El mapa político navarro sigue fragmentándose como consecuencia de un nuevo terremoto. Tal y como parece en ente momento, poco tiene que ver el despliegue de siglas electorales que se presentará a las elecciones de mayo no ya respecto a las elecciones del 2007, sino incluso respecto al último navarrómetro. No obstante, queremos medir de alguna forma el posible impacto sobre el mapa electoral de los últimos seísmos políticos. Estos son los hipotéticos resultados.
Navarrómetro + Ruptura de Nabai
¿Cuál es la intención de voto de la sociedad navarra? Los datos más recientes y fiables nos los proporciona el último navarrómetro, entregado en noviembre del pasado año. Dicho navarrómetro, sin embargo, no recogía la salida de Nabai de Batzarre y EA. Para reflejar los votos que corresponderían a Batzarre y EA, tratando de recomponer el mapa electoral, acudimos al propio acuerdo electoral de Nabai en el que se reparten sus votos en la siguiente proporción: Aralar 43,9%, EA 31,3%, PNV 10,4% y Batzarre 14,4%. Es decir, que de los 78.431 votos que el navarrómetro atribuye a Nabai 42.588 corresponderían a PNV y Aralar, 24.548 a EA y 11.294 a Batzarre. El siguiente cuadro muestra los resultados de aplicar en una calculadora D´Hondt los datos del navarrómetro actualizados.
Efectos sobre la izquierda y el centro derecha
Los efectos de la ruptura de Nabai, como puede apreciarse, serían irrelevantes sobre el centro derecha en términos de reparto de escaños, pues seguiría manteniendo los mismos 23 diputados forales que le atribuía antes de la ruptura el navarrómetro. Una candidatura unitaria del centro derecha (también hemos realizado ese cálculo), con estos mismos resultados conservaría sus actuales 24 escaños. Respecto a la izquierda, el efecto resulta también irrelevante sobre el PSN, que conserva sus 12 escaños, pero atribuye a la coalición Ezkerra-Izquierda (Batzarre+IU) 4 escaños.
Nabai se hace añicos
En cuanto al nacionalismo, los restos de Nabai (Aralar y PNV) tan sólo obtendrían 6 parlamentarios, diciendo adiós a cualquier opción de mantenerse como segunda fuerza política o de alcanzar un acuerdo de gobierno a dos e incluso a tres bandas. En términos generales, además, el nacionalismo perdería un escaño.
El Pacto Batasuna-EA
No se puede desconocer, no obstante, que el cuadro anterior ignora un nuevo elemento inquietante del mapa político, como es la atribución del voto batasuno que en las últimas elecciones forales aglutinó unos 15.000 votos nulos. La segunda simulación que hemos elaborado, por consiguiente, contempla la posibilidad de que EA concurra a las elecciones en coalición con Batasuna, opción equivalente (como plan A o plan B de la misma estrategia) a la de que Batasuna-Sortu fuera legalizado. Es decir, que el mapa electoral no cambiaría tanto en el supuesto de que los votos batasunos vayan a EA como si van a Sortu. En cualquier caso, y si ello no comportara la ilegalización de EA, éste sería el resultado.
Como puede apreciarse, si EA se convierte en el vientre de alquiler de Batasuna esta formación podría sumar tantos votos como Nabai (6 diputados cada una). Numéricamente esta posibilidad no afecta al resto de fuerzas.
Efectos aritméticos vs efectos políticos
La ruptura de Nabai, como hemos podido comprobar, al menos hipotéticamente podría no tener mucha influencia sobre el reparto de votos entre los tres grandes bloques: centro-derecha, izquierda y nacionalismo. Sí tiene gran repercusión en cambio sobre el reparto interno de escaños en el bloque nacionalista. La escasa repercusión de la ruptura en términos aritméticos no se corresponde con la enorme repercusión en términos políticos de cara a posibles alianzas. Y es que el nacionalismo ya no podría ofrecer un cambio de gobierno a nadie más que contando necesariemente con el contaminado voto batasuno.
Un comentario
Creo que no se está tendiendo en cuenta al partido más favorecido con esta ruptura, que es el PP. El efecto aglutinador de votos que tenía UPN dada la posibilidad de un gobierno de coalición con un partido nacionalista vasco, tras la ruptura de Nabai, se esfuma esa posibilidad. El voto de la derecha estará aún más dividido en estas elecciones.