El gobierno del cambio no resuelve los problemas
El porcentaje de navarros que creen que este gobierno está resolviendo los problemas, o que sabe resolverlos pero necesita más tiempo, es del 42,5%. Por el contrario, el porcentaje de navarros que creen que este gobierno no sabe cómo resolver los problemas, o ni siquiera es consciente de ellos, se eleva al 50,37%.
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El infierno fiscal
El 58,14% de los navarros consideran que están pagando muchos o demasiados impuestos respecto a los servicios que se reciben o las necesidades sociales existentes. Es más, si se eliminan del cómputo a los encuestados que no saben o no contestan, el porcentaje de navarros que considera que pagan muchos o demasiados impuestos se eleva hasta el 62,34%. También resulta llamativo que la proporción de navarros que creen que pagan muchos o demasiados impuestos crece al 64,1% si se considera solamente a los ocupados. Los estudiantes, con un 14%, son el sector con mayor proporción de quienes creen que pagan pocos impuestos.
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¿Esparza? ¿Quién es ése? ¿Y Koldo? ¿Un amigo de Esparza?
Entre los datos publicados uno que ha llamado nuestra atención es el de la valoración de los líderes políticos, no tanto por la propia valoración como por el grado de conocimiento de los mismos.Así, por ejemplo, resulta llamativo que a Javier Esparza, el líder de UPN, sólo le conozcan el 52,5% de los encuestados, claro que tampoco se puede quejar mucho porque es el porcentaje más alto tras María Chivite, a la que conoce el 54,3%. Koldo Martínez cae hasta el 34,7% y se puede decir que nadie sabe quién es el portavoz de Podemos. Estos datos podrían ponerse en relación con otra pregunta, en la que el 61,7% de los encuestados reconocen que tienen poco o nada interés por la política; de hecho, sólo el 7,8% se reconoce como muy interesado.
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Al preguntar a los encuestados sobre la actividad desarrollada por el Gobierno de Navarra y por Uxue Barcos, el gobierno del cambio y la presidenta salen perjudicados en ambos apartados, siquiera ligeramente, respecto al Navarrómetro del año pasado. La calificación de la actividad desarrollada por el gobierno baja de 4,92 a 4,76 y la de la actividad desarrollada por la presidenta Barcos baja de 4,97 a 4,83.
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Los votantes de Bildu no cambian, pero el 27% de los de Podemos no sabe qué hacer
EH Bildu, según se desprende de los datos publicados, es el partido que cuenta con una mayor fidelidad de voto: el 85% de quienes le votaron en 2015 dicen que repetirían ahora su voto. Por encima del 70% están UPN (74%) y Geroa Bai (71%). En torno al 60% se sitúan el PSC (61%), el PP (60%), e Izquierda-Esquerra (56%). Y los dos partidos con una menor fidelidad de voto son Podemos (51%) y, sobre todo, Ciudadanos (48%). El 27% de los votantes de la formación morada afirma, en estos momentos, que aún no tiene decidido que haría en caso de elecciones.
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Yo no voté a UPN. Y el gallo cantó tres veces
El recuerdo de voto refleja lo que los entrevistados dicen haber votado en las últimas elecciones. En teoría, si la muestra de encuestados es significativa, lo que los encuestados recuerdan haber votado debería coincidir con los resultados electorales que se produjeron. No obstante, como el propio Navarrómetro reconoce, pueden concurrir diferentes factores que provoquen que el recuerdo se desvíe con respecto al resultado real, como la coacción ambiental, el hecho de querer reconstruir el pasado, la tendencia a apuntarse al carro ganador o simplemente, el olvido, tal vez también la mentira. El caso es que, sea por la razón que sea, UPN es el partido que mayor desviación presenta entre el porcentaje de navarros que ahora recuerda haberle votado (13.0%) y el que realmente le votó en 2015 (el 19.2% del Censo): una diferencia de 6.2 puntos. Este hecho resulta relevante al menos por tres motivos. Primero porque efectivamente puede pensarse que si alguien no se atreve a reconocer a quién voto es que existe un estigma social hacia esa opción. Es decir, hay una coacción social y una falta de libertad. Segundo porque si objetivamente existe esa distorsión, el resultado de las encuesta lógicamente se puede poner en cuestión. Tercero porque la otra posibilidad apuntada es que la muestra de población sobre la que se hace la encuesta puede no ser representativa.
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Uxue Barcos no se valora junto a los mortales
La tabla con las valoraciones a los líderes muestra que Koldo Martínez es el más valorado y Esparza y Ana Beltrán los menos. Echamos de menos un desglose, como los que suele hacer el CIS, para ver quién valora más o menos a los líderes en función de su recuerdo de voto. Al observarse ese desglose suele apreciarse que la diferencia la marcan los votantes de extrema izquierda, más numerosos que los de la extrema derecha, los cuales suelen endosar calificaciones extremadamente buenas para los afines y extremadamente malas para los contrarios, sin ponderación alguna. Llamativo que no aparezca valorada Uxue Barcos. Los partidos del cambio decidieron protegerla sacándola de la encuesta al plantear el cuestionario del Navarrómetro. De todos modos se trata de un síntoma de debilidad, no de fuerza.
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Este Navarrómetro ya lo hemos visto
Si recordamos los datos del año pasado, ya el Navarrómetro de 2016 ofrecía un empate a 25 diputados entre el cuatripartito y el resto de fuerzas políticas, también colocaba a Bildu como segunda fuerza más votada y primera del cuatripartito. Nos encontramos por tanto ante un Navarrómetro muy similar al del año pasado. Si acaso, incluso sube un poco la intención de voto al cuatripartito que obtiene un 46,7% frente al 46,6% del año pasado. El voto de las fuerzas de la oposición y Ciudadanos sumaría más que el voto del cuatripartito, pero bajando del 47,8% al 47,1%.
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Simpatía, credibilidad y cocina
La siguiente tabla resulta interesante porque revela la intención de voto directa y la ponderación de la intención de voto más simpatía y otros factores. De este modo vemos que la intención de voto directa, lo que dicen los encuestados directamente al ser preguntados, queda muy lejos de los resultados que se publican. La diferencia entre ambas magnitudes es lo que se suele conocer como “cocina”. ¿Y si no hay cocina y se toman tal cual los resultados? Eso nos llevaría por ejemplo a los delirantes resultados del Navarrómetro de 2015, publicados sin cocina, en los que Podemos era la fuerza más votada con 18 diputados tras la que vendría Bildu con 11, quedándose UPN en 8. El problema es que cuando hay tanta diferencia entre lo que los encuestados responden y el resultado electoral, haciendo falta tanta cocina para adivinar las verdaderas intenciones, los resultados de la encuesta pueden adolecer de escasa fiabilidad. Esto explica por qué las encuestas fallan tan a menudo, ya sea porque hay mucha cocina o porque no la hay, si no son sinceros los encuestados, y a menudo no suelen serlo, por lo que conviene leer con mucho interés todas las encuestas pero también con mucho espíritu crítico, no sea que alguna pretenda, en vez de reflejar el sentido del voto, determinarlo, cuestionarlo, desmovilizarlo o redirigirlo. Por poner un ejemplo. ¿Qué le conviene al cuatripartito? ¿Una encuesta que diga que votar a Ciudadanos es desperdiciar el voto, como el año pasado, o una que que diga que no, como en este Navarrómetro?
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