Lo que nadie dice: el socialismo ha tenido la culpa de la crisis internacional

 

La versión oficial, sacralizada por la mayoría de los medios, asegura que la crisis tiene como causa la avaricia de los especuladores o la falta de regulación del sistema financiero y que en general es una consecuencia inevitable del libre mercado y el capitalismo. Pero quienes repiten este mantra no le contarán nunca nada de esto. Sólo un porcentaje muy pequeño de personas en España han podido leer en los medios la historia que a continuación les contamos.

La crisis empieza en 1938

Aunque les pueda sorprender, la primera piedra de la crisis se colocó en 1938, cuando el presidente demócrata Rooselvet, como parte del New Deal, crea la Federal National Mortgage Association, más conocida como Fannie Mae. Traducción: la izquierda estadounidense, como medida anticrisis para estimular el crédito, crea una empresa pública para estimular la concesión de préstamos hipotecarios. En 1970, el gobierno da un hermanito a Fannie Mae, que se llamará Federal Home Loan Mortgage Corporation o, familiarmente, Freddie Mac. We Make Home Possible era su lema. Estas dos empresas públicas o semi-públicas, como verán, son las patas sobre las que se asienta la crisis financiera.

El origen de las hipotecas subprime

A lo largo de toda su historia la labor de Fannie Mae y Freddie Mac fue, en creciente medida, ofrecer créditos hipotecarios (o por  lo menos garantizarlos) a personas que, por no disponer de activos ni ingresos, no podían pedir préstamos a los bancos. En el origen del crédito subprime, por tanto, no se encuentra la irresponsabilidad de los banqueros ni los malvados especuladores privados, sino los tipos de interés artificialmente bajos (por decisión política) y la facilitación pública de hipotecas basura.

La titulización de la deuda subprime

Cada vez más especializadas en el trapicheo con hipotecas basura, estas dos empresas jugaron un papel decisivo en la titulización viral de la deuda subprime. Es decir, en su confusión con la deuda de calidad y la difusión de la mezcla resultante “titulizada” por todo el sistema bancario. En síntesis, la cosa venía a funcionar de este modo. Freddie Mac compraba deuda basura que, consiguientemente, ofrecía un tipo de interés elevado. Al comprarla, la deuda basura pasaba a ser deuda de Freddie Mac. Como Freddie Mac era una empresa con respaldo público, podía revender la deuda basura (extendiendo el virus por todo el sistema financiero) a un interés menos elevado. La diferencia entre el interés que percibía y el interés que ofrecía por la deuda basura era el beneficio de Freddie Mac. En definitiva, Freddie Mac y Fannie Mae actuaban como auténticas lavadoras gigantes de la deuda basura. Y todo esto podían hacerlo por contar por detrás con el respaldo del estado.

Freddie Mac y Fannie Mae se convierten en monstruos

Para que no piensen ustedes que la actuación de estas dos empresas constituye un hecho anecdótico, todo lo anterior hay que complementarlo con un dato decisivo. Cuando empieza a caer el sector inmobiliario y estalla la crisis subprime, Freddie Mac y Fannie Mae son un generador público de hipotecas y deudas basura que controlan prácticamente la mitad de todo el mercado hipotecario estadounidense, 5,2 de 12 trillones (medida USA) de dólares (5,2 millones de millones de dólares). Una información que no ha debido llegar a la izquierda cuando culpa al mercado de la crisis o reclama la nacionalización de la banca.

Llega el colapso

La izquierda suele hacer coincidir el comienzo de la crisis con la quiebra de Lehman Brother´s, el 15 de septiembre del 2008. Lo cierto es que la quiebra de Lehman Brother´s llega 9 días después de la quiebra de Fannie Mae y Freddie Mac, auténticas detonantes del colapso. La diferencia es que Fannie Mae y Freddie Mac, por su carácter semipúblico y su tamaño, son rescatadas y nacionalizadas por el estado.

Fannie Mae, Freddie Mac y las cajas de ahorro

La historia de Fannie Mae y Freddie Mac puede ser puesta en relación con lo que ha sucedido en España con las cajas de ahorro. Independientemente del hecho de que no hay ninguna entidad financiera que no haya tenido problemas, las cajas de ahorro constituyen en España el epicentro del tsunami financiero. Se trata asimismo de la demostración del absurdo de las voces que, en nombre del interés general, piden más intervencionismo, la nacionalización de la banca o el control del sistema financiero por parte del sector público y los políticos. Caja Castilla La Mancha, Caixa Catalunya, la CAM, e incluso Banca Cïvica, ejemplifican el resultado de dejar el sistema financiero, como los tipos de interés, en manos del sector público. Es decir, en manos de los políticos.

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