Los conductores vienen padeciendo en las últimas semanas el repunte en el precio del crudo, un repunte que automáticamente se traduce en el coste de llenar el depósito de combustible de nuestro coche. Sin embargo, buena parte del dinero que pagamos por rellenar el depósito nada tiene que ver con el precio del crudo, sino con los impuestos. La gasolina o el gasóleo con el que llenamos nuestro depósito se encuentra sujeto a tres tipos distintos de impuestos. En primer lugar el Impuesto de Hidrocarburos, que supone 0,375 euros por litro para las gasolinas y 0,278 para el gasóleo. En segundo lugar el Impuesto Especial sobre Ventas Minoristas, que añade 0,024 euros. A todo lo cual, naturalmente, aún hay que añadir un 16% de IVA, porcentaje que subirá al 18% en el mes de julio. Sobre los precios actuales en una gasolinera navarra, esto supone que el porcentaje de impuestos sobre el precio de la gasolina es del 49,5% y sobre el gasóleo del 43,3%.
Todo lo anterior podría resumirse diciendo que, si rellenamos el depósito de nuestro coche con 50 euros, 24,75 de esos euros corresponden a impuestos. Si nuestro coche es de gasoil, pagamos estamos pagando en impuestos 21,6 euros. El precio real de la gasolina, por tanto, sería de 25,25 euros en el caso de la gasolina y 28,4 en el precio del gasóleo. Unas cifras que podrían inspirarnos alguna reflexión sobre el exceso de gasto público y la cantidad de cosas que queremos que haga el estado cada vez que rellenamos el depósito.
2 respuestas
El problema es que no creo que nadie vote a un partido que prometa menos inversión, menos gasto público, menos salarios, menos empleo público, menos subvenciones a todo, menos derechos y menos garantías y menos «todo gratis» y «que lo pague el estao»
Cientificamente, el principio se conoce como como el «axioma de San Fermín», que se enuncia (preferentemente con musiquilla ad hoc) así:
«Todos queremos más, y mas y más y mucho mas..
(estribillo ad nauseam).
Lo lógico es que el estado se deje de mandangas, y cobre más por el gasóleo, que ya es la flota de vehículos más importante, y resulta absurdo que paguen menos impuestos por el tipo de combustible que se emplee. Seamos serios: aquí (en todas partes cuecen habas) no se conoce otro modelo distinto del «papá proveerá» y nuestros conciudadanos NO van a votar NUNCA que la fiesta terminó.
La fiesta terminará con la perola vacía, con revueltas, privaciones y con la quiebra del sistema, o no terminará.
Admito apuestas… pero a largo plazo, claro.
Los impuestos son demasiados y el estado es demasiado grande. No se trata que eliminar ni impuestos ni administración pero hay que hacer recortes tajantes que si no acabaremos esclavos.