Aunque el ministro de Industria, Miguel Sebastián, asegura que la subida de la luz equivale al precio de un café, al resto del mundo no nos salen las cuentas. No le salen por ejemplo al suplemento económico del diario El Mundo, que calcula en 254 euros anuales el coste por hogar de las subvenciones al carbón y la energía solar. Las cuentas tampoco nos cuadran a nosotros.
En el año 2009, las primas y subvenciones a las renovables ascendieron hasta los 6.215 millones de euros. Si dividimos esa cantidad por cada español, nos encontramos con que tocamos a 132 euros anuales por persona. Ahora bien, como según este cálculo incluimos hasta a los bebés como paganos, sería más exacto dividir el monto de las subvenciones por el número de españoles ocupados. ¡Alehop!, entonces tocamos a 335 euros por trabajador al año. Naturalmente todo esto no lo pagamos sólo a través de la factura de la luz, sino también a través de la deuda y, valga la redundancia, los impuestos. ¿Cabreado por la subida de la luz? Pues es sólo el rabito de la boina. Entre las duras lecciones que nos está enseñando esta crisis se encuentra la necesidad de revisar con carácter general el interés de cualquier negocio o actividad de carácter subvencionado. Es decir, la lógica de desviar los recursos desde donde se generan hacia donde se destruyen, estrangulando los negocios y actividades rentables para mantener negocios y actividades no rentables. Evidentemente se trata de una lógica destinada al colapso del sistema, como estamos comprobando.
2 respuestas
Acceder a las peticiones de los hortelanos fotovoltaicos, no sería -pienso- defender los intereses generales de los ciudadanos. Es más, supondría una cortapisa para impulsar el espíritu emprendedor basado en la I+D+i. Hay que dejar bien claro que fiar las ganancias personales al BOE es más arriesgado que jugar en 1920 con un trilero del Hanover Trust Bank of Boston. Suena muy mal, pero este tipo de negocios (en España frecuentes antes de 1957 y desde hace unos cuantos quinquenios, con la cultura del pelotazo) se caracterizan por dirigirse a un público con un conocimiento financiero reducido u obnubilado(pueden presidir con éxito un banco internacional) al que se atrae con la promesa de altos beneficios a corto plazo. Las ganancias rápidas y fáciles son más peligrosas que dejarse llevar por una rubia/un machote en Las Vegas con un par de botellas de J&B en sangre.
Bueno, yo no puedo discutir estas cifras que traen Uds a la palestra, al contrario, las tomo por buenas.
He leído otras noticias en libertadigital y otros medios, en los que analistas económicos -liberales- han incluso valorado que cada euro metido en renovables ha supuesto perder 2,2 euros en inversión en otras industrias (por ello supuestamente más competitivas). No digo tampoco que no. Repito que respeto el argumento económico, y el argumento del «pelotazo» que han dado alguna industrias que han crecido a la sombra de la subvencioes como hongos, todo eso que me parece muy a considerar. Y más con la que está cayendo.
Hay que considerar también otra cosa: el dinero que gastamos en importar petróleo a 90€ Barril ¿preferimos gastarlo en españa o en Venezuela/países productores de petróleo y gas?
Porque si generamos tecnología y trabajo con nuestro dinero, al menos «se queda» aquí. ¿Mas caro? sin duda alguna, pero gran parte queda en casa y crea otras sinergias que no se valorar, pero se pueden considerar.
Ya sé que todo está mezclado: que parte del petróleo y gas qeuc consumimos lo compramos a empresas españolas que lo extraen, transportan, refinan y comercializan, y al mismo tiempo, importamos máquina extranjera para construir nuestros molinos y centrales solares. Pero el balance final, ¿no merecerá la pena?
Verán que no me refiero al efecto del CO2 y el cambio climático que para mi son paparruchas seudocientíficas.