Lo público es gratis. Si no fuera por el estado, usted no podría pagar la sanidad o educación. Somos uno de los países que paga menos impuestos de nuestro entorno… Todo lo anterior son algunos de los mantras que se repiten continuamente para justificar el gasto público, las subidas de impuestos y el intervencionismo estatal. Más aún, para justificar una cierta devoción hacia lo público. Y también para imponer algún grado de sumisión, por lo menos el tipo de sumisión que genera la dependencia. ¿Pero es cierto que los servicios públicos son gratis? ¿Es cierto que pagamos pocos impuestos? ¿Es cierto que si no fuera por el estado no podríamos pagar la educación y la sanidad? ¿Y cómo es que no podríamos pagar la educación y la sanidad pero podemos pagar un estado que pague la sanidad y la educación? Porque cuando se habla así parece que el estado nos paga las cosas sin que nosotros seamos los pagadores del pagador.
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Por todo lo anterior conviene de vez en cuando echar un vistazo a lo que gasta anualmente la administración por persona. En el caso de Navarra, según los Presupuestos Generales de 2024, el gasto público por habitante alcanza la desorbitada cifra de 9.461 euros por navarro. Pero la cifra es mucho más exorbitante todavía de lo que parece si lo pensamos un poco.
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Para empezar, no todo el mundo paga impuestos. Un matrimonio con un bebé, por ejemplo, pagaría en promedio esos 9.461 euros por 3, o sea 28.383 euros. Pero para que salga la cuenta, como el bebé no paga, en realidad hablaríamos de 14.191 euros sobre los hombros de la pareja. Y aún hay políticos que dicen que pagamos pocos impuestos, que no pagamos más de un 15% de impuestos, que pagan mucho más los países de nuestro entorno. ¿Cuántos son 9.461 euros sobre el salario de un navarro medio? ¿Cuánto representa el gasto público en Navarra si en vez de dividirlo por los 660.000 habitantes lo dividimos sólo por los 200.000 ocupados?
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Cuando escuche a alguien decir que lo público es gratis, recuerde que está pagando todos los años casi 10.000 euros por los servicios que ofrece el estado. Eso si se repartieran equitativamente los gastos entre todos los navarros, incluyendo los niños o los desocupados. O sea que ya no sólo se trata de que lo público sea gratis, sino que es carísimo. Es más, ¿es tan caro que podría resultar más barato pagar esos servicios a través del sector privado? Quienes por ejemplo nos dicen que no podríamos pagar un cáncer si no fuera por el estado, ¿han calculado cuánto pagamos al estado? La sanidad pública navarra en realidad es un seguro público por el que pagamos 2.172 euros por persona al año. Y buena suerte si, por ejemplo, tienes ELA.
Nunca antes se gastó tanto dinero en sanidad.
Nunca antes se ofreció peor servicio.
Nada, no va a quedar nada. https://t.co/7r8hJi5hQb
— el vecino de نxue (@elvecinodeUxue) April 9, 2024
Si el gasto sanitario por navarro asciende a los 2.172 euros anuales por persona, ¿qué seguro privado podría pagarse con eso? A lo largo de 55 años pagando impuestos, suponiendo impuestos constantes, hablaríamos de 120.000 euros pagados al estado en Sanidad, pero es que nos vamos a los 520.000 euros por todos los conceptos. Una familia paga a lo largo de su vida más de un millón de euros al gobierno en impuestos. Un dato que interesa recordar a todos los que pretenden que los servicios públicos son gratuitos. Nos dicen que no podríamos pagar la sanidad o la educación en el sector privado pero nos lo dicen tapando que pagamos medio millón de euros a lo largo de la vida al estado. ¿Cómo se gestiona por otra parte de ese dinero? A lo mejor reduciendo el gasto a sólo lo fundamental, y gestionando mejor, a lo largo de una vida una familia podría pagar 800.000 euros en vez de 1 millón, ahorrándose 200.000 euros. La mala gestión acumulada a lo largo del tiempo es una auténtica arruinadora de familias y sociedades. Pero al político no le importa gestionar mal: cuando no le cuadran las cuentas simplemente le sube los impuestos al resto de la sociedad. También prefiere subir los impuestos al resto de la sociedad que hacerse impopular entre los asalariados públicos gestionando mejor. El problema es que vivimos en una sociedad inconsciente de los costes. Una sociedad en que el politico, año a año, presume como un logro de gastar más que el año anterior. Cuanto más gasta, en vez de tener que excusarse y dar explicaciones ante los contribuyentes, se presenta como un gestor más social. Es el gestor que gasta menos el que tiene que justificarse en este muneo de locos. Como si gestionar bien no fuera hacer más con menos o como si hacer menos con más no fuera gestionar mal.
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