario, la guerra destruye riqueza y supone un gran desperdicio de talento y recursos, una fuente de inseguridad y un obstáculo para el comercio. Desde un punto de vista económico, bombardear a los sirios o a los afganos es mucho peor negocio que venderles teléfonos, tablets, aerogeneradores, zapatillas deportivas, refrescos, trenes, coches y servicios financieros. Naturalmente hay quien piensa que el mercado de las armas es la base de la economía occidental. Normalmente se trata de personas que no tienen ni idea del peso real que tiene en la economía la venta de armas, o que ignora que el arma característica de los islamistas es el fusil de asalto AK-47 Kalashnikov, lo mismo en Alepo que en la sala Bataclán de París. Un dato para tener en cuenta: el beneficio de la mayor empresa armamentística de los EEUU, la Lockheed Martin, es casi la mitad que el del Santander, y 15 veces menos que el de Apple. La venta total de armamento es un insignificante 2,5% del PIB mundial. El 97,5% de los negocios que se hacen en el mundo no tienen que ver con el armamento. Invertir en empresas de armamento en los últimos 30 años hubiera ofrecido, como mucho, un resultado mediocre.
El petróleo es otro de los sospechosos habituales cuando del origen de conflictos armados se trata. La primera guerra de Iraq se supone que tuvo como causa el control del petróleo del Golfo Pérsico, aunque no fue Occidente quien invadió Kuwait. La segunda guerra de Iraq también se dijo que tuvo como causa el control del petróleo, y naturalmente todo lo que sucede ahora tiene supuestamente que ver con el control del petróleo. ¿Pero no teníamos ya el control del petróleo desde la primera guerra de Iraq?
Por no mencionar que la guerra es mala para el mercado del petróleo. Lo bueno para el petróleo es que China y la India crezcan, no que haya una guerra en Afganistán o en Siria. Pero habrá un oleoducto, un gaseoducto, una línea eléctrica o algo con lo que podamos justificar que todo conflicto tiene un origen económico. Naturalmente, si uno se empeña en encontrar alguna relación siempre la encuentra. Si los marines invadieran un día Navarra podría alegarse que es por el gaseoducto de Larrau, aunque a los EEUU no llegue ningún oleoducto ni gaseoducto de Oriente Medio ni del otro lado de ningún océano. La razón es que invada uno el país que invada por ahí cerca pasará un oleoducto. Y si no pasa pues también se convierte eso en la causa de la invasión, que se podría explicar tanto por el interés por construir un oleoducto paralelo como por el de controlar ese territorio para que no se construya un oleoducto paralelo. Es decir, que una intervención militar se puede explicar en modo paranoide tanto porque haya un oleoducto como porque no lo haya. Aparte de la paranoia impermeable a la argumentación, lo que realmente se han inventado los EEUU para hacer negocio con el petróleo es el fracking. Escuchando a la izquierda radical a veces da la impresión de que los yihadistas se inmolan después de leer a Milton Friedman en vez de a Mahoma.
El atentado en Pakistán, por el contrario, nos pone en la pista de una realidad muy distinta. La izquierda radical suele repetir que nos conmovemos por un atentado en Madrid o París, pero no por uno en Nigeria, Siria o Egipto. Sin embargo, cuando la izquierda radical pretende que el yihadismo es una guerra contra el hombre blanco y el capitalismo revela su total ignorancia, por no decir desinterés, respecto a la mayoría de los atentados y víctimas del terrorismo islámico.
Según se publicaba hace unos días en el diario El País, en los últimos 15 años los atentados terroristas han pasado de menos de 2.000 a casi 14.000 y las víctimas mortales se han multiplicado por nueve. Pero este aumento no ha ocurrido ni en Norteamérica ni en Europa. Cinco países —Iraq, Pakistán, Afganistán, Nigeria y Siria— concentran el 57% de los atentados desde el comienzo del siglo. La mayoría de los ataques no fueron contra blancos en el mundo occidental, sino entre musulmanes chiíes y suníes. Son los izquierdistas radicales quienes desprecian a todos los muertos que no son blancos y occidentales, porque no encajan con su teoría de que el yihadismo es una lucha contra el hombre blanco y el capitalismo.
Los siguientes mapas, de hecho, ilustran bastante bien la realidad de que la mayor parte de los actuales conflictos mundiales suceden en los países musulmanes, hay una plena coincidencia. En estos conflictos, los musulmanes básicamente se matan entre ellos. Es evidente que la raíz de la Tercera Guerra Mundial se explica por la religión y no por la madera, el acero o el petróleo. Las ideas mueven el mundo.
La izquierda radical vive en la ensoñación de que el islamismo es un aliado, un socio ideológico, el enemigo de mi enemigo convertido en mi amigo. En esta ensoñación perdura un pasado perdido dirigido por líderes como Saddam Hussein, Nasser o Gadafi, cuyo partido llegó a militar en la Internacional Socialista. Y en cierto modo hay algo de verdad, en la medida en que Irán financia el fenómeno mediático de Podemos. No muerdas la mano que te da de comer. La cual, a su vez, te da de comer porque te considera un Caballo de Troya en el corazón de un enemigo. Lo que pasa es el que el islamismo-leninismo es tan coyuntural como el absurdamente poco recordado pacto Ribbentrop-Molotov, entre los comunistas y los nazis.
Los islamistas no tienen sólo un problema con el capitalismo, o con Occidente, sino con todo aquello que no es el islamismo. Los radicales sunnitas tienen un problema con todo lo que no es el radicalismo sunnita y los radicales chiítas, sobre todo, tienen un problema con todo lo que no es el radicalismo chiíta. Naturalmente masacran a todos los occidentales y cristianos que se encuentran en el camino, pero también a todos los musulmanes que no comparten su radicalismo o pertenecen a otro radicalismo. Obviamente que si además de matarnos a nosotros también se matan entre ellos es sólo un consuelo relativo.
Evidentemente el discurso islamista tiene como pasto la parte más estúpida, tarada e ignorante de la población mundial. También la más pobre, aunque esto puede ser tanto más efecto que causa del discurso islamista. Siendo esa su fuerza, es también su debilidad. Con esa materia prima relativamente abundante se puede provocar mucha muerte y dolor durante mucho tiempo, pero es una causa perdida. Salvo que alguien piense que la ignorancia, la estupidez, el desequilibrio mental, incluso la maldad, proporcionen a largo plazo y para empresas importantes algún tipo de superioridad.
2 respuestas
En cualquier caso s corto plazo comparten el izquierdismo extremo y el islamismo, el mismo objetivo, acabar con cualquier atisbo de democracia, de liberalismo, de ideas occidentales.
Escaso eco en los medios de comunicación de la masacre en Pakistan de cristianos entre ellos numerosos niños y mujeres. Algo que en definitiva ni es nuevo ni desgraciadamente desaparecerá. El Je suis…etc aqui parece funcionar poco.Como funcionaba poco por no decir nada cuando los de la banda criminal etarra usaba el coche bomba en un centro comercial etc y los muertos eran españolazos y los otros amantes de la libertad de los pueblos.
Lo de los suicidios como en el caso de los trenes de Atocha, el 11 S, en Paris o en Londres o en Bruselas, o en autobus o restaurante en Israel ,o hasta ocasionalmente en Marruecos que no inmolaciones, con las consecuencias necesarias del asesinato masivo, ltienen su ancestral tradición desde los tiempo de Hassán el Viejo de la Montaña,, no en vano la palabra asesinos viene de los comedores de hachis con el que se drogaban y se les hacía estar en paraisos terrenales antes de mandarlos a acabar con sus enemigos..
Esta bien que se recuerde el pacto Ribbentrop -Molotov ( comunismo y nazis) , o el entendimiento entre Adolf Hitler y el Muftí Al-Husseini, pero el izquierdismo radical es tan anémico mentalmente que creen que podrán sobrevivir a sus aliados islamistas. verás cuando se vean teniendo que recitar y a sus mujeres tan progres con el niqab y demás o un buen burka que todo lo tapa.. Porque claro no van a poner el cuello a la gumía como nuestros hermanos cristianos de oriente, , morir antes que apostatar.
Y mire que preguntar quienes tiene la culpa del atenjtado islamita. Pues quien va a ser, para el izquierdismo hoy procuro más hambre que ayer y menos que mañana , pues seguro Occidente.