La inmunidad ante la crisis de las cúpulas sindicales, que ayer comentábamos, merece como mínimo una pequeña reflexión sobre los dineros de los sindicatos. Una mejor comprensión de su financiación, puede proporcionarnos también una mejor comprensión de sus comportamientos.
Financiación genérica para las actividades de carácter sindical.
Sólo alrededor de un 15% de los trabajadores españoles se encuentran afiliados a algún sindicato. Se trata de una cifra que contrasta con la media de la OCDE (35%) o la de los propios sindicatos españoles en el pasado. No obstante, estas organizaciones fijan las condiciones laborales de más del 90% de los asalariados. Para el 2010, los Presupuestos Generales del Estado prevén una financiación pública de 15.798.500 euros, a repartir según la representatividad de cada sindicato. A esta cantidad se añaden otros 4.800.790 como compensación económica por su participación en los órganos consultivos centrales y territoriales del Ministerio de Trabajo e Inmigración, de sus organismos autónomos y de las entidades gestoras de la Seguridad Social. Por otra parte, casi todas las sedes de los grandes sindicatos se encuentran ubicadas en edificios públicos aportados por la Administración, cuyo alquiler mensual ascendería a 7 millones de euros.
Los parados mejor formados del mundo.
Todas las cifras anteriores empequeñecen al lado de los casi 200 millones de euros que los sindicatos perciben anualmente en concepto de cursos de formación. En concreto, más de 21 millones de euros para la formación intersectorial más de 172 para la formación sectorial. La cifra global supone unos 95 millones de euros para la UGT y 94 millones de euros para CCOO.
La inacabable devolución del “patrimonio histórico” de los sindicatos.
Otro capítulo de la financiación de los sindicatos es el de la devolución del patrimonio sindical que perdieron durante el franquismo. Tras diversas entregas a lo largo de varias décadas, el gobierno de Rodríguez Zapatero entregó a la UGT durante la primera legislatura 149 millones de euros y 26 inmuebles por este concepto, justo la cantidad necesaria para afrontar el pago de su deuda con el ICO por el escándalo de la inmobiliaria PSV. CCOO reclama también desde entonces la recuperación de su patrimonio perdido con la llegada del franquismo, a pesar de que CCOO no existe desde mucho después del inicio de la dictadura franquista. El gobierno socialista, sin embargo, ya ha anunciado que estudiara la forma de compensar a este sindicato.
Los liberados sindicales.
Otra figura interesante es la del liberado sindical; es decir, aquel trabajador relevado de su ocupación laboral para realizar funciones sindicales, pero que cobra íntegramente su sueldo y complementos aunque no trabaje. El dato cobra especial relevancia cuando el número total de liberados sindicales en España asciende a más de 200.000 personas.