Este viernes día 20 de diciembre, mientras que acontecía la Operación Salida, motivada por las festividades navideñas, en las distintas estaciones, aeropuertos y carreteras españolas, un trágico suceso oscureció el espíritu navideño en el Land teutón de Sajonia-Anhalt.
Un vehículo, sobre el cual estaba sentada una persona cuya nacionalidad no se puede mencionar de acuerdo con «las leyes de la verdad» que nos rigen, acabó con la vida de dos personas, hiriendo a más de sesenta, en el mercadillo navideño de Magdeburgo.
Hasta donde se sabe, se trata de la «nueva normalidad» de tolerancia, universalidad, generosidad y progreso a la que tienen que habituarse los europeos. Hablamos de algo en lo que, como ocurriera en su día con la potente locomoción económica, los alemanes están a la cabeza.
Del mismo modo que en su día, los burócratas alemanes permitieron cierta solvencia económica, hoy, con el apoyo de los peculiares medios y agitadores del orbe, están rogando la asimilación esta nueva normalidad (hay quienes dicen que se trata de dar cabida a los nuevos trabajadores del sector servicio y a los pagadores de pensiones).
Pero todo tiene una consecuencia, esperada o inesperada, deseada o indeseada. Todo da sus frutos, y en esta ocasión, lo veremos, a modo de renovación en el tablero político alemán. Un partido político de derechas, contrario al eurosocialismo bruselense, se impone según la demoscopia germánica.
Alemania no es España, pero pese ello, hay amenazas y problemas compartidos. La inmigración descontrolada y la amenaza multicultural islamista también son un problema para la seguridad y las libertades concretas de los españoles. Y no, no solo se da en exclusiva en Barcelona.
De hecho, como ocurre en Alemania, solo una fuerza política crítica con el establishment abre el debate. Lo que allí hace Alternativa por Alemania (AfD), aquí lo hace VOX. En ambos países, eso sí, hay formaciones minoritarias o de ámbito más regional que se suman al debate: el Partido de Baviera y Alianza Catalana.
Hay sondeos demoscópicos recientes que sugieren una pequeña remontada de VOX. Pero no es ese el quid de la cuestión. Más bien, es un intento de extracción interpretativa de información en base a determinadas variables. La idea es verificar si la preocupación ante la inseguridad y el descontrol migratorio podría ser una de las principales bazas electorales de la formación de Abascal.
Para el estudio estadístico, se ha tomado una muestra de los paneles e indicadores de distritos y barrios de Madrid, cuyos datos están publicados en el repositorio de Open Data del Ayuntamiento de Madrid. Las demarcaciones urbanísticas pueden tener una diversa realidad socioeconómica y son las que figuran en la siguiente lista:
- El Pardo
- Fuentelarreina
- Peñagrande
- Pilar
- La Paz
- Valverde
- Mirasierra
- El Goloso
- Casco Histórico de Vallecas
- Santa Eugenia
- Ensanche de Vallecas
Mientras, las variables que se han tenido en cuenta responden a la tasa de natalidad, la tasa de crecimiento demográfico, la tasa de migrantes extracomunitarios (externos a la Unión Europea y la OCDE), la tasa de desempleo, los porcentajes de voto al PP y a VOX en las elecciones europeas de 2024, y los totales de estas dos formaciones (la «derecha»).
A continuación, se responderá a distintos interrogantes.
La migración extracomunitaria como caladero de votos para la izquierda
Cabe destacar la notoria correlación inversa entre el crecimiento demográfico y la natalidad. Esto puede sugerir que el aumento de población generalizado puede darse debido al aumento de los flujos migratorios (no necesariamente del sector hispanoamericano, que ya supera el millón de habitantes en Madrid, el área metropolitana europea con mayor cantidad de gente procedente de estos lares geográficos).
Ahora bien, si se toma como referencia el escrutinio electoral de las elecciones al Parlamento Europeo que tuvieron lugar el pasado mes de junio, a medida que disminuyan los migrantes extracomunitarios, mayores son las posibilidades de que las opciones de voto favoritas de la derecha sociológica vean incrementado su respaldo electoral.
Demografía y natalidad: VOX vs. PP
Se puede observar que, de manera ligera, un nivel de natalidad no muy bajo puede repercutir en mayores apoyos hacia la formación conservadora de Santiago Abascal (es sabido que el PP está cada vez más escorado hacia la izquierda, por tanto y en cuanto apuesta por la agenda revolucionaria cultural y por la socialdemocracia económica).
Los escollos estatales, tales como el alto expolio fiscal, las dificultades en el acceso a la vivienda y ciertas trabas a la conciliación, pueden desmotivar la formación de familias (recuérdese que el coste de la vida se está encareciendo a mayor vertiginosidad, impulsado por el encarecimiento artificial que suponen las subidas de impuestos y el resto de escenarios de inflación).
Empero, no se puede negar que existe un factor de mentalidad a la hora de aspirar a formar una familia. En la España contemporánea, la mayoría de familias numerosas ibéricas representan a sectores donde una fuerte devoción religiosa o una generalizada inclinación tradicional y conservadora ejercen una influencia muy notoria.
De ahí que pueda tener sentido que haya mayor tendencia a votar a VOX cuando aumenta la natalidad. Recuérdese que este es el único partido que defiende con considerable claridad el derecho a la vida desde la fecundación hasta la muerte natural, la estructura natural de las familias y la libertad educativa frente a la corrupción de la ideología de género (homosexualismo y feminismo).
Eso sí, la fortaleza de la correlación es mucho más alta cuando se trata del problema migratorio. El debate en sí no era tan necesario hace décadas, a diferencia de lo ocurrido con el aborto o las cuestiones de género. Es relativamente en los tiempos actuales donde se percibe la necesidad de solucionar el problema que ha hecho de Europa Occidental un área geográfica más insegura dentro del viejo continente.
Es VOX el único partido que propone evitar el efecto llamada que suponen ciertos subsidios estatales y reforzar el control fronterizo. Es igualmente uno de los partidos de la arena nacional que más ha advertido sobre los riesgos para la mujer y el homosexual que supone abrir las puertas sin endurecimiento legal ni control alguno a personas que, entren legal o ilegalmente, no se adaptan a nuestro marco cultural.
Es más, si planteamos un esquema de regresión múltiple que permita medir la dependencia del apoyo electoral a VOX en cuanto a factores como las tasas de natalidad, crecimiento demográfico y migrantes extracomunitario, se puede observar que más de dos terceras partes de los votos de la formación de Abascal pueden estar sujetos a una variabilidad que dependa de estas variables.
De hecho, si las desglosamos, se puede ver que el impacto inverso de la tasa de migrantes extracomunitarios es cuasi irrelevante, por cuanto y en tanto el crecimiento demográfico es un asunto de preocupación notoria que apunta a inmigrantes no europeos: generalmente, gente del Norte de África, aunque hay quienes manifiesten su preocupación ante la composición de las bandas latinas.
Con lo cual, una vez abordado esto, cabe sugerir que la reacción contra la inmigración, que puede transversalizarse en cierto modo, puede ser lo que, en un plazo indeterminado, siga determinando una reacción electoral que aumente la representación parlamentaria y la influencia política de las fuerzas críticas con la hegemonía woke.
