Bueno, pues ya ha pasado el 8M y, tal y como sospechaban los malpensados, el gobierno ahora sí parece dispuesto a tomar alguna medida contra el coronavirus y anuncia un plan de choque cuando superamos ampliamente los 1.000 infectados y todo el mundo se andaba preguntando hace tiempo dónde andaba el gobierno.
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Por otro lado no es que ayer el gobierno presentara el plan de choque, sino que se limitó a anunciarlo, como si todas estas semanas no hubiera habido tiempo de prever el presente escenario y el coronavirus no hubiera merecido la atención del gobierno para ir preparando un plan de contingencia. Pedro Sánchez añadió además que negociará las medidas del plan de choque contra el coronavirus con la patronal y los sindicatos. Si el coronavirus no se detiene con esto estaremos ante un organismo totalmente andemocrático y antisocial ante el que no cabrá más remedio que declarar una alerta antifascista. En todo caso nadie debería caer en el alarmismo, sino confiar en los conocimientos médicos de la patronal y los sindicatos y recordar los mensajes tranquilizadores del gobierno y sus socios. Con corona o sin ella, nada puede un virus contra la fuerza de los demócratas.
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Hay una cosa que ayuda a la gente a tener confianza y es ver que las cosas que va diciendo el gobierno se corresponden con lo que va sucediendo. Eso da sensación de seguridad y control. Si, por el contrario, los mensajes de hace sólo unos días de nuestros gobernantes bienamados leídos ahora resultan ridículos, eso no hace sino aumentar nuestras sospechas de que estamos en manos de auténticos incompetentes que van reaccionado a los acontecimientos a base de volantazos, en un asunto en el que lo crucial es precisamente adelantarse a los acontecimientos tratando de contenerlos.
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Como es difícil que sea de otro modo en estos casos, las redes sociales le recuerdan ahora al PSOE la demagogia y el populismo de los que hizo gala durante la crisis del ébola, cuando gobernaba Rajoy, en la que por cierto no hubo pese a algunos errores ningún fallecido. Salvo un perro que fue sacrificado por seguridad, lo que casi le cuesta la cabeza a todo el gobierno. La izquierda no dudo lo más mínimo en politizar aquella crisis y tratar de echar al PP la responsabilidad de cuanto estaba sucediendo. ¿Cuál sería el resultado de aplicar ahora aquella misma vara de medir al PSOE?
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Hablando de dobles varas de medir, a muchos observadores no les pasó desapercibido que la ministra Celaá llevara guantes durante la manifestación del 8M. Eso sí, guantes morados, pero guantes al fin y al cabo. Como si Celaá fuera la primera en desconfiar de que fuera una buena idea celebrar masivamente el 8M dadas las circunstancias. No obstante, maldita.es ha mostrado fotos de la manifestación del año pasado y otras manifestaciones feministas en las que se usaron estos guantes o momentos de la manifestación del domingo en los que Celaá se quitó los guantes.
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Da la impresión en definitiva de que todo en esta crisis del coronavirus se ha enfocado como un problema político y no como un problema humano, sanitario y económico. La cuestión a estas alturas, como suele decirse, es si el gobierno va a cerrar la puerta del establo cuando los caballos ya se han escapado.
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Un comentario
Tengo una duda: la Sra. que aparece en la foto con una gorra como las que se usan en las batidas de caza tipo «La escopeta nacional», ¿es el comisario Villarejo disfrazado de ministra, o es la ministra disfrazada de Villarejo?. Que alguien nos ilustre, por favor.