NA+ ha expresado su “más profunda preocupación” en torno al borrador de Decreto Foral que regulará la admisión en los centros educativos navarros y ha criticado que con el nuevo baremo las familias pierdan libertad para decidir el tipo de educación que quieren para sus hijas e hijos.
Para NA+, el nuevo esquema de escolarización ataca un derecho tan fundamental en las sociedades libres como es la libertad para elegir la educación que cada familia quiere para sus hijos.
Así, recuerda que “el propio consejero describía el proceso no como de ‘elección’, sino de ‘asignación’. Las familias optan, no eligen, y en función de un baremo, la Administración asigna, por lo que “se pone de manifiesto el carácter totalitario de las medidas”.
Al centralizar todas las solicitudes de admisión a través de una web preparada al efecto en el Departamento de Educación, se elimina la posibilidad de que las familias la tramiten a través del centro educativo en el que quieren escolarizar a sus hijos. Esto junto a otro de los puntos claves de la reforma, como es la disminución de la puntuación asignada por contar con hermanos en el centro, es una muestra clara del intervencionismo gubernamental y el recorte de la libertad de elección.
Navarra Suma, por lo demás, denuncia el evidente atentado de esta reforma contra la posibilidad de conciliación familiar, al no asegurar la escolarización de hermanos en el mismo centro, antes prioritaria, o al reducir drásticamente la puntuación asignada cuando los padres o madres trabajen en el centro educativo.
Más de 4.000 familias afectadas que optan por la educación diferenciada
Según NA+, estas son consecuencias de la nueva ley educativa, la LOMLOE, recientemente aprobada. A este respecto, han manifestado también que “otro evidente ataque a la libertad es la prohibición de establecer conciertos con centros de educación diferenciada”.
Desde Navarra Suma defienden la educación diferenciada como una opción pedagógica, tan válida como la opción coeducativa, negando su carácter supuestamente segregador, que por el contrario ofrece a chicos y chicas las mismas oportunidades educativas. En cualquier caso se trata de los derechos de 4.000 familias que se verían, en muchos de los casos, imposibilitadas para elegir el centro donde poder escolarizar a sus hijos. Salta a la vista que la izquierda tiene una auténtica obsesión con perseguir a los centros diferenciados, más allá de que la nueva ley, como acaba de verse, limita severamente la libertad de elección de absolutamente todas las familias. A fin de cuentas el precedente que se sienta ni siquiera es la defensa de lo público, sino la premisa de que el gobierno tiene el poder de elegir la educación de los hijos, con carácter general, por encima de la de los padres.
En definitiva, Navarra Suma ha anunciado que solicitará la comparecencia urgente del consejero de Educación, Carlos Gimeno, para que explique “este intento de control y utilización de la educación para establecer un tipo de sociedad de pensamiento único, así como de imponer una estatalización de la educación propia de sociedades totalitarias”. Es el resultado, denuncia la coalición, de “una ley sectaria e ideologizada que elimina un derecho humano básico como la libertad de elegir la educación que cada familia quiere para sus hijos e hijas”.
Por su parte, los centros de educación diferenciada han remitido una carta a los padres de sus alumnos en la que les ponen al corriente de la situación aunque indicando la probable inconstitucionalidad de la normativa y cifrando en la Justicia, acaso un poco ingenuamente, la esperanza de que no llegue a ponerse en aplicación en lo que a estos centros se refiere.
En el peor de los casos, apuntan algunos, lo más que podría suceder es que para conservar el concierto los actuales centros diferenciados decidieran pasar a ser mixtos. Y efectivamente el ataque específico a los centros diferenciados es grave, aunque no tanto porque se ataque un modelo concreto como el principio general de la libertad de elección educativa. Por eso mismo el ataque a estos centros concretos no es sino un frente más de la guerra que se está abriendo contra la libertad educativa y contra todos los centros concertados en general.