Sería muy injusto con las instituciones navarras, el gobierno y el parlamento, controlados por el cuatripartito, acusarles en el caso de Alsasua de equidistancia entre los agresores y los agredidos. Efectivamente sería una acusación totalmente injusta, porque en este caso es notorio que están muchísimo más cerca de los agresores que de los agredidos, por no decir que están totalmente con los agresores y totalmente al margen de los agredidos. Por consiguiente sería injusto acusarles de equidistantes y no lo haremos.
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Interesa, no obstante, detenerse un momento en los argumentos de quienes se manifestaron el domingo a favor de los agresores. Especialmente en los de la propocionalidad y la excepcionalidad de las penas.
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La proporcionalidad
En cuanto a la proporcionalidad, comencemos por matizar que a ninguno de los “txabales” condenados por la agresión les han caído 12 años por un delito. La realidad es que a ninguno le han caído más de 3 años por cada delito. Eso sí, al haber cometido varios delitos, se les acumulan varias penas de 3 años. Lógicamente, pues a alguien no le puede caer la misma pena por matar a una persona que por matar a dos o a tres, y tampoco puede tener la misma pena por agredir a una persona, que a dos o que a tres.
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El siguiente punto a tener en cuenta, por consiguiente, es si las penas de 3 años por las respectivas agresiones son desproporcionadas o totalmente diferentes a las que se aplican en otros casos en otros lugares ante agresiones similares. Hay que tener en cuenta que en este caso confluyen los delitos de atentado contra la autoridad y lesiones, con el agravante de abuso de superioridad, todo ello bastante evidente.
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En otras ocasiones hemos citado el caso del ertzaina Ander Susaeta, apalizado en la Semana Grande de Bilbao en 1993, al ser reconocido y agredido por otra manada abertzale cuando se encontraba paseando por la zona de las txoznas, desarmado y fuera de servicio. A los culpables les cayeron 6 años y medio de prisión: año y medio por el delito de atentado contra la autoridad y 5 años por el de lesiones. Si en vez de apalizar a un ertzaina hubieran apalizado a dos, o a dos y a sus parejas, la pena podría haber ascendido a diez o quince años. ¿Alguien recuerda al gobierno vasco o al parlamento vasco manifestándose en contra de la sentencia o a favor de los “txabales” de las txoznas? ¿Al Deia editorializando contra las penas?
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Podemos encontrar, por lo demás, decenas de sentencias en las que se condena a penas de 3 años o más por los delitos de atentado contra la autoridad o lesiones. Carece totalmente de sentido, por tanto, pretender que los “txabales” de Alsaua han sufrido una pena desproporcionada o excepcional, por no mencionar que los jueces y magistrados, cuando condenan a alguien, no aplican las penas que se les pasan por la chistera, sino las que se establecen para todos los casos en el Código Penal.
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La apelación de los defensores de los txabales (y de los Jordis) a Europa carece asimismo de sentido porque precisamente algunas comparaciones resultan odiosas:
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La excepcionalidad
Hablemos claramente. En el caso de Alsasua sí que está operando una evidente excepcionalidad. Es evidente que lo que pasa en Alsasua no hubiera pasado en Albacete. Pero es que se trata de una excepcionalidad que opera en un sentido totalmente opuesto al pretendido por los defensores de los “txabales”. Y es que, para empezar, lo sucedido en Alsasua no hubiera podido pasar en Albacete porque en Albacete no se dedican a hacer videoguías de cómo sacar a palos a los policías de los bares, ni a quemar muñecos de policías, ni a celebrar el día del odio al policía y la expulsión del policía. De todos modos, si a dos guardias civiles y sus parejas les agreden en un bar de Albacete, no habría manifestaciones en Albacete a favor de los agresores. Ni las autoridades de Albacete se situarían como defensores de los agresores. Ni los agredidos y sus familias tendrían que abandonar Albacete. Así que efectivamente lo de Alsasua es excepcional. Efectivamente el apoyo que tienen los violentos nacionalistas de parte de todos los partidos nacionalistas, y Podemos, es totalmente excepcional, desproporcionado, anormal y aberrante.
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Un comentario
Resulta curioso que se opongan ahora a penas de cárcel por delitos demostrados y no se opusieran (y lo sigan manteniendo) a las penas de muerte a las que condenaron y posteriormente ejecutaron los etarras a cientos de cuidadanos.
Posiblemente el razonamiento sea: a los míos ni tocar hagan lo que hagan. A los que no piensan como yo, ejecutar aunque su «delito» haya sido pensar..