La laminación de la avenida en los embalses de Yesa e Itoiz, durante las fuertes lluvias del mes de abril, permitió reducir en 400 metros cúbicos el caudal de río Aragón. De esta manera se pudo mantener el caudal en torno a los 900 metros cúbicos a su paso por Sangüesa, que es el nivel a partir del cual empiezan a producirse daños. De no haber sido por la acción de los pantanos, el caudal del Aragón hubiera superado los 1.300 metros cúbicos produciendo “importantes inundaciones”.