En los últimos dos años de crisis, los navarros estamos descubriendo algo insólito: nuestros recursos no son ilimitados. No tenemos recursos ilimitados para la Educación, recursos ilimitados para las infraestructuras, recursos ilimitados para los planes anticrisis y, además, recursos ilimitados para la Sanidad. Asignar recursos como si fueran ilimitados en un mundo en el que son limitados no es ser progresista, es ser irresponsable. En el mejor de los casos, el reparto de recursos podrá resultar menos penoso (o más progresista) allí donde existan más recursos a repartir. Irónicamente, esto suele suceder –como demuestran año a año índices como el de Libertad Económica elaborado por la Fundación Heritage y el Wall Street Journal- en las sociedades menos intervenidas. Es decir, en las sociedades –sobre el papel- menos “progresistas”.
Hace unos meses, se debatió la urgente necesidad de ampliar la UPNA debido a la escasez de médicos en Navarra y España. Poco después, la UPNA aseguró que ni siquiera con su tamaño actual disponía este año de recursos para mantenerse operativa. Entretanto, descubrimos que en España no sólo no hay menos médicos que en el resto de países desarrollados, sino que nos encontramos bastante por encima de la media. De hecho, el último informe de la OCDE (Health at a Glance 2009) vuelve a confirmar que en España hay 3,7 médicos en ejercicio por cada 1.000 habitantes, en contraste con los 2,4 de los EEUU, los 2,5 de Gran Bretaña, los 2,9 de Luxemburgo, los 3,4 de Francia o los 3,5 de Alemania. Es más, el número de médicos en España sigue creciendo por encima del ritmo del resto de países con más médicos. Puede que necesitemos organizarnos mejor antes de decidir que necesitamos más médicos. Si no sabemos organizarnos, en cualquier caso nunca tendremos bastantes médicos.
Han pasado meses desde aquel debate y la sociedad navarra es más consciente ahora de la escasez, y por tanto de la necesidad imperiosa de organizar bien los recursos, también en lo tocante a la Sanidad. Y ello no a pesar de ser la Sanidad un bien tan importante, sino precisamente por serlo. Es en este contexto de escasez en el que tenemos que enmarcar las últimas decisiones de la consejera Kutz y las últimas discusiones en Navarra relativas al gasto sanitario.
El mismo informa de la OCDE al que acabamos de aludir, sin embargo, nos pone en la pista de situaciones anómalas en nuestro sistema de salud que parecen revelar aspectos de nuestra forma de organizarnos que no están funcionando. Sólo así se explica que, por ejemplo, los suecos acudan anualmente al médico un promedio de 2,8 veces mientras que los españoles lo hacemos en 8,1 ocasiones. Un británico acude sólo 5 veces al año y un francés en 6,3 ocasiones. La media de la OCDE es de 6,8 consultas al año. No nos puede extrañar que nos falten médicos a la vista de estos números.
Alguna explicación debe haber, excluida la de que estén mucho más sanos, para que los españoles acudan al médico con casi el triple de frecuencia que los suecos o el doble que los finlandeses. La explicación más lógica es que en estos dos países existe un modelo de asistencia basado en el copago. Sí, incluso en Suecia, donde el estado del bienestar quebró en los noventa. Sí, pese a la elevadísima presión fiscal del sistema sueco. Huelga decir que los índices de mortalidad se mantuvieron idénticos en Suecia antes y después de la introducción del copago. Lo que consiguió la introducción del pago de una pequeña cantidad fue una disminución drástica de las visitas innecesarias al médico. Puede ser una idea objeto de reflexión, mientras miramos los gráficos.
4 respuestas
Claro que si.
Hay que imponer un sistema de control del uso de los servicios y de los medicamentos. Copago ya. Será como el tema del exceso de velocidad de los automovilistas. Nos hemos acostumbrado a «pisar» el pedal del consumo en salud. En nuestra sociedasd hay mucha ansiedad, vamos y nos atienden 5 minutos y nos dan medicamentos, que no nos curan, porque se suple el tiempo con medicación, y esto no sirve.
Copago: mano de santo. Ya lo verán Uds.
Cuidado con el sistema del copago. Hay que organizarlo bien, porque en sitios donde existe se ha visto que no ha reducido la demanda de pacientes sin problemas económicos y con relativa buena salud, y si ha retraido a por ejemplo pensionistas que si que tenían necesidad de ir por ahorrase unos eurillos, aunque estaban realmente enfermos
El copago castiga a las clases con menos recursos. Por otro lado, los suecos solo van al médico por cuestiones pura y exclusivamente médicas. No van por cuestiones burocráticas: recoger recetas, pedir el volante de la baja temporal… Yo, enfermo crónico y en hemodiálisis en la CUN, voy más de una docena de veces al año al Centro de Salud a por recetas y a que me den informe para luego coger el volante en Conde Oliveto y poder hacer tratamientos complementarios a la hemodiálisis en la CUN. Y a veces me los niegan. El único tratamiento gratuito para todos los norteamericanos es el de hemodiálisis y los complementarios: aquí, peor que en USA. El 100% de las veces que voy al Centro de salud y a Conde Oliveto es por burocracia médica, no por atención médica. Eso no ocurre en Suecia. No seamos demagogos con la cantidad de veces que un ciudadano va a Urgencias o al médico. Por la misma razón, que no cojan el coche ni el tren y nos ahorraríamos carreteras y TAVs.
Evidentemente, hay que organizarlo bien: no se va a cobrar lo mismo por acto a todo el mundo. Pero ¿que pasa si la gente paga un poco cada vez que va al médico? El enfermo gastará mas que el sano …¿y? El que vive lejos de su trabajo también gasta mas que el que vive cerca…
¿La asistencia sanitaria es para curar, o para redistribuir renta? ¿Que es lo que es»injusto», que Ud. tenga una enfermedad, y le cueste -dinero, sacrificios, etc… que otro sano no tiene que pagar?
Así es la vida.