Podría parecer exagerado por su contenido, o demasiado breve como análisis, pero el hecho es que la frase “Toda la gestión del coronavirus del Gobierno de Navarra ha sido un despropósito” resume a la perfección lo que ha pasado desde el comienzo de toda esta crisis. Desde luego es posible adornar la argumentación con todo tipo de ejemplos y evidencias, pero será complicado añadirle o por lo menos quitarle una letra al diagnóstico. Sirva como evidencia la cuenta en Twitter del vicepresidente Remírez, para ir ilustrando todo lo dicho.
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Ayer mismo, se le reprochaba en las redes sociales al vicepresidente un tuit del día anterior, presumiendo de la cantidad de test que se han realizado en España según las estadísticas de la OCDE. El dato se reveló totalmente falso y cocinado por Moncloa, al punto que la OCDE revisó la estadística y bajó a España a su puesto real en el ranking, que a las pocas horas y tras el escándalo desatado nos bajó del puesto 8 con maquillaje al 17. Ahí sigue sin embargo el bulo de Remírez sin que lo haya borrado. Esperemos que no sea represaliado por su propio gobierno.
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La desinformación del vicepresidente Remírez, sin embargo, no es más que una gota en el mar. Si retrocedemos en la línea temporal de sus tuits no paramos de encontrar un ejemplo tras otro del diagnóstico inicial de que “Toda la gestión del coronavirus del Gobierno de Navarra ha sido un despropósito”. Por ejemplo, un día dice que no hay que desinfectar las calles y al día siguiente (literalmente) dice exactamente lo contrario:
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Podrían parecer meros chascarillos, pero en realidad estamos tocando un asunto muy serio, en el que acertando o no acertando, decidiendo a tiempo o demasiado tarde, nos jugamos la salud y la vida de muchos navarros. Si un gobierno dice un día que no hay que hacer una cosa y poco después que sí hay que hacerla, o dice un día una cosa y al poco la contraria, eso pone de manifiesto que su política ha ido constantemente dando bandazos sin sentido, cometiendo errores que constantemente tenían que ser corregidos. Otro ejemplo más: las mascarillas.
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Otro ejemplo: el cierre de los colegios:
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Otro ejemplo más: la prohibición de eventos. La política del Gobierno de Navarra, como el del España, es un continuo rosario de correcciones porque todas las decisiones iniciales han sido incorrectas. Por eso somos el país con más contagiados y muertos del mundo.
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Como remate a los desatinos del vicepresidente Remírez, por si faltara algo, nos encontramos una cita de un artículo del Gara allá a principios de marzo, llamando a “ahuyentar la tentación de caer en una alarma excesiva”. Por si alguien se pregunta por qué el gobierno no hizo nada con la antelación suficiente y por qué luego faltó material, es que pensaban que todo era un bulo y que no había que alarmarse. Por si fuera poco, Remírez citó al Gara añadiendo como etiquetas #informacion #transparencia #rigor. No hagan caso a nadie, fuera del gobierno, salvo acaso al Gara y su valiosa información, transparencia y rigor; rigor mortis, pero rigor.
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2 respuestas
Es terrible que la salud, la libertad y la economía de 600.000 personas dependan de las decisiones de esta pareja de iletrados. Serían incapaces de gestionar siquiera un kiosko de prensa y sin embargo tienen en sus manos el destino de más de 4.500 millones de euros.
Y lo de mendigar donativos porque no les llega el presupuesto, cuando nos tienen con la mayor presión fiscal de España… Eso ya, ha sido el colmo. Pero la gente no reacciona y les vota. Cuando se pase la anestesia será demasiado tarde.