Zabaleta acusó a Miguel Sanz de mentiroso, acusándole de difundir “tres trolas inverosímiles y ridículas”. Las “tres trolas”, según Zabaleta, eran:
- Que ETA estaba enviando cartas de extorsión a empresarios navarros a pesar del “alto el fuego”, y se preguntaba airadamente: “dónde están”.
- Que el atentado que sufrió la ferretería del concejal de UPN en Barañáin José Antonio Mendive, también durante el supuesto “alto el fuego”, era un acto de kale borroka. Zabaleta lo negaba categóricamente afirmando que “no es de la kale borroka”, y explicaba que estos actos “tienen sus propias características, que las hemos conocido bien”, y no se correspondían con el atentado de Barañáin.
- Que se estaba negociando un acuerdo con ETA-Batasuna para crear un órgano común permanente con la CAV, a espaldas de los navarros. Zabaleta, naturalmente, respondió con la consabida consigna de que: “Navarra será lo que decidan los navarros”.
Hoy resulta evidente que eran Zabaleta y todos los demás partidarios del proceso-trampa, no Miguel Sanz, quienes mentían cuando negaban la existencia de las citadas cartas de extorsión. La propia ETA, en una entrevista concedida a Gara, reconocía que seguía practicando la extorsión durante el “proceso”, porque “la lucha de liberación de Euskal Herria siempre ha originado diferentes tipos de necesidades, y entre estas hay necesidades económicas para hacer frente de algún modo a la lucha, y hoy la lucha de liberación continúa originando esas necesidades, incluidas las económicas”.
También hoy resulta evidente que Zabaleta mentía cuando, para salvar la negociación con ETA, intentaba convencernos de que el ataque al comercio de un concejal de UPN en Barañáin no era un acto de kale borroka. Lo malo es que, incluso entonces, Zabaleta exculpaba a la kale borroka incluso cuando el propio Rubalcaba ya había reconocido que “todo hace indicar” que sí era kale borroka.
Y respecto a que era mentira que se estaba negociando la creación de un órgano común permanente para Navarra y la CAV, hoy también tenemos nuevas evidencias. De los tres interlocutores de la “mesa de partidos” (PSOE, PNV y Batasuna), dos de ellos ya han reconocido la existencia de ese acuerdo. Naturalmente todos recordamos las revelaciones de gara, pero ni mucho menos ha sido el único en poner de manifiesto dicho acuerdo.
Así lo hicieron también el diario Deia, la Etb o el mismísimo Diario de Noticias.
La Etb, el 28 de julio de 2007, se hacía eco de “un documento transmitido en diferentes asambleas internas del PNV al que ha tenido acceso Euskal Irrati Telebista”, en el cual “las tres partes plasmaron en un texto cuáles debían ser los contenidos del diálogo multipartito, el calendario y la metodología de las mesas, que incluía la incorporación del PSN a las negociaciones y la creación de un órgano institucional común entre la CAV y Navarra.”
Deia publicaba que PNV, PSOE y Batasuna “se comprometieron a promover la creación de un órgano institucional común para la CAV y Nafarroa con atribuciones ejecutivas y legislativas”.
E incluso Diario de Noticias, en un editorial titulado “Lo que pudo haber sido y no fue”, reconocía que “los periódicos del Grupo Diario de Noticias, con base en la documentación a la que han tenido acceso”, conocían el contenido del acuerdo al que habían llegado las tres partes, titulado “Bases para el diálogo y acuerdo político”. En dicho acuerdo, continuaba el editorial, “se adquiría un compromiso para promover la creación de un órgano institucional común para la CAV y Navarra con atribuciones ejecutivas y legislativas”. Diario de Noticias, naturalmente, se lamentaba amargamente de que Batasuna no hubiera aceptado este ofrecimiento (entre otros) y hubiera elevado el listón haciendo imposible el acuerdo.
Así pues, ¿quién decía la verdad y quién mentía? ¿Sanz o Zabaleta?
Por último, Zabaleta no sólo mintió para sostener la negociación con ETA, sino que también acusó a UPN y CDN de aprovecharse políticamente de la violencia, al afirmar que: “no hay crispación ni alarma más que en las caras de algunos políticos que ven que se les acaba el tiempo de aprovecharse políticamente de la situación de violencia, sobre todo los que ostentan el Gobierno de Navarra”.
Quien entonces dijo todo aquello, es el mismo que hoy se querella contra Sanz y se rasga las vestiduras diciendo que “hay muchos insultos que se aguantan, pero hay una línea que hay que respetar en la que se pasa ya a injurias y calumnias y eso no es tolerable”.
El tiempo, afortunadamente, va dejando a cada uno en su lugar.