La Unión Europea, bienamada institución en la que los españolitos de a pie ciframos todas nuestras esperanzas y confianzas en la vida, ha aprobado el consumo de gusanos como alimento para los humanos. Podría parecer una simple extravagancia para dar gusto a algunos ciudadanos exóticos, pero detrás de esta noticia hay mucho más trasfondo del que parece.
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La UE aprueba el consumo de gusanos como alimento humano ➡ Bruselas sostiene que los insectos son una fuente alternativa de proteínas que puede apoyar la transición hacia un sistema alimentario más sostenible https://t.co/6u539mqxPE
— La Razón (@larazon_es) May 5, 2021
Como algunos lectores recordarán, hace unos meses comentamos un vídeo publicado por el Foro Económico Mundial (el Foro de Davos) en el que se notificaban 8 curiosas predicciones para el mundo en el año 2030. Una de ellas es la de que no tendríamos nada, pero que seríamos felices. Otra de las predicciones era la que comeríamos menos carne y consumiríamos alimentos más sostenibles.
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La noticia de los gusanos puede parecer poco preocupante hasta el momento en el que la ponemos en relación con las predicciones de Foro de Davos. Davos aprieta pero no ahoga. Te quitaremos la carne pero te daremos a cambio gusanos. Viva el Foro de Davos.
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Respecto a todo esto cabe hacer al menos un par de preguntas inquietantes. Para empezar, ¿lo de Davos son predicciones o imposiciones? O sea, cuando hablan de cómo va a ser el mundo en 2030, ¿hablan como observadores o es el mundo que están intentando construir? ¿En qué momento hemos elegido comer gusanos los que no formamos parte del Foro de Davos o que el mundo en general tenga que ser así?
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En segundo lugar, la gran pregunta es cómo seremos felices en ese maravilloso mundo que Davos predice. Es decir, que seremos felices es una previsión más del Foro. ¿Y cómo será eso? ¿Un efecto secundario de la ingesta de gusanos? Es de temer que cuando el Foro de Davos afirma que en 2030 seremos felices nos tendremos que enfrentar a uno de estos dos escenarios, salvo que seamos todos felices de verdad: o que en 2030 a nadie se le tolere poder decir que es infeliz con las imposiciones de Davos, o que Davos confíe en la capacidad de someter para 2030 a toda la humanidad a tal lavado de cerebro que realmente todo el mundo se crea feliz no teniendo nada y comiendo gusanos. Llegados a este punto el lema de la rebelión contra Davos desde ya mismo puede que tenga que ser: “Libertad o gusanos”.
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