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Como todo el mundo sabe, Leiza es históricamente un bastión electoral de Batasuna y las sucesivas siglas que han ido incorporando a sus votantes.
Como todo el mundo sabe también, Leiza es una de las localidades donde se han rodado algunas de las principales escenas de 8 apellidos vascos y donde más tiempo ha permanecido el equipo de rodaje.
El problema es que cuando el Ayuntamiento de Leiza se prestó a colaborar plenamente con el equipo de rodaje seguramente no era consciente de cuál iba a ser el resultado. En el momento en que los primeros responsables de Bildu salieron del cine entendieron que la película no era ni mucho menos lo que habían esperado. En la película, los sentimientos y los afectos de los personajes saltaban por encima de sus diferencias y prejuicios. No sólo eso. El retrato de los clientes de la Herriko Taberna o los practicantes de la kale borroka los colocaba al borde de la estulticia.
Casualmente, apenas unos días después de su estreno presentaba su dimisión el alcalde de Leiza. La causa aparente era el rechazo del alcalde, Oier Eizmendi, a colocar la bandera española en el Ayuntamiento de Leiza tal y como había sido judicialmente obligado. La causa caía por su peso puesto que en tal caso deberían haber dimitido todos los alcaldes de Bildu. Finalmente Eizmendi alegó “razones personales” para abandonar su cargo.
Naturalmente a nadie se le escapa que la “izquierda abertzale” se considera ridiculizada en la película y su prensa afín ha dado a luz respecto a ella algunas de las críticas de cine más surrealistas de la historia.
Por todo ello no son pocos los que interpretan que la causa de fondo de la dimisión del alcalde son los reproches internos por la colaboración prestada al rodaje, para algunos excesiva e ingenua. Eizmendi sería la cabeza de turco elegida por Bildu para enviar un mensaje a los suyos.
Por otro lado, la izquierda abertzale quizá tenga que empezar a darse cuenta de que si hasta ahora nadie se reía de algunos de sus posicionamientos más risibles era simplemente porque esos posicionamientos tenían por detrás el respaldo de las armas. Cuando la gente se empieza a atrever a reírse de lo que dices, ya puedes empezar a mejorar tus posicionamientos.
6 respuestas
Estupendo. Que la segunda parte de «8 apellidos vascos» se ruede en San Sebastian.
Igual era eso lo que le dijeron a Garitano el otro día, y de ahí el soponcio.
#ahivalahostiaAntxón
#izquierdaaberchandal
#Corteconhachaburruta
Ahora en serio,un gran abrazo a los 300 Navarros y Españoles,que comulgan con Dios,con Navarra y España,como la familia BALEZTENA,P Urquiola y los 300 que votan cada cuatro años por la libertad de LEIZA y Navarra en España.No os rindáis nunca.
No sé si la película tuvo algo que ver, pero la dimisión sorpresiva e inmediata del alcalde me parece muy llamativa.
Recapitulemos: en las pasadas municipales los de Bildu crearon listas de manera rápida y centralizada tras su «deselegalización». En Leiza pusieron a un chavalín de 20 años, al que el rebaño abertzale votó en masa sin pensar en si sería un buen o mal alcalde.
Parece que no ha tenido mucho éxito. Si no, a pesar de peliculillas como esta, no se entiende su dimisión. Está muy claro que le han obligado a dimitir: el politburó batasunero no ha debido tener dudas. Como en las dictaduras (como en la época de Franco), se destituye al alcalde incumplidor y se coloca a otro de manera inmediata.
Lo gracioso es que luego estos de Bildu se autoerigen en adalides del asamblearismo, de la participación ciudadana….
¿Qué tiene de «participaciòn ciudadana» esta destitución en toda regla? Este chaval ha sido un alcalde paupérrimo, posiblemente por su bisoñez, sin que nadie más que la cúpula del partido intervenga. Participación a la cubana. Democracia a la norcoreana. Nadie sabe cómo se eligen a los candidatos. La portavoz de Bildu en el Parlamento vasco, Laura Mintegi, fue escogida por un dedo por nadie conocido. Ahí sigue sin que sepamos de qué manera fue elegida.
Tengo la impresión de que vivimos en una sociedad aún muy inmadura. Pero esta inmadurez se ve especialmente en el sector más esquinado de la sociedad: la izquierda abertzale, donde con el mismo descaro con que se habla de democracia se aplican técnicas de dictadura bananera.
¿Se darán cuenta los leitzarras? Espero que sí….
Soy muy consciente de que este comentario es extemporáneo y no encaja con este artículo, pero llevaba días queriendo hacerlo y no he encontrado mejor lugar. Se refiere a la fotonoticia que pretende ridiculizar a los gezurtzales presentando sus apellidos, del tipo «Ruiz», «Martínez» o «Ramírez».
Una nota quizás un tanto puntillosa, pero necesaria: esos apellidos son apellidos patronímicos en romance. Apellidos como eso, creados a partir del nombre del padre (de Sancho, sánchez) se crearon en todas partes, de ahí que los señores de Vizcaya fueran «López».
Hoy en día es imposible saber si un apellido «Martínez» llegó, pongamos, desde La Montaña, o si nació «nativamente» en el territorio, pero se trata en cualquier caso de un apellido vasco, especialmente en el segundo.
Es un tipo particular de apellido «romanzado», como los toponímicos creados directamente en castellano, como «San Sebastián».
Los apellidos vascos -de pura cepa- no tienen porque hacer referencia necesariamente a caseríos y estar expresados, siempre, en vascuence. Hace mil años que se habla el romance montañés en Vasconia. Además, por si todo lo anterior fuera poco, hay muchos apellidos vascos que no lo parecen. ¿Quién imaginaría que apellidos como Galdós son vascos?
Y Bakero? Es vasco o es Vaquero? Eternas preguntas con las que pasar el rato viendo brasas en el fogón….