ETA, tortura real y tortura ficción

Hace algunos días se le viene dando vueltas al informe sobre las torturas en la CAV el cual va a tener un equivalente en la Comunidad Foral, subvencionado por el Gobierno de Navarra. Dicho informe “acredita” 4.113 casos de torturas, si bien con alguna particularidad. Por ejemplo, que se considera acreditado un caso de torturas prácticamente por el mero de hecho de que alguien lo denuncie, sin exigir el tipo de pruebas que serían necesarias ante un tribunal, de hecho se ha prescindido directamente de la versión de los acusados o de las fuerzas de seguridad. Por otra parte, como denunciaba en un atinado artículo el diputado regionalista Iñaki Iriarte, de los 28 psicólogos encargados de validar las “denuncias” resulta que la mitad presentan vínculos ostensibles con organizaciones de la izquierda abertzale. La menor de las objeciones que se podría espetar contra estos expertos de parte sería por tanto que hubieran firmado un manifiesto a favor de los detenidos de Alsasua. La mayor paradoja es que el informe denunciando las torturas ha sido elaborado por parte de algunas personas que se manifiestan con fotos de torturadores.

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Dicho todo lo cual, no nos cabe ninguna duda de que en España ha habido, hay y habrá torturas y malos tratos en las comisarías. No nos cabe ninguna duda al respecto porque tampoco tenemos ninguna duda de que ha habido, hay y habrá torturas en las comisarías de Alemania, de Suecia, de EEUU, de Francia o de la CAV. Porque efectivamente, también hay varios cientos de casos en el informe referidos a torturas en las comisarías de la Ertzaintza.

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La paella y la playa

En alguna ocasión ya hemos expuesto un tipo de sofisma, muy popular entre los antisistema, los comunistas y la izquierda abertzale, en virtud del cual si encontramos un grano de arena en una paella entonces la paella no es una paella, sino una playa. O bien lo mismo da una playa en la que hay un grano de arroz que una paella en la que hay un grano de arena. De este modo, puesto que en todos los países del mundo, incluso los más democráticos, hay casos de tortura, como por otro lado se encargan de subrayar e incluso exagerar constantemente organizaciones afines como Amnistía Internacional, no se puede decir que el régimen cubano o venezolano sea peor que el alemán, no digamos que el estadounidense. La finalidad de la teoría del grano de arena en la paella es que, puesto que también en Suiza hay torturas, Cuba es paella y no playa. Aplicada la teoría al caso de la ETA, se trata de encontrar arena en los engranajes del estado español para señalar que España es la Alemania nazi y la Policía Nacional y la Guardia Civil son equivalentes a las SS y la Gestapo. Y si no hay arena pues se inventa, lo que nos lleva al siguiente punto.

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Los manuales de ETA explicando cómo inventarse torturas

Aunque como hemos dicho en realidad no tenemos ninguna duda de que casos de tortura seguro que hubo, tampoco es posible dudar de que también han existido un gran número de torturas inventadas. La utilización política y argumentativa de la tortura era una carta más a jugar en el tablero tanto por los terroristas de capucha como por los terroristas de moqueta. En este sentido no es de extrañar que en diversas ocasiones se interviniera a los comandos de ETA un manual sobre cómo fingir y denunciar falsas torturas. Si no había torturas, pues había que inventarlas. A menudo los mismos presos que denunciaban torturas aparecían luego en los juzgados y ante las cámaras en actitud soberbia, sonriente, desafiante y prepotente, burlándose de las víctimas y amenazando a los magistrados, sin siquiera comparecer esposados. Eran los policías que les custodiaban quienes a menudo aparecían tapados, sumisos o cabizbajos.

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Los etarras, presos privilegiados

En realidad, puestos a evaluar objetivamente el tratamiento a los detenidos en relación a la ETA, seguramente siempre fueron mejor tratados que el conjunto de los presos comunes. Precisamente por todo el aparato mediático, político, sindical y jurídico que tenían detrás. El blindaje de un preso de ETA siempre ha sido en democracia muy superior al de un preso común. A tal punto el estado español ha vivido atenazado por la estrategia propagandística de la izquierda abertzale, y no sólo de la izquierda abertzale, que en este país no se planteó ilegalizar a los terroristas de moqueta hasta hace sólo unos años. Por cierto, con un éxito fulminante. ETA desapareció casi en cuanto se les hizo comprender que tendrían que elegir entre pistolas o votos. Si durante décadas no fuimos capaces ni de ilegalizar al brazo político de ETA, como para establecer la cadena perpetua, no digamos la pena de muerte. Y eso que la cadena perpetua existe en todo nuestro entorno europeo, con bastante menos motivo. Se luchó sólo a medio gas contra la ETA para que no se dijera que España era la Alemania nazi, sólo para comprobar ahora que algunos hagas lo que hagas siempre te llamarán nazi para justificar sus tiros en la nuca y que siempre se puede encontrar un grano de arena en la paella, y que si no se encuentra pues se inventa.

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Ongi etorri, torturador

Obviamente en España ha habido mucha tortura y muchos torturadores estos últimos años, pero casi todos eran etarras  y casi todos los que protestaban supuestamente contra las torturas iban después a fiestas, eventos o locales en los que se paseaban como si fueran héroes fotos de torturadores. Ahora mismo, aquí mismo, hay muchos ongi etorris a torturadores. COVITE ha denunciado 77 ongi etorris en 2017. En este sentido es de justicia subrayar las diferencias con el estado español y las fuerzas políticas españolas. En España seguro que hay casos de excesos policiales y torturas, pero nadie los apoya y nadie organiza homenajes a torturadores. En el mundo nacionalista, en cambio, es normal y sistemático justificar y homenajear a torturadores. Y no se les homenajea a pesar de ser torturadores, sino precisamente por ser torturadores. Eso no es lo excepcional sino lo normal. No es el grano de arena en la paella sino el grano de arena en la playa. A ver que dice de eso el informe que pagamos los torturados. Por no recordar la extraña teoría oficial que rige actualmente sobre la violencia, en virtud de la cual si se encuentran al doblar una esquina uno de ETA y uno del GAL y se matan entre ellos, hay que hacer homenajes y reconocimientos públicos a los dos.

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4 respuestas

  1. Muchas gracias. Esto es lo que pensábamos muchos desde hace tiempo. Las grandes crueldades como el terrorismo se quieren ocultar tras grandes mentiras.

    Tomo nota de lo que Vds. afirman:
    «La utilización política y argumentativa de la tortura era una carta más a jugar en el tablero tanto por los terroristas de capucha como por los terroristas de moqueta».

    Esto mismo lo aplicaría a otros temas.

    ¡Ay de la mentira! Qué fácil es mentir y atemorizar a otros, sobre todo a la gente normal que trabaja y vive llana y honradamente.

  2. Magnífica y justa exposición. Se podría añadir que la ETA utilizó y mantuvo acogotados a muchos etarras que quisieron desmarcarse de la organización terrorista tanto dentro como fuera de la cárcel.

  3. Al hilo de este artículo, y sin querer desmentir a «Alambique» en su matiz, que seguramente está en lo cierto, no sé por qué me viene a la mente la figura del Sr. Manuel Sánchez Corví, actualmente máximo responsable de la UCO de la Guarcia Civil (el G.C. que aparecía en las TVs con el caso de Diana Quer). Actualmente es coronel, pero en su día fue condenado a 4 años de prisión y 6 de inhabilitación por torturas a un detenido en el cuartel de Intxaurrondo.
    Ahí lo tenemos, si es que estas cosas tienen su recompensa.
    Luego nos rasgamos las vestiduras cuando un expreso da clases en un colegio. ¿Y cuando un torturador es quien debe protegernos?

  4. Pues yo si sé por qué le viene eso a la mente, Sr. Gebara, porque Vd. y su pensamiento están más cerca del mundo de la izquierda abertzale que de la Guardia Civil. Porque es incapaz de comprender que en la G.C. puede haber un miembro que haya sido torturador, mientras que en la ETA la excepción sería encontrar un miembro que no haya sido torturador y asesino.

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