Ayer en Pamplona tuvo lugar una manifestación en contra de las restricciones impuestas por el gobierno de Chivite por autoritarias, arbitrarias y contradictorias. Esto es noticia por varias razones, la primera de ellas porque sea noticia. Es decir, está pasando que este tipo de manifestaciones contra las restricciones que los gobiernos están imponiendo se supriman de las cabeceras de los grandes medios. Lo que no se cuenta en los medios no existe. Lo que no existe no puede propagarse. Así que en esta ocasión es noticia que esto que pasa sea noticia.
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Cientos de jóvenes se manifiestan en contra de las restricciones en Pamplona https://t.co/TjE6PkYsi5
— Navarra.com (@navarra_com) December 30, 2021
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La segunda consideración viene a cuento del hecho de que la asociación convocante de la protesta fuera Kontseilu Sozialista Iruñerria (Consejo Socialista de Pamplona), una plataforma ideológicamente inscribible en el ámbito de la izquierda abertzale. Esta organización aclara que «Hay un interés en confundirnos con las movilizaciones de negacionistas que son teorías de la conspiración y sectas. Nosotros no vamos por ahí. No negamos la pandemia ni la respuesta con la vacuna, pero con esta excusa se aprovecha para hacer políticas autoritarias”, a lo que añade que se está «forzando la propia legalidad y rompiendo las libertades asociadas a la democracia. De alguna manera nos están preparando para una etapa en la que vamos a estar más acostumbrados a obedecer».
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Coincidir con la izquierda abertzale es difícil, pero no coincidir con la izquierda abertzale si la izquierda abertzale dice que la hierba es verde es imposible. La verdad es la verdad la diga Agamenón o su porquero, y si el porquero dice lo anteriormente entrecomillado resulta complicado no darle la razón porque es la verdad, y en este caso da igual el lado del espectro ideológico desde el que se mire. ¿Acaso es cuestionable que el gobierno ha estado recomendando una cosa y la contraria, que el gobierno ha impuesto restricciones a los derechos fundamentales desde la ilegalidad, o que parecen estar preparándonos para una nueva normalidad de menos libertad y más sumisión?
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Desde luego la izquierda abertzale, o una parte de ella, no es la primera ni la única que dice esto, ni una cosa es verdad porque la diga la izquierda abertzale, pero tampoco una cosa va a ser falsa sólo porque la diga la izquierda abertzale, o vamos a decir que la verdad es mentira porque de repente la izquierda abertzale diga una verdad. En todo caso podremos concluir que muy clara tiene que estar una cosa cuando hasta la izquierda abertzale la ve, o que muy ciego hay que estar para no ver una cosa que hasta la izquierda abertzale la ve. Otra cosa es que la izquierda abertzale, a la par que reconoce las carencias de la sanidad pública en esta crisis, atribuya las restricciones a los intereses de los empresarios, como si las empresas no farmaceúticas o no sanitarias, que son un conjunto mucho más importante e influyente, no estuvieran siendo machacadas por las restricciones, o que se denuncie el socialismo en acción desde una plataforma que se autodenomina socialista, pero esa ya es otra cuestión. La clave del asunto es que el autoritarismo del gobierno y su abuso del poder son tales que se aprecian ya desde cualquier punto de vista y desde cualquier lugar del espectro político, ya sea esto para inspirarnos más esperanza o preocupación.
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