#79. Esto que parece la errata del día en el texto de hoy fue sin embargo ayer un hagstag que se convirtió en tendencia en España durante buena parte del día. ¿Por qué #79? El origen de la etiqueta vino dado por una de las noticias más llamativas publicadas ayer en diversos medios, la cual advertía de que el 79% de los municipios españoles han registrado más muertes que nacimientos durante los últimos 20 años.
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Asimismo en el día de ayer se publicaba otra información que podría considerarse complementaria y es que, según los datos del INE, el crecimiento vegetativo de la población española presentó un saldo negativo de 45.404 personas durante la primera mitad del año. Es decir, que el número de fallecimientos supera ampliamente al de nacimientos. Y no es un hecho puntual sino una clara tendencia fácilmente observable.
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Los datos en Navarra vienen a ratificar la misma tendencia a escala nacional. Las cifras del Instituto Navarra de Estadística resultan inequívocas y muestran que el saldo vegetativo también es negativo por estos pagos.
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Nada de esto puede extrañarnos teniendo en cuenta que la tasa de fecundidad en 2018 en Navarra fue de 1,39 hijos por mujer. Seguramente a nadie se le escapa que 2,1 es sólo la tasa de reposición, por lo que caminamos hacia la extinción.
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En el párrafo anterior podría parecer exagerado hablar de que caminamos hacia la extinción, pero merece la pena detenernos un momento en las cifras para ver que no es ninguna exageración. Una tasa de fecundidad de 2 hijos por mujer significa que la población sólo se mantiene, pero una tasa de 1,39 significa que en la siguiente generación sólo habrá 70 personas por cada 100 en la generación anterior. Esa segunda generación de sólo 70 personas, a su vez, se convertirá en una tercera generación de sólo 50. El efecto cumulativo a lo largo del tiempo resulta bastante aterrador.
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Cabe concluir indicando que todo lo anterior no es una mera opinión o la expresión de un temor. Es una progresión matemática implacable. Si se mantienen las condiciones, el resultado es inexorable. Hacer algo al respecto o no dependerá de que nos guste ese resultado o no. Podría añadirse una referencia a las pensiones pero nadie será tan ingenuo de pensar que realmente va a cobrar una pensión basada en un sistema de reparto (dependiente por tanto del número de cotizantes en la base de la pirámide) cuando de lo que hablamos a medio plazo es casi de una extinción de la población.
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