Tras nuestro parón vacacional del mes de julio, Navarra Confidencial volvió a la actividad con un mensaje positivo: los brotes verdes eran reales. Decíamos entonces que el mero hecho de que Zapatero asegurara que las cosas estaban mejorando, no necesariamente significaba que estuvieran empeorando. Añadíamos entonces que, a la luz de la evidente naturaleza cíclica y mudable de la economía, cualquier discurso eternamente optimista o eternamente pesimista se encontraba condenado a equivocarse cada vez que cambiara el ciclo. Señalábamos también que incluso un reloj roto da la hora exacta dos veces al día, lo cual podía sucederle hasta al reloj de Zapatero.
No se trataba, en cualquier caso, de analizar la posible evolución de la economía en torno a la confianza, simpatía o antipatía que nos produjeran las instancias gubernamentales. Los ciclos económicos, evidentemente, cambian inexorablemente al margen de nuestras simpatías y antipatías. Huyendo de referencias subjetivas, por tanto, a lo largo de toda la crisis hemos utilizado instrumentos como el índice ISM, para conocer en tiempo real el estado de la economía. Cuando apostábamos por que la recuperación económica era real y no una ficción, el índice ISM ya mostraba este aspecto y señalaba un claro rebote desde los mínimos.
La situación actual.
Si el gráfico anterior mostraba la situación en agosto, el siguiente gráfico (publicado el mes pasado) mostraba ya la situación en septiembre. El índice había superado la barrera de los 50 puntos indicando crecimiento y adelantábamos que, con toda probabilidad, el siguiente dato del PIB en los EEUU sería positivo, como luego lo sería efectivamente.
Habíamos insistido mucho también durante toda la crisis en que España, en cuanto vagón económico intermedio, ni quedaría al margen de las economías para entrar o salir de la recesión, ni entraría o saldría del túnel antes que la locomotora. De ahí nuestro interés en vigilar no tanto lo que pasaba en nuestro vagón, sino en la cabeza del convoy.
Prudencia.
Otra cosa, sin embargo, es la situación en la que salgamos de esta crisis. Las medidas adoptadas en unos casos, o la falta de medidas en otros, pueden lastrar seriamente nuestra recuperación. En todo caso interesa ser consciente de que volver a avanzar no significa estar otra vez en el punto en el que estábamos al empezar la crisis. Hemos retrocedido mucho desde entonces y sólo para volver a donde estábamos tenemos que encontrar trabajo a 2 millones de parados. Hasta entonces, y sin recortar gastos, es imposible que las cuentas públicas vuelvan a cuadrarnos.